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Clara Alfonso
Valencia
Lunes, 10 de julio 2023, 17:32
En medio de la preocupante realidad del sector primario, el desperdicio alimentario cobra verdadera importancia. Cada año, casi 80 millones de toneladas de vegetales, ... concretamente 30 millones de toneladas de frutas, son desperdiciadas en Europa antes de llegar al mercado. Gran parte de este desperdicio se debe a la fruta que cae al suelo y no es recolectada. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, se están desarrollando soluciones innovadoras para abordar este problema.
'Ainia', un centro tecnológico especializado en el sector agroalimentario, ha dado un paso adelante al crear un sistema autónomo de detección y recolección de frutas del suelo basado en tecnologías fotónicas, visión 3D, inteligencia artificial y robótica móvil. Esta tecnología revolucionaria tiene como objetivo maximizar la eficiencia en la recolección de frutas, reducir el desperdicio y aprovechar al máximo los recursos disponibles.
En esta segunda fase del proyecto 'Foodcollect II', que se puso en marcha en 2021, la compañía ha logrado la integración exitosa de los tres módulos clave que conforman la plataforma móvil robótica para la detección y recolección de frutas del suelo. Este innovador sistema combina tecnologías fotónicas con el objetivo de abordar el desperdicio de aproximadamente 30 millones de toneladas de frutas que caen al suelo y no llegan al mercado.
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El módulo de navegación autónoma permite que el robot «se desplace de manera independiente por el campo, en busca de los frutos caídos», aseguran desde Ainia. Mediante el desarrollo de algoritmos avanzados, se ha creado un sistema que traza la ruta más eficiente, «evitando obstáculos y maximizando la recolección en la parcela», añaden.
Por su parte, el módulo de visión inteligente, equipado con cámaras 2D y 3D, desempeña un papel fundamental en la detección de los frutos en el suelo y en la localización de sus coordenadas «mediante el uso de Inteligencia Artificial».
Además, el módulo de manipulación colaborativa cuenta con un brazo robótico equipado con una garra especializada, diseñada para la recolección de frutas. Esta garra «se adapta a diferentes formas y tamaños de frutas, permitiendo un agarre suave y seguro», explican. Este prototipo ha sido diseñado para colaborar con los trabajadores del campo, optimizando los recursos disponibles.
La solución integrada desarrollada en el marco del proyecto 'Foodcollect II' se encuentra actualmente en proceso de validación en campos de naranjas y caquis en la Comunidad Valenciana. Esto no solo contribuye a mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sector agrícola de la región, sino que también «brinda a las empresas fabricantes de maquinaria y equipos agrícolas la oportunidad de desarrollar aplicaciones tecnológicas punteras con un gran potencial tanto a nivel nacional como internacional», afirman.
En el desarrollo de este proyecto, Ainia ha contado con la participación activa de ANECOOP y AVA-ASAJA, empresas productoras y centrales hortofrutícolas que han contribuido en la definición de la problemática de la caída de fruta y en la realización de pruebas de campo. Asimismo, empresas especializadas en robótica móvil, como 'Robotnik', y expertos en tecnologías agrícolas, como 'Agrotech España', han participado en sesiones de validación y demostración, aportando su conocimiento y experiencia al proyecto.
Con 'Foodcollect II', la compañía está trabajando activamente en reducir el desperdicio en el sector primario, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En concreto, este proyecto se enfoca en tres ODS: producción y consumo responsable (ODS 12), hambre cero (ODS 2) y mejora de la capacidad tecnológica de los sectores industriales (ODS 9).
Casi 80 millones de toneladas de vegetales son desperdiciadas anualmente en la producción primaria en Europa. De ellas, 30 millones de toneladas son solamente fruta, que no llega a comercializarse. Gran parte de este desperdicio es fruta que se cae al suelo y no es recolectada. Y a la que se le puede dar diversos usos: comida animal, extractos, zumos, productos procesados, aromas, azúcares o biomasa, entre otros.
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