Valencia, octubre de 2018. Santiago Mompó ha quedado a comer con sus amigos Sergey Kazakov y David Martí. A la cita, el primero acude con ... su última adquisición: un patinete eléctrico. La conversación, cómo no, giró alrededor del nuevo vehículo: «Hablando, llegamos a la conclusión de que el patinete es el único vehículo de dos ruedas que carece de un punto de apoyo más allá de las manos, que a su vez eran también las responsables de mantener el equilibrio, limitando el rango de movimiento y el campo de visión«.
Mompó, ingeniero industrial, Kazakov, analista financiero y Martí, ingeniero de diseño y desarrollo de producto, se percataron de una necesidad a la que se empeñaron en darle una solución que se terminaría llamando Skroller. «El primer prototipo, consistía en una cinta elástica que se abrochaba a la cintura. Este acabó derivando, tras muchas iteraciones, en un pequeño cilindro que contiene una cinta extensible enganchada al mástil del patinete y, una vez abrochada a la cintura, actúa a modo de respaldo», recuerdan.
La idea fue impulsada por Col.lab, una aceleradora que agradaba particularmente a los tres amigos: «Nos encantó participar en un programa que apuesta por proyectos que buscan tener un impacto positivo a nivel social, económico y medioambiental. Gracias a las personas mentoras de Col·lab nos hemos alineado con las directrices del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y defendemos firmemente los derechos reivindicados en él».
Patinetes con el cinturón de seguridad comercializado por Skroller.
EUROPA PRESS
El auge del patinete eléctrico había llegado en 2019. Era la era prepandémica y las noticias reflejaban un crecimiento del patinete eléctrico en España de un 500% respecto al año anterior.
Los reconocimientos no tardaron en llegar. Fue premiada, entre otros, con el galardón Prize Winner de los Quality Innovation Awards 2020, en la categoría de innovaciones en Microempresas y Startups; en 2021 se alzaron con el VIII Premio Emprendimiento Facultad d'Economia en el XX Fòrum d'ocupació i emprenedoria.
Fundación Línea Directa
Skroller es uno de los finalistas del IX Premio Emprendedores y Seguridad Vial de la Fundación Línea Directa que se celebra el 27 de abril. Junto a la startup valenciana, se encuentran nominadas Drivelock, EcaptureDtech, Engidi y Komobi. Todas ellas contarán aspiran a 20.000 euros, sin arrastre ni coinversión. También tendrán acceso a formación, mentoring y acceso a rondas de financiación.
Tal y como recuerda la Fundación Línea Directa, este es un certamen que se ha consolidado como una iniciativa única en su ámbito para potenciar el emprendimiento en materia de seguridad vial, apoyando y financiando ideas innovadoras que ayuden a luchar contra la accidentalidad en nuestras carreteras y mejorar el tratamiento a las víctimas.
A esta última edición se han presentado un total de 50 proyectos. Las propuestas incluyen un amplio abanico de ideas que van desde las soluciones innovadoras para aumentar la seguridad de los vehículos hasta los equipamientos y dispositivos inteligentes de protección personal.
Un Comité Técnico formado por Línea Directa Aseguradora, la Fundación para la Innovación de Bankinter e IESE Business School ha escogido a los cinco proyectos finalistas, en base a criterios como su posible impacto en la reducción del número de fallecidos y lesionados, su viabilidad económica, su carácter innovador o su potencial en el desarrollo social.
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