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La familia Sabater recolecta madera y otros derivados que posteriormente utiliza como fuente de energía. Son los años 80 del siglo pasado. En 1986, los hermanos fundan Trans Sabater, una empresa que gestiona los residuos del sector del mueble muy presente en la zona de Valencia. En 2024, la empresa gestionó más de 76.000 toneladas de residuos. Con más de 500 clientes en cartera llega a un 2025 en el que arranca una transformación digital que les permite liderar la economía circular de la Comunitat.
«Aunque tengamos un negocio maduro y estable, siempre estamos buscando nuevas vías de negocio dentro de lo que es la gestión del reciclaje. Nunca hemos dado por descartado ningún residuo, por complejo o por pequeño que sea», explica Pablo Sabater. Él y su hermano Javier forman parte de esta tercera generación, porque la actividad de su abuelo fue la semilla de ésta, de empresarios. Ambos se pusieron el frente de la empresa en 2021.
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Para entender el ADN de esta empresa hay que echar insistir en la capacidad de adaptación de ésta: «La evolución siempre ha estado presente, mi padre y mis tíos empezaron con toda la gestión de residuos del sector del mueble y de la madera, que era algo que había mucho en la zona de Valencia. Posteriormente, en los 2000 dieron el paso a ampliar tanto instalaciones como clientes con otro tipo de residuos: basura, papel y cartón, plástico, metales, residuos de construcción. Y ya no solo hacen la gestión, sino hacen todo el tema del procesamiento y el reciclaje». Con la crisis de 2008, llegó otro paso al frente: «
Arrancaron con las exportaciones, montaron oficinas y almacenes en China e insistieron un poco más en la parte del plástico».
La evolución ha sido constante. La incorporación de un laboratorio de I+D+I creó, entre otros, ASTRAL. Éste es un material totalmente reciclado a partir de envases de cartón para bebida: «Nuestro objetivo es transformar residuos en oportunidades. Cuando lo incorporamos, fue para insistir más en la parte de análisis. Ya no hacemos sólo esa gestión de residuos, sino también el reciclaje, creamos materia prima final».
Además, la compañía ha apostado por la inteligencia artificial en sus sistemas de clasificación de plásticos, lo que permite una separación más precisa de materiales y una optimización en su reutilización. También invierte en nuevas tecnologías para desarrollar materiales innovadores que puedan aplicarse en sectores como la construcción y la automoción. «Introducir en nuestras vías de selección unas máquinas que van alimentadas con inteligencia artificial que son capaces de poder entender qué tipo de residuo nos está llegando, qué tipo de envase es: si multicapa, de un color específico, si generará problemas a la hora de destruirlo… en definitiva, a ser capaces de procesar muchísima información del día a día de todo el tipo de residuos que nos llegan. Por otra parte, podemos decirle a las máquinas si necesitamos que un residuo en concreto, que va de esta forma o va de otra, que me lo clasifique para esta aplicación… esto permite aumentar la velocidad en las cintas de selección porque somos capaces de garantizar mayor calidad en el producto final y asegurarnos de que residuos o contaminantes que no nos interesan eliminarlos en las fases más tempranas. Entonces nos permite aumentar la velocidad de clasificación y obtener una mayor calidad».
De cara al futuro, la compañía ya trabaja en desarrollar nuevos materiales reciclados y la ampliación de alianzas estratégicas con grandes industrias para crear circuitos cerrados de reciclaje. Asimismo busca colaborar con administraciones y organismos locales para impulsar normativas que fomenten un modelo de producción y consumo circular. Paralelamente, Trans Sabater ha reforzado su compromiso con la sostenibilidad mediante planes de transición hacia energías renovables, optimización del consumo energético en sus plantas y electrificación progresiva de su flota de transporte.
Para seguir avanzando en su misión, la empresa está explorando nuevas aplicaciones de compuestos reciclados para ofrecer soluciones aún más sostenibles. Además, establece colaboraciones con centros de investigación y universidades para desarrollar nuevos procesos de reciclaje y materiales de última generación, consolidándose como un referente en economía circular tanto a nivel nacional como europeo.
La empresa, que celebrará su 40 aniversario en 2026, se mantiene fiel a su esencia: transformar lo que otros descartan en nuevas oportunidades para la industria y el planeta. Más de 500 clientes les avalan: «Trabajamos desde pequeñas pymes, autónomos, hasta grandes multinacionales. Con cada una trabajamos en función a sus necesidades. Hay algunas que son proveedores y clientes porque les gestionamos los residuos y luego les vendemos materia prima». En total, más de 500 clientes: «Algunos trabajamos en la parte de la madera, otros en la parte del plástico, otros trabajamos en forma puntual, otros que son clientes recurrentes. Al final toda esta diversidad de procesos que tiene Trans Sabater».
«Polígono de Riba-Roja fue uno de los más afectados por la dana. Empleado se vieron afectados, por otras parte, nuestras dos instalaciones se vieron afectadas, en nos entró sobre un metro y veinte centímetros de agua y en la otra nos entró, un metro sesenta. Cayeron paredes, muros, teníamos las máquinas, los motores inundados, los cuadros eléctricos, carretillas, camiones… no sé cuántos vehículos hemos tenido que arreglar… fue un golpe bastante duro, porque hasta hace cuestión de dos o tres semanas, tuvimos que trabajar con grupos electrógenos…». Sin embargo, no dudaron en echar una mano al resto de afectados: «Con la maquinaria pesada que teníamos, ayudamos como pudimos porque era un momento en el que teníamos que estar unidos. Todos conocemos historias, desde las tristes pérdidas personales, pasando por auténticas heroicidades, de superación, por parte de trabajadores, proveedores, clientes… han ayudado voluntarios, ha sido un momento en el que era necesario, y es estar todos juntos. Por ejemplo el polígono quedó duramente afectado, como el resto de zonas».
Una cuestión que generó muchas reflexiones a raíz de la dana fue la gestión de residuos precisamente con muchas zonas llenas de enseres y vehículos acumulados. «Al final es una barbaridad la cantidad de residuos que generamos todos, es decir, tanto a nivel particular, en tu propia casa, como en las industrias. Es cierto que hay mucha regularización, cada vez se intenta abogar más por el ecodiseño, materias sostenibles, reciclables y reciclados, pero, todavía queda mucho. Vivimos en una sociedad en la que se necesitan de muchos recursos naturales y obviamente genera muchos residuos. Al final, yo siempre digo que los residuos bien gestionados no son un problema, pero también es un tema de educación y tanto la persona de la calle como las propias empresas deben de ser las primeras, voy a dar ejemplo de cómo gestionar todos estos residuos a nivel interno para que luego ya, como podamos ser nosotros, podamos aprovechar el máximo de estos residuos y darles otra segunda vida. La verdad es que con la dana se ha visto un poco la gran problemática que conlleva todo este estilo de vida, esta vorágine de consumismo. Al final creo que debemos ser conscientes de que hay unas situaciones meteorológicas, climáticas, que poco a poco van cambiando, se producen más catástrofes naturales cada menos tiempo y de mayor intensidad. Tenemos que trabajar todos como sociedad y empresas como la nuestra siempre se ha interesado por todo ello».
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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