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Hacer realidad el Derecho a la Energía para que se garanticen condiciones dignas de vida para toda la población. Esa es la finalidad que está ... detrás de Wellbased, un proyecto europeo coordinado desde Valencia por Centro de Innovación Las Naves y donde ha sido fundamental la tecnología suministrada por la firma valenciana Damal Redes. Además de España, en el proyecto, que comenzó en 2021 y finalizará en 2025, también están involucrados Países Bajos, Reino Unido, Turquía, Hungría y Letonia.
«Hay pilotos en marcha en varios países. En el caso de Valencia, estamos monitoreando a 130 hogares vulnerables que se reparten en los barrios de Malvarrosa, Cabanyal, Nazaret, Orriols, Benimaclet y Ayora», explica Arturo Zea, técnico de la fundación València Clima i Energia, la encargada de realizar el proceso de selección de los hogares que entran en el programa, donde se les hace un seguimiento de los principales indicadores ambientales y atmosféricos durante un periodo de tiempo concreto. Además, en Wellbased también participan la fundación para la Investigación del Hospital Clínico de la Comunitat (INCLIVA) y la Universitat de València y Senior Europa SL.
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Pero, ¿cómo se les hace ese seguimiento? ¿Cómo se recaban esos datos? Aquí es donde entra la tecnología puntera, ya que, tal y como explica Zea, buscaban una fórmula que cumpliera estas premisas: un sistema que fuera discreto y que no consumiera recursos propios de los hogares, por lo que debían funcionar sin internet y con su propia alimentación. La solución, que se veía complicada de encontrar, vino de la mano de Damal Redes, que le suministró los 130 sensores capaces de recoger toda la información necesaria cumpliendo las exigencias del proyecto.
Tal y como explica José Antonio Hernández, responsable de Desarrollo Tecnológico de la firma valenciana, estos sensores funcionan con dos tecnologías clave: Helium y LoRaWAN. «Su combinación es particularmente efectiva en el contexto de las ciudades inteligentes», señala Hernández. Por un lado, Helium es una red descentralizada para dispositivos IoT (Internet de las Cosas). «Utiliza una tecnología de blockchain para proporcionar conectividad inalámbrica de bajo costo y amplio alcance, ideal para dispositivos IoT», cuenta Hernández, que agrega que Helium ofrece una infraestructura «robusta y segura», con la particularidad de ser construida y operada por individuos y empresas en lugar de un proveedor centralizado.
Por su parte, LoRaWAN es una tecnología de comunicación de datos inalámbrica de bajo consumo y largo alcance, diseñada para conectar dispositivos IoT a Internet. «LoRaWAN se destaca por su capacidad para enviar pequeñas cantidades de datos a largas distancias, utilizando muy poca energía, lo que la hace ideal para sensores y dispositivos que requieren baterías de larga duración», apostilla el responsable de Desarrollo Tecnológico de Damal Redes.
La unión de Helium y LoRaWAN es «poderosa» en el ámbito de las ciudades inteligentes, en palabras de Hernández. «Helium proporciona la infraestructura de red necesaria para conectar una gran cantidad de dispositivos IoT de manera eficiente y asequible, mientras que LoRaWAN ofrece la tecnología de comunicación ideal para esos dispositivos, especialmente en aplicaciones urbanas donde la cobertura amplia y el bajo consumo de energía son cruciales», prosigue el experto, que añade que juntos, facilitan una red de sensores y dispositivos interconectados con capacidad para recopilar datos esenciales para la gestión inteligente de la ciudad, juto lo que buscaban desde Las Naves y la fundación València Clima i Energia. «Con ambas tecnologías se mejora la sostenibilidad, eficiencia y calidad de vida urbana», agrega Hernández.
Ahora, la misión de esos 130 sensores que funcionan con este innovador sistema es la de recabar indicadores ambientales como la temperatura y la humedad. Cada sensor tomará muestras durante 18 meses. «Ha habido familias que han estado por encima de los 25 grados y con una humedad del 95%», relata Zea, que insiste en que con estos datos se podrá establecer una relación empírica de cómo la eficiencia energética y ambiental de los hogares afecta a la salud de las personas. «Y con ello, queremos que se impulsen políticas públicas para acabar con la pobreza energética», agrega.
Además de recopilar estos datos, se realiza un seguimiento de la salud de los participantes a través de visitas periódicas mensuales, donde se toman otras constantes como la capacidad respiratoria, la tensión, la calidad del sueño y el oxígeno en sangre. Por otro lado, a las familias se les entrega un kit de eficiencia energética con elementos básicos como bombillas led, una regleta, un programador automático, un medidor del consumo y burletas y aislantes para los bordes de las ventanas. Además de esto, los asesores les dan consejos sobre ahorro energético.
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