![Toni del Toro, electricista en la zona cero: «No podemos incorporar personal sin control»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/07/1492150930-RJQHhp6KNm0GCbiVHyzkPxO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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En el camino hacia la reconstrucción se cruzan infinidad de historias. La de Sergio Llorca, propietario de una pizzería en Paiporta, y Toni del Toro, técnico de instalación eléctrica y propietario de TDT Instalaciones eléctricas y climáticas, evidencia uno de los problemas actuales: la ... falta de mano de obra puede ralentizar el regreso a la normalidad.
Toni del Toro es conocido en Paiporta por ser uno de los electricistas del pueblo, pero desde la tarde del 29 de octubre también por ser uno de los supervivientes de la dana. La riada estuvo cerca de acabar con su vida. Hoy lo recuerda justo desde en frente del local en el que se aferró a la vida. Allí está lo que queda de la pizzeria de Sergio Llorca, donde la instalación eléctrica quedó inservible. «Un trabajo así puede costar unas dos semanas, pero aquí ya hay mucho avanzado porque él ha ido haciendo», comenta el propietario de TDT Instalaciones eléctricas y climatización.
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Después de un primer mes de trabajos voluntarios –«En cuanto me recuperé de la hipotermia que había cogido por el frío y el agua me puse a ayudar a gente para que recuperasen la luz», comenta–, su móvil no deja de sonar. Dice tener «muchísima faena» de la zona afectada por la dana, que se suma a la que ya tenía agendada antes de octubre.
«Somos los que somos y tenemos mucho trabajo, pero no podemos meternos a contratar a personal sin control, porque luego...», indica el profesional. Ese «luego» al que se refiere del Toro todavía es lejano. No obstante, él es consciente del sobrecoste que puede tener para su empresa, que también se vio afectada por la dana, incorporar a más personal de la cuenta una vez disminuya la demanda.
De momento, combina intervenciones más complejas, como la que lleva a cabo en la pizzeria Al Foc con otras que van surgiendo conforme avanza la recuperación. «La semana pasada se me resistía un telefonillo, porque un voluntario había cortado los cables», le comenta a su cliente, que ya es amigo.
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