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Gestionar una herencia puede convertirse en un auténtico desafío cuando lo que está en juego no es solo el patrimonio familiar, sino también la factura fiscal que puede llegar a dispararse si no se planifica con cabeza. Cada vez son más las familias que recurren a fórmulas legales para proteger su legado frente al impacto del impuesto de sucesiones. De hecho, un reciente caso en Francia ilustra cómo una buena estrategia puede suponer un ahorro millonario.
Louise, una parisina de 92 años, ha logrado evitar que su familia pierda más de medio millón de euros en impuestos gracias a una maniobra perfectamente ajustada a la legislación francesa. Según recoge el medio 'Figaro Immobilier', esta anciana viuda, propietaria de un apartamento de 120 metros cuadrados en el distrito 15 de París —valorado en 1,4 millones de euros— y dos pólizas de seguro de vida, decidió en junio de 2024 organizar su sucesión con la ayuda de un notario especializado.
El principal problema era que Louise, pese a querer facilitar la herencia a su familia, se resistía a donar en vida la propiedad para no perder el control sobre su vivienda. Entonces, el notario Antoine de Ravel d'Esclapon le propuso una estrategia para minimizar la carga fiscal: nombrar en el testamento a su hija Marie, de 63 años, como legataria universal, una figura que, aunque suene compleja, permite aceptar sólo una parte de la herencia.
Gracias a esta fórmula, parte de la vivienda y los seguros de vida pasarían directamente a los nietos de Louise, Jade y Antoine, de 30 y 32 años. De este modo, se conseguía no solo repartir el patrimonio entre tres personas en lugar de una, sino también dividir el impacto fiscal entre varias generaciones, reduciendo el impuesto que cada uno tendría que pagar.
La operación resultó redonda: al diversificar los destinatarios de la herencia, el tipo marginal del impuesto de sucesiones, que inicialmente era del 40%, bajó al 20%. Además, al repartir el patrimonio entre la hija y los nietos, se evitaba una doble tributación futura cuando Marie transmitiera el piso a sus hijos.
Otra pieza clave de la estrategia fue dividir la propiedad del inmueble en usufructo y nuda propiedad. Así, Marie heredaría únicamente el usufructo —el derecho a usar y disfrutar del piso—, valorado en un 40% del total, mientras que sus hijos recibirían directamente la nuda propiedad (el 60% restante). De este modo, Marie solo tendría que tributar por 560.000 euros, lo que le supondría el pago de 90.194 euros. Por su parte, Jade y Antoine pagarían 81.833 euros cada uno por su parte.
En conjunto, la familia abonará 253.861 euros en impuestos, frente a los 762.678 euros que habrían tenido que pagar de no aplicar esta planificación. En total, el ahorro conseguido asciende a 508.818 euros.
«Es una manera inteligente de preservar el patrimonio familiar y al mismo tiempo limitar la evaporación de impuestos, sobre todo si el bien, o lo que se convertirá en él, aumenta de valor», afirma el notario Antoine de Ravel d'Esclapon, doctor en derecho y autor del libro 'El patrimonio'.
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