Trump amenaza a Apple con un arancel del 25% si no fabrica sus iPhone en EE.UU
La compañía se preparaba para trasladar buena parte de sus operaciones de China a India conobjeto de evitar los aranceles
Barack Obama lo intentó por las buenas, y no funcionó. «¿Qué haría falta para que los iPhone se fabricaran en EEUU?», le preguntó a Steve ... Jobs en 2011 durante una cena con ejecutivos de Silicon Valley. «Esos trabajos no van a volver», atajó rotundo el fundador de Apple. Ahora le toca a Donald Trump, por las malas.
En un mensaje publicado este viernes en Truth Social, el presidente ha advertido a su actual consejero delegado, Tim Cook, que si los iPhone que se venden en Estados Unidos no se fabrican dentro de sus fronteras, les cargará un arancel del 25%. «Lo dije hace tiempo y lo repito ahora: los iPhone deben fabricarse en EE UU, no en India ni en ningún otro sitio. Si no es así, deberán pagar ese impuesto», ha escrito.
La amenaza llega en un momento en que Apple está trasladando parte de su producción de China a India, tratando de diversificar su cadena de suministro en medio de las tensiones geopolíticas. No es eso lo que Trump tenía en mente cuando decidió gravar a China con aranceles del 145%, como parte de su estrategia industrial para «repatriar» las fábricas y crear empleo.
Por las buenas o por las malas, fabricar los iPhone en EEUU sería casi imposible, según los expertos consultados por el Wall Street Journal. Requeriría reconstruir desde cero toda una cadena de suministro global que hoy depende de componentes de más de 40 países, desde procesadores taiwaneses hasta pantallas surcoreanas y baterías chinas. «Sería más fácil enseñar a un águila calva a usar un destornillador», ironiza la periodista Joanna Stern.
Para apaciguar los ánimos del presidente, Apple ya se había comprometido a invertir 500.000 millones de dólares en EE.UU. durante los próximos cuatro años, incluyendo una nueva planta de servidores de inteligencia artificial en Houston y un fondo de manufacturación avanzada de 10.000 millones. Pero fabricar iPhone no está en el menú inmediato.
«Para montar iPhone aquí necesitamos magia», resumió la experta. De hecho, el propio Tim Cook ha dicho que la razón principal para fabricar en China no es el coste, sino la escala y la disponibilidad de ingenieros cualificados. «En EE.UU., no llenaríamos ni una sala con ingenieros de herramientas. En China llenaríamos estadios», afirmó en 2017.
A Trump le parece que los aranceles son un arma «preciosa» que compara con la medicina al poder causar daño a corto plazo, pero tener efectos regeneradores a la larga. Hay cifras que le permiten soñar. El ensamblador de Apple en China, Foxconn, emplea a más de 300.000 personas en su «ciudad iPhone» de Zhengzhou. Sin embargo, en EE.UU. no hay ni la infraestructura ni la mano de obra para replicar eso. De hecho, el intento de Foxconn de abrir una planta en Wisconsin terminó en fiasco: de los 13.000 empleos prometidos, solo se crearon 1.000. ¿La razón? Los costes de fabricación eran cuatro o cinco veces más altos que en China. Si Apple lograra fabricarlos en EEUU, los teléfonos inteligentes que ya cuestan alrededor de mil dólares se dispararían aún más y carecerían de la calidad actual, por lo que probablemente serían desbancados por otras marcas extranjeras como las surcoreanas, a no ser que el proteccionismo de Trump gravase tanto esos teléfonos que los estadounidenses se vieran obligados a comprar malas versiones, como en los países comunistas.
El presidente no pretende llegar a eso, la amenaza de aranceles es para él un arma de presión, o más bien, de coacción, que provoca nerviosismo en los mercados. Las acciones de Apple caían ayer un 2,6%. Así se esfumaban, como por arte de magia, 85.000 millones de dólares en valor bursátil de la compañía, con una sola publicación del presidente en Truth Social. Hay una buena razón por la que las negociaciones comerciales se llevan a cabo en privado. Trump lo sabe y utiliza la ansiedad de los mercados como un arma más. «¡Gracias por su atención en este asunto!», termina su mensaje a Apple en Truth Social.
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