![El precio del alquiler de un piso para universitarios aumenta 500 euros en tres años](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/09/aa%20alquiler-RKuRhcwrM0zLHwd5Sk9QtIK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![El precio del alquiler de un piso para universitarios aumenta 500 euros en tres años](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/09/aa%20alquiler-RKuRhcwrM0zLHwd5Sk9QtIK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Valencia es una ciudad que no deja de crecer. La capital del Turia comienza a acostumbrarse a aparecer en los rankings de mejores ciudades de Europa, e incluso del mundo, para vivir. Esto provoca un aumento del interés de universitarios por formarse en la ciudad del 'cap i casal', los cuales se unen a los ya tradicionales estudiantes de la Comunitat o comunidades cercanas que se trasladan a Valencia por la importancia de sus universidades. Con este panorama, la demanda de pisos o habitaciones de alquiler aumenta mientras la oferta se estanca. En los últimos tres años, los pisos en los barrios más demandados por la juventud universitaria ha aumentado hasta 500 euros en los últimos tres años.
Tal y como explica a LAS PROVINCIAS Lauria Inmobiliaria, los alquileres para estudiantes están cambiando radicalmente en los últimos años. Por ejemplo, en la avenida del Oeste, que se trata de una zona cuya demanda ha aumentado en los últimos años gracias a su cercanía a las universidades privadas, una vivienda de 150 metros cuadrados y cinco habitaciones tenía un precio en 2021 de 800 euros y este año se ha alquilado en 1.300 euros. Este piso, si se alquilase por habitaciones, tendría un coste de 260 euros, sin tener en cuenta gastos básicos de la vivienda como la luz o el agua. Del mismo modo, en el barrio de Benimaclet, también muy demandado por estudiantes, desde Lauria Inmobiliaria se alquiló una vivienda de 4 dormitorios hace 3 años por 950€ y este año por 1.400€. El precio de la habitación en este piso sería de 350 euros sin gastos incluidos.
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Según comenta Lourdes Argaya, de Lauria Inmobiliara, esta tendencia se repite en otros barrios donde la demanda de estudiantes también es alta: «Otro ejemplo sería un piso en plaza de España, que por proximidad al centro y al metro, asume a mucho estudiante de Burjassot y universidades de fuera de Valencia, de 1.100 euros hace 3 años, acaba de alquilarse por 1.400. En zona extramuros, de 1.200 hace un año, se ha incrementado a 1.400€. Aunque se debe tener en cuenta que también hay casos con una actualización menor, como en Ruzafa, donde hemos visto subidas de máximo 100 euros». Además, un estudio de Fotocasa revela que el precio medio de una habitación en Valencia capital se sitúa actualmente en los 441 euros al mes.
Argaya cuenta que no sólo han subido los precios del alquiler, si no que también han cambiado los comportamientos dentro de este mercado. «La modalidad de alquiler para estudiantes ha variado en muy poco tiempo. Tradicionalmente eran grupos que se conocían de niños o de haber ido juntos al instituto y ahora nos encontramos con el problema de que contactan por redes para compartir vivienda, lo que dificulta mucho la convivencia», explica Argaya, y añade, «esto hace que las viviendas se desocupen con demasiada frecuencia y favorece la posibilidad de ajustar el precio al mercado». En este sentido, muchos propietarios que especulan con la vivienda prefieren estudiantes a los que ofrecer contratos de once meses y así ajustar cada verano el precio a los cambios que se producen en el mercado.
Toda esta situación convierte el encontrar piso en Valencia en un calvario para los jóvenes universitarios. Liroy Ruiz Martínez, natural de Orihuela, es un estudiante del Grado Superior de viola y actualmente cursa el doble grado con Sonología en el Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo. Liroy ha pasado por cuatro viviendas distintas en los tres años que lleva estudiando en Valencia. «He compartido piso con mi pareja, con desconocidos, y ahora estoy con amigos. Por una vez íbamos a poder repetir piso y este agosto se lo han okupado al propietario. De milagro hemos conseguido uno por 1.300 euros, aunque en el anterior pagábamos 1.000».
El jóven músico asegura a LAS PROVINCIAS que con un presupuesto de 1.000 euros entre los cuatro amigos han llegado a ver pisos de 1.600 euros. «Buscar pisos que no sabes si vas a poder pagar o con quién los vas a compartir es una tortura. Nosotros al final hemos tenido suerte y estamos contentos, pero las sensaciones al buscar son abrumadoras. Los precios son un abuso, Valencia parece Madrid», asegura el estudiante. Liroy Ruiz además de estudiar trabaja a tiempo parcial, para así costearse la vida, pero los inicios siempre son complicados: «De inicio pagas las tasas de la inmobiliaria, la fianza, el alquiler de los dos primeros meses, es un sablazo».
Candela Chover Gresa es una joven de Tavernes de la Valldigna que inicia su vida universitaria matriculada en Sociología en la Universitat de València. Aunque sus abuelas y su tía viven en la capital del Turia, los padres de Candela animaron a la joven a vivir de manera independiente. Suerte tuvo Candela que el hermano de una amiga suya dejaba el piso en el que vive, permitiendo a cuatro amigos del pueblo poder vivir juntos y a un precio «amigo»: «No tuvimos que buscar mucho gracias a mi amiga. Pagamos 300 euros por habitación, más los gastos de luz y agua cada tres meses. Aún así nos han subido el precio, antes estaba en los 200 y poco».
La futura socióloga explica que antes de encontrar esta oportunidad estuvo mirando pisos porque su madre no tenía claro si podrían afrontar un alquiler en Valencia: «Amigas mías pagan 500 euros al mes. Yo me puse a buscar y nada bajaba de los 400. Por estas cantidades mi madre no me hubiese dejado venirme». Candela, que atiende a LAS PROVINCIAS junto a dos compañeros de vivienda, comenta el sentir general de todo su grupo de amigas cuando han buscado piso: «Los precios han subido mucho. En Valencia se está empezando a alterar la relación calidad-precio. O encuentras pisos bonitos que son inalcanzables, o pagas por pisos que no valen lo que piden». La joven incluso cuenta que hay amigas que han rechazado sus estudios en Valencia por el gasto que supone: «Algunas han rechazado la universidad pública en Valencia porque haciendo números con sus padres les sale más rentable estudiar en una privada de Alzira y seguir viviendo en su casa de Tavernes».
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