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La vivienda acumula ocho años de precio al alza en la Comunitat. I. ARLANDIS
Radiografía de la vivienda en la Comunitat: compras al contado y un tercio en manos de extranjeros

Radiografía de la vivienda en la Comunitat: compras al contado y un tercio en manos de extranjeros

La escasez de oferta mantiene la tendencia alcista de los precios ante la llegada de inversores internacionales y lleva a la autonomía a ser la segunda en la que más se encarece el coste en el último año, sólo por detrás de Baleares

Javier Gascó

Valencia

Domingo, 8 de septiembre 2024, 00:45

La vivienda es un tema tan amplio y complejo como de rabiosa actualidad. En todo programa político –los de Mazón y Catalá son ejemplo de ello– la vivienda es un objetivo prioritario. No es para menos. Lo que el artículo 47 de la Constitución Española entiende como un derecho ha pasado a ser un privilegio de difícil acceso, que cuenta con una gran cantidad de aristas a los que resulta cada vez más complicado encontrarles una solución.

El precio, que se mantiene al alza tras ocho años de imparable crecimiento; la falta de oferta, tanto de vivienda libre como de vivienda protegida; o la subida del tipo de interés, que sitúa a la Comunitat Valenciana como una de las regiones con los porcentajes más altos a nivel nacional, son algunos de los elementos que derivan en una situación, que en los próximos años «se va a poner mucho más fea», según Fernando Cos-Gayón, director de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV).

Por ello, LAS PROVINCIAS inicia una serie de reportajes con los que se pretende abordar la situación que atraviesa la vivienda en la región en la actualidad.

Ofrecer una fotografía fija es clave para ir desmenuzando un asunto que desde hace tiempo supone un grave problema para la ciudadanía. Para llevarla a cabo, tomaremos como base los datos anuales aportados por el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia y por los Registradores de España del segundo trimestre de 2024.

En los últimos doce meses, la tensión se ha apoderado del mercado inmobiliario. En el caso de la Comunitat Valenciana se ha reducido el número de compraventas realizadas debido a un nuevo aumento de los precios, que ha sido el segundo más importante del país, tan solo por detrás del que ha tenido lugar en las Baleares. La ciudad de Valencia, tanto en materia de compraventa como en materia de alquiler, es la principal afectada por el incremento de precios.

Vicente Díez, vicepresidente y portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia, considera que la falta de oferta es la causa principal que ha conducido a un escenario de riesgo. Una opinión que comparte Cos-Gayón, quien considera que el aumento de la demanda si la situación actual se mantiene podría derivar en un escenario mucho más preocupante: «Parece mentira, pero podemos estar ante un riesgo de chabolismo. Si la gente viene y no puede ni alquilar una habitación, ¿qué va a hacer?».

De hecho, el experto asegura que la única solución posible es la construcción de viviendas nuevas «para los nichos de población que más las necesitan: las familias vulnerables y la gente joven».

Los datos actuales reflejan que el número de viviendas construidas en el primer trimestre de 2024 es un 13,3% menor a las cifras del pasado curso, a pesar del ligero descenso de precios de la mano de obra y de los materiales. Por lo tanto, el acceso a la vivienda para estos grupos poblacionales se asemeja más a una utopía que a una realidad. Las expectativas, a pesar de la bajada del tipo de interés en los últimos meses, no son demasiado halagüeñas. «No hay ningún motivo que haga pensar que el precio va a sufrir un cambio brusco», indica Díez.

La Comunitat necesitaría más de 3.000 viviendas al año para abastecer las necesidades

La evolución demográfica refleja un crecimiento incesante de la población tanto a nivel nacional como a nivel autonómico. En la Comunitat ya se superan los 5,35 millones de habitantes. Todos ellos necesitan un lugar en el que vivir.

Ante esta imperante necesidad, que según las previsiones irá a mucho más en los próximos años debido a los movimientos migratorios y al tardío envejecimiento de la población, la necesidad de vivienda ascenderá a un ritmo vertiginoso en la próxima década.

Fernando Cos-Gayón estima que España cuenta con una carencia de 700.000 viviendas en la actualidad, por lo que necesitaría unas 200.000 nuevas viviendas al año para equilibrar la oferta con la demanda.

La Comunitat Valenciana necesitaría unas 30.000 viviendas en los próximos diez o quince años, o lo que es lo mismo unas 3.000 al año, para abastecer las necesidades que se tendrán en aproximadamente una década.

Por tanto, los únicos actores capaces de abrirse paso en el mercado de la vivienda valenciano con la situación actual son aquellos que disponen de altas capacidades económicas. El mejor reflejo de ello es la enorme cifra de compras al contado que se realiza en la Comunitat Valenciana. De las 23.340 compraventas realizadas en el segundo trimestre del año, un 52,7% se han realizado al contado, lo que también deja una idea bastante evidente de los inversores que optan por la región valenciana para buscar una vivienda.

Aunque existen muchos motivos para adquirir un inmueble sin necesidad de hipotecarse (los valencianos deben destinar cerca de un 30% de su salario para saldar su deuda mensual con la entidad hipotecaria), el argumento que más convence a los expertos se basa en que detrás de cada operación de este tipo se esconde una figura con posibilidades económicas más que suficientes para hacerlo. «Son la crema del café de la demanda. Las compras de vivienda a precios altos distorsionan la media por la escasa cantidad de inmuebles que se ofertan», asegura Cos-Gayón.

De forma paralela a esa curiosa cifra, otra destaca respecto a la situación actual de la vivienda en territorio valenciano. Si se producen más de la mitad de las compras al contado y los demandantes nacionales no tienen posibilidades de adquirir ese tipo de inmuebles solo queda una alternativa: el inversor extranjero, que ya representa cerca de un tercio de las operaciones que se realizan en la Comunitat. «Mucha segunda residencia se suele comprar al contado. Al fin y al cabo son caprichos para compradores que no quieren hipotecarse en nuestro país», argumenta el portavoz de los agentes de la propiedad valencianos.

El futuro es incierto. Los expertos tienen sus propuestas. La espera hasta la entrada en funcionamiento de programas de vivienda pública que permitan rebajar la tensión del mercado, la reconversión de suelos dotacionales en suelos residenciales o la reducción de impuestos sobre la vivienda son algunas de las posibles soluciones ante una problemática que supone un reto mayúsculo para cualquier administración.

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