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ATLAS
Viernes, 21 de octubre 2022, 17:57
Tino Huerta estaba cuidando a su madre enferma en Burgos, cuando un vecino le llamo para decirle que su casa de Algeciras estaba en obras. «Salí corriendo por aquí y me grita: ¿Qué hace usted aquí? Y yo contesto: ¡Coño, estoy en mi casa! A que le tiro por la azotea' Al llegar a su casa se dio cuenta de que el indeseable inquilino se había construido una nueva, pasando a tener de 98m2 a más de 300.
«Era un patio a cielo abierto, que entraba la luz a la cocina y entraba la luz al salón», explica bajo un nuevo techo que antes no existía. Ha modificado tanto la estructura original, que ahora es hasta difícil reconocer lo que es su casa y la del okupa. «Ha construido un muro para acceder de su casa, la que él habita, a la mía», explica consternado.
Además, las obras se han hecho sin licencia y el Ayuntamiento le ha abierto un expediente. «Urbanismo lo que me ha dicho es que va a pasarle la papeleta al okupa», confiesa. Aunque el juez ha decretado ya el desalojo del okupa, este solo le ha devuelto una parte de la casa. A cambio, Tino le ha ofrecido vendérsela, pero ha rechazado su propuesta.
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