¿Vas a alquilar tu casa en Valencia? Estos consejos te ayudarán a evitar sorpresas

La vivienda de alquiler en la Comunidad Valenciana sufrió un incremento del 15,98% respecto al año pasado, según el informe mensual de precios del alquiler de pisos.com del pasado mes de febrero. En la provincia valenciana, las mensualidades son un 19,81% más caras que el año pasado, lo que significa una importante subida para los inquilinos. Asimismo, en lo que respecta a las capitales, los repunte también son de récord en esta región mediterránea. La ciudad de Alicante lideró las subidas nacionales con un 23,05%, mientras que Valencia fue la cuarta en este mismo ranking con una revalorización del 20,37%.

Del lado de los propietarios, la rentabilidad a través del arrendamiento supone un ingreso extra muy atractivo, pero a la hora de alquilar una vivienda en Valencia, deberás tener en cuenta varios aspectos para salvaguardar tus intereses. Más allá de si te conviene más el alquiler residencial a largo plazo o el turístico a corto, vamos a tratar de ayudarte en tu tarea para evitar sorpresas en un futuro con unos consejos útiles.

Por ser seguramente el aspecto más importante a la hora de alquilar una vivienda, este punto figura el primero, al que hay que prestar especial atención. Cualquier candidato deberá probar su solvencia, y para ello, nóminas y contrato de trabajo son fundamentales para dejar claro que podrá afrontar los pagos mensuales sin problemas. Una dilatada antigüedad es señal de que esa persona tiene una vida laboral estable. Si además puede pagar sin problemas los meses de fianza que se establezcan, estarás ante un inquilino que, en principio, no debe darte problemas.

El contrato de alquiler es el lugar donde quedan reflejados los derechos y obligaciones de ambas partes. Cuanto más pormenorizado y claro sea, mayores garantías existirán de que no haya, más adelante, ningún problema. Es una idea perfecta la de incluir un inventario que haya referencia al contenido del interior de la vivienda. Deberá ajustarse a la legislación, por supuesto, para que suponga una perfecta garantía para ti como arrendador, pero también al inquilino en el caso de algún tipo de reclamación.

Pese a la aparente solvencia de muchos inquilinos, no sería la primera vez que, tras un tiempo más o menos corto, este deja de pagar. Para evitar sorpresas, ya hace tiempo que llegaron empresas que ofrecen un seguro de impago del alquiler. Hay donde elegir, así que simplemente firma con la compañía que te ofrezca mayores garantías. Ellos pueden encargarse de elegir al inquilino, tú decides qué cantidad quieres por el alquiler y si llegara el caso de que no pagara, tu tendrías asegurada la mensualidad. Asegúrate de esté incluida una cláusula para cualquier desperfecto que te hayan causado.

Lo que piensas pedir de alquiler por tu vivienda debe ser razonable en cuanto a lo que dicta el mercado. Esto resulta bastante sencillo. A través de internet y de las agencias inmobiliarias de tu barrio, podrás hacerte una idea muy aproximada de a qué precio se alquilan inmuebles de características parecidas al tuyo. Además de esto, también habrá que valorar lo que ofrece tu vivienda en cuanto a mejoras en materiales e instalaciones. Si en su día efectuaste una reforma para modernizar y actualizar la casa, también deberá verse reflejado en la mensualidad. En este caso, un experto siempre podrá asesorarte al punto de que sepas exactamente que valor de alquiler es el más adecuado.

Vas a tener que poner especial cuidado en dejar preparada tu vivienda para las visitas que recibas de posibles inquilinos. Debe aparecer todo bien limpio y con el aspecto perfecto, una mala decoración o exceso de trastos, puede causar una mala impresión aún cuando la casa sea perfecta para ciertos inquilinos. Procura conseguir un aspecto neutro, pero con pequeños detalles que no resulten chirriantes a las visitas. Esto supone, por ejemplo, contar con un ambientador de olor suave, iluminar lo más posible, de forma natural toda la casa y nada de detalles personales en la decoración. Indispensable no tener nada averiado, así que revisa los grifos, las puertas, los cerramientos, enchufes e interruptores, la pintura, y cualquier otro elemento que sea susceptible de comprobación en una visita.