ÁLVARO MOHORTE
Lunes, 18 de febrero 2019, 01:02
Durante una buena temporada la mayoría de grúas que se veían en la Comunitat eran las que no se habían podido retirar. La quiebra de las promotoras dejó sembrado el territorio de estas estructuras, cuyos juego de poleas está volviendo a girar una década después. Aunque el volumen en general está muy lejos de los años más boyantes, lo cierto es que en la ciudad de Valencia sí se ha logrado recuperar las cifras de los llamados por algunos «buenos tiempos», aunque con algunos matices.
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Las obras nuevas, de ampliación y reforma que requieren visado de dirección actualmente en marcha en la capital suman 4.070. Son aquellas que obtuvieron sus permisos entre 2017 y 2018, ya que son dos años el tiempo estimado entre el inicio de la obra y su finalización, echando una media entre las más largas y las más breves, según un cálculo habitual con el que se trabaja en el análisis del sector.
De hecho, de esta cifra tan abultada, la mayoría es por obras recién iniciadas, ya que en 2018 creció la concesión de visados de obra un 26,8%, pasando de las 1.959 de hace dos años a las 2.486 del ejercicio que hemos dejado atrás. Teniendo en cuenta el registro del Ministerio de Fomento, ese volumen de obras supera por primera vez al número de tajos que estaban en marcha en 2007, y que se cifran en 3.899. En todo caso, el del año pasado más que duplica el de 2014, cuando se inició una recuperación en firme. Aunque resulta fácil ver la comparativa y empezar a temer una nueva burbuja, lo cierto es que ese volumen era algo habitual en los años anteriores al reventón, mientras que ahora el mercado cuenta con un periodo de escasísima actividad que ha engordado una demanda contenida en las ciudades y no en la costa, como en los primeros años del siglo.
La actual recuperación de los niveles de empleo están empezado a dar salida al excedente, mientras que la desaceleración no parece que se vaya a notar tanto en la vivienda como en otros objetos de compra, como advierte el último informe de BBVA Research. Hay gente que lleva esperado tener su casa desde hace casi una década y ahora se lo está empezando a permitir y puede optar entre segunda mano y, ya con un mercado activo, también para poder estrenar.
De hecho, las operaciones de compraventa subieron un 14,7% en 2018 en la Comunitat Valenciana, más de cuatro puntos por encima de la media del conjunto del país (donde aumentaron un 10,1%), hasta las 78.800 operaciones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El de la Comunitat es el quinto incremento más importante, aunque por detrás de Región de Murcia (24,3%), La Rioja (18,9%), Castilla La Mancha (18,1%) y Navarra (16,2%). En todo caso, todas las comunidades cerraron el año en positivo salvo Baleares, donde la compraventa cayó un 2,9%.
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En la Comunitat Valenciana, la compraventa de viviendas nuevas ascendió a las 10.564 operaciones, mientras que la de usadas alcanzó las 68.236 transacciones. Al enfrentar este dato con el ritmo de concesión de nuevas licencias se aprecia una llamativa confianza en el futuro, ya que sólo en 2018 se iniciaron 12.665 obras, casi las mismas que un años antes y entrarán de golpe en el mercado a lo largo de 2019.
Sin embargo, este repunte no debe hacer pensar en una recuperación de los precios. De hecho, la tasadora Tinsa insiste en que todavía se mantiene el valor de los inmuebles en Valencia un 47% por debajo del registrado en los tiempos del boom... y que muchos siguen pagando en sus hipotecas.
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