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Trabajadoras en una fábrica ilicitana de calzado, en una imagen de archivo. :: LV

Un convenio 'transformador'

La patronal del calzado quiere aprovechar la negociación para ganar competitividad y los sindicatos recelan

Gaspar Macià

Lunes, 2 de mayo 2016, 00:51

La negociación del nuevo convenio colectivo del sector del calzado, que afecta a más de 23.000 trabajadores en toda España, está de nuevo en marcha. En un marco cada vez más desregularizado por los efectos de la reforma laboral, las patronales (FICE y AEC) y los sindicatos (CC OO y UGT) parten, como es habitual de posturas diferentes, y en algunos casos aparentemente irreconciliables. Los empresarios quieren aprovechar para impulsar medidas de mejora de la productividad y modernización industrial, mientras que la parte social ve en estas propuestas una pérdida de derechos.

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Las conversaciones se retomaron el pasado martes, tras un primer encuentro el 18 de febrero, y se han fijado nuevas rondas para los próximos días 17 y 24. De momento, poco se ha avanzado más allá del intercambio de propuestas.

Las patronales quieren que el nuevo convenio actúe «como una de las herramientas de transformación gradual del calzado hacia un sector más competitivo», según el comunicado emitido por FICE. Esta industria «debe seguir siendo un buen motor de empleo en los próximos años, al ritmo que se recupere la producción en España hasta niveles anteriores a los de 2007/08».

Las propuestas patronales a los sindicatos se centran en cuatro áreas: empleo, formación, flexibilidad y contratación. Según FICE, los avances que puedan derivarse de estos capítulos «deberían traducirse en mejoras en costes, productividad e inversiones a largo plazo». Lo que, a juicio de la patronal, «permitirá incrementar el poder adquisitivo de los trabajadores del sector calzado en este nuevo periodo». Todo ello, según añade la federación zapatera, «sin perder la competitividad ganada en los mercados internacionales en los últimos años, que está conllevando crecimientos moderados en la producción y empleo».

Álvaro Sánchez, director general de la AEC, incide en que la propuesta patronal «plantea un nuevo enfoque del sector a nivel productivo. Las empresas necesitan profesionales cada vez más cualificados y sistemas productivos más modernos e innovadores, para ganar en competitividad». El convenio, añade, «tiene que ser una herramienta para conseguir esos objetivos».

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Entre las medidas propuestas por la patronal se incluye negociar un nuevo contrato de formación y aprendizaje que (al igual que el convenio colectivo del calzado en Italia), «tras lograr tras lograr el visto bueno de las Administraciones públicas, impulse el atractivo del sector entre los más jóvenes, facilite la formación de los nuevos trabajadores y permita una mayor adaptación formativa a las necesidades percibidas por las empresas», añade FICE.

Otras medidas asociadas a estas áreas propuestas por los empresarios son potenciar los contratos de relevo en el ámbito de la empresa, facilitar los procesos de reestructuración, e incrementar la flexibilidad en las jornadas laborales mediante, por ejemplo, la utilización de contratos a tiempo parcial entre fijos discontinuos, para el seguimiento de la producción.

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Doble discurso

Para los sindicatos, las propuestas de la patronal son «otra provocación». CC OO y UGT aseguran, en un comunicado conjunto, que «nuestro objetivo es que el convenio pueda negociarse y no entrar en constantes incitaciones». Según indican, la patronal respondió en la reunión a algunas de sus propuestas, ofreciendo un día sin retribución por fallecimiento de un familiar de tercer grado solo en caso de consanguinidad y no de afinidad; permiso por boda para parientes de primer grado de consanguinidad, ampliación del derecho de información a la representación legal sobre plantillas estructurales, eventualidad y ETT.

Desde CC OO y UGT aseguran que el discurso de la patronal de que el convenio actúe como una herramienta de transformación para mejorar costes y productividad, «cuando concretan sus propuestas este discurso se ve que no coincide». Aseguran que «lo único que detectamos es menor coste productivo, pues lo que pretenden es abaratar los derechos de las personas que trabajan en el sector». Apuntan como ejemplo que la recomendación del contrato fijos discontinuos es para que el personal indefinido «pase a esa modalidad», y que la ampliación de la flexibilidad «se centra en suprimir el acuerdo con el comité de empresa para disfrutar de las horas hechas de más y anular el recargo de la segunda hora. Efectivamente menos costes, pero sus reivindicaciones no son las necesidades del sector para afrontar los nuevos retos».

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Sánchez defiende que las propuestas de la patronal «no significan reducir plantillas ni eliminar derechos adquiridos». El director general de AEC explica que «pasar a un nuevo modelo más productivo e innovador requiere inversiones por parte del empresario para crear estructuras más modernas».

Añade que «en otros países ya lo han hecho y cuentan con herramientas más modernas para poder competir. Nosotros debemos adaptarnos también a nuevos modelos productivos, y eso debe reflejarse en el convenio», argumenta Sánchez.

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Respecto a las peticiones sindicales, el director general de AEC asegura que «no podemos dar más de lo que las empresas pueden asumir. No estamos en disposición de conceder determinados permisos a empleados que trabajan en un sector que tiene que hacer frente no ya a un mercado nacional, sino internacional».

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