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Manuel Campo Vidal LP

«El político que no acude a un debate electoral paga un precio»

El periodista Manuel Campo Vidal defiende los debates como «un derecho ciudadano»y critica una campaña «a base de lo que me conviene o no»

Arturo Checa

Valencia

Domingo, 7 de mayo 2023, 01:17

Habla desde la autoridad que le da medio siglo de experiencia en televisión, de haber moderado el primer cara a cara entre dos aspirantes al Gobierno (Aznar y González), al que siguió un sinfín de debates con Rajoy, Zapatero, Rubalcaba, Pedro Sánchez… Manuel Campo Vidal ( ... Camporrells (Huesca), 1951) es hoy uno de los grandes luchadores contra la 'España vaciada' y autor de un libro cuyo título dice mucho: 'La cara oculta de los debates electorales'.

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–¿Por qué hay que hacer debates electorales?

–El debate electoral es un derecho de los ciudadanos. El elector tiene derecho a ver cómo se desenvuelven los candidatos en un momento de crisis creada dialécticamente porque le va a dar una idea de cómo respondería a una crisis en el gobierno. El 24 de mayo se cumple el 30 aniversario del primer debate entre Felipe González y José María Aznar, que organizamos en Antena 3 Televisión. Ahí se dio un gran paso, porque no se había visto nunca en España.

–¿Fue un antes y un después?

–La siguiente semana hubo otro debate en Tele 5 moderado por mi amigo Luis Mariñas. Y luego 15 años de parón de debates. Aznar no los aceptaba y recomendaba a Rajoy, al que había designado, que tampoco lo hiciera. En 2008 la Academia de Televisión logramos hacer dos más con Zapatero y Rajoy; en 2011, Rubalcaba y Rajoy; en 2015, Rajoy y Pedro Sánchez. Luego ha habido debates a cuatro y cinco. Y las audiencias prueban que la expectación es máxima. Por ello es bueno que haya debates. No sólo para unas elecciones generales, sino también debates en municipales y autonómicas.

–¿Si es un derecho de los ciudadanos no debería ser una obligación de los candidatos?

–Hay países en los que es una obligación legal, como creo que Chile o Perú. Hay otros en los que está en la costumbre. Lo importante es que se hagan. Y lo importante es que quien no vaya a un debate, quien se niegue a ello, pague un coste por ello. El precio de la silla vacía. Pero por lo que tengo entendido en la Comunitat Valenciana hay por lo menos uno o dos debates y todos los partidos con representación han aceptado, ¿no? ¿Es así?

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–Bueno, no exactamente... El presidente de la Generalitat y el alcalde de Valencia han declinado participar en el debate que organiza LASPROVINCIAS y Cadena Cope...

–¿No lo han aceptado?

–No, argumentan que no pueden estar en todos.

–Me extraña... Pero no podemos pedir a los candidatos que vayan a seis debates. Si un candidato acepta un debate, hombre, yo preferiría que aceptara dos, aunque tampoco le podemos pedir que se pase todo el día en debates. No me meto en dónde lo hacen o con quién. Lo importante es que vayan. La ciudadanía tiene derecho al debate y creo que el político que no va paga un precio, pero ante la multiplicad de medios no se les puede pedir ir a todos. Dos o tres debates electorales no alteran mucho la campaña.

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«No podemos pedir a los candidatos que vayan a seis debates, lo importante es que debatan»

–Puig y Ribó sí acuden a los debates de la Cadena Ser y À Punt...

–Bueno, pero aceptan uno en la radio y otro en la televisión. La virtud de la Academia de Televisión es que emitía una señal de porte institucional a la que accedía todo el mundo. Y cada medio personalizaba el debate con un programa previo y posterior. La pena es que no se organicen la cosas así.

–¿Puede haber otras razones para que un político diga que no a un debate?

–Aceptar un debate es complicado. Hay que tener mucha confianza en el moderador, en el candidato, porque a veces él quiere pero el partido no; o a veces el partido quiere y el candidato no se anima. Hay que tener confianza en la institución que lo organiza. Un debate es una cadena de confianzas. Si todo eso se da, se puede dar el debate. Pero abundan los asesores de 'mejor que no vayas', 'corres mucho riesgo', 'ya te va suficientemente bien'... Un debate genera mucho miedo. Yo apuesto por la normalización de los debates.

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«Tras el cara a cara de González y Aznar hubo 15 años de parón. Aznar no quería y dijo a Rajoy que tampoco»

–Casi hay más 'nos' que 'sís' a los debates...

–Sí, cuando se hace un resumen de los debates, habría que saber la cantidad de debates frustrados que acumulamos en nuestra historia profesional. (Ríe). No te puedes ni imaginar. Conseguir un sí en un debate es muy difícil.

–¿Cuánto influye un debate en el voto?

–Es siempre beneficioso para quienes participan, salvo que se pierda estrepitosamente. Y sobre todo genera participación. La gente vota más si hay debate, genera clima electoral.

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–¿Qué pierde la democracia cuando no hay debates?

–La falta de debates empobrece la campaña electoral. En vuestro caso al menos los hay, otra cosa es que sea en casa del vecino...

–¿Existe esta oposición a debatir en otros países?

–Por ejemplo, en Francia siempre hay debates. Garantizado. Hay otros como Reino Unido que los empezaron más recientemente. En Italia, Berlusconi participó dos veces en un debate con Romano Prodi. Luego se negó a participar en más. Estuve en una conferencia en la Universidad de Milán, un coloquio con moderadores de debates en Europa, para intentar forzar a Berlusconi a debatir. Que tiene delito. Pero no lo hizo.

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«Un debate genera mucho miedo. Abundan los asesores de 'mejor que no vayas', 'corres mucho riesgo'...»

-¿Cómo debe ser el moderador de un debate electoral?

–Lo más discreto posible. No es su día. Es el día de los que intervienen. Y no todos los periodistas están dispuestos a tener una posición discreta. Es un error hacerse el protagonista.

–¿Cuánto influyen las encuestas de cada partido para decidir 'sí' o 'no' a un debate?

–Soy sociólogo, y no tengo nada en contra de las encuestas, pero lo primero es que cada vez son menos precisas y cada vez se demuestra más que la gente decide su voto 48 horas antes o en la última semana. Las encuestas son sólo orientativas. Pero igual que no se puede gobernar a base de encuestas, tampoco se puede dirigir una campaña electoral diciendo 'me conviene' o 'no me conviene'. Es una cuestión de convicciones democráticas. Hoy día no es aceptado que un político no acepte un debate. No es presentable. Otra cosa es que no podamos obligarle a que haga más de uno.

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