María José Catalá hace gestos de triunfo al llegar ayer a la sede popular tras su victoria en las municipales. Jesús Signes

El PP da un zarpazo de 151.000 votos tras devorar a Ciudadanos

Catalá suma casi el doble de apoyos que en 2019 y será alcaldesa al no sumar el Rialto suficiente mayoría para pactar

Arturo Checa

Valencia

Lunes, 29 de mayo 2023, 02:01

La clave estaba en un concejal. Lo decían todas las encuestas. Y en un concejal ha estado la victoria de María José Catalá. Un edil que de haber caído en manos de Compromís (formación con quien estaba en liza) hubiera supuesto una reedición de dos mandatos del Gobierno del Rialto. Pero acabó en el lado popular. Joan Ribó y la eterna aspirante Sandra Gómez comparecieron cerca de las 11 de la noche para felicitar «a la futura alcaldesa». Conscientes de que ya no sumaban y de que no lograrían repetir la historia de 2015: que el PP fuera el ganador y que ellos pasaran por delante con un pacto de izquierdas.

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Catalá será alcaldesa tras un formidable zarpazo de más de 151.000 votos que la impulsan hasta los 13 concejales, cinco más que en los anteriores comicios e incluso 3 más que en 2015, cuando Rita Barberá ganó las elecciones pero no pudo gobernar. La cifra supone reunir 66.000 apoyos más que en las elecciones municipales de 2019. Una victoria que Catalá (con la inestimable ayuda de su escudero, el número dos, Juan Carlos Caballero) ha fraguado paso a paso. En la calle. Sin entrar en el barro de las polémicas, ni en las declaraciones del día a día ni en los debates. Si contestar a los «pufos del pasado» que se convirtió en la estrategia central de la socialista Sandra Gómez. Visitando cada uno de los 88 barrios y 19 distritos. Alguno de ellos en más de una ocasión. Pisando infinidad de mercados.

Pero volvamos a los 151.000 votos de Catalá. Un respaldo que ha sido también una catapulta para Carlos Mazón en su llegada a la Generalitat. El respaldo en la capital ha impulsado al lider popular. No tanto como su feudo, Alicante, pero los votos de Valencia fueron gasolina en la aspiración finalmente lograda por Mazón de lograr el sillón del Palau. Así lo demuestra la comparación de esos apoyos a Catalá con los más de 800.000 que ha recibido el PP en clave autonómica.

Anoche, en la sede popular, entre abrazos, sonrisas y gestos de victoria, Catalá subrayó las cifras: «Es un momento muy importante para nosotros, muy emocionante para este partido. Quisiera dar las gracias a los más de 400.000 valencianos que han ido a las urnas en la ciudad y que se han manifestado con contundencia. Este resultado y esta participación legitima mucho el resultado de estas elecciones. Y quiero dar las gracias a esos 150.000 valencianos que han votado al PP».

La futura alcaldesa puso el acento en el aumento de respaldos: «Gracias por la confianza y por las ganas que han puesto en estas elecciones, con una participación histórica. El PP de la ciudad de Valencia ha recuperado la alcaldía para todos los valencianos».

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La apisonadora en que se ha convertido el PP en la capital (sacando más de 50.000 votos a la segunda fuerza política en el cap i casal, Compromís) se explica principalmente por un extremo: los populares han fagocitado a Ciudadanos. La formación de Fernando Giner desaparece del hemiciclo municipal. Y buena parte de los 58.000 apoyos que pierde la formación naranja van a caer a la bancada popular. El resto de votos que pierde Ciudadanos, la ingeniería electoral dirá si han ido a parar al PSPV o a Vox, las otras dos formaciones que suben en estas elecciones municipales.

Ahora queda por ver la 'hoja de ruta' que sigue María José Catalá en su camino hacia el despacho de la alcaldía. Los cuatro concejales logrados por el Vox del catedrático Juan Manuel Badenas se convierten en la llave de la gobernabilidad. Una estabilidad que se antoja más que necesaria ante los 16 ediles que suman PSPV y Compromís. Aunque durante la campaña Catalá ha asegurado en varias ocasiones que gobernaría en solitario, sin apoyo de Vox, al menos para su investidura necesitará su respaldo. Llega el turno de las negociaciones y los despachos.

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Si clave ha sido la victoria parcial de Catalá en la lucha por ese escaño en disputa con Compromís, no menos vital ha sido que Pilar Lima no logrará representación con su Podemos. Ni siquiera la muy pregonada polémica con 'El Hormiguero' de Pablo Motos ha servido para impulsar a la formación morada en el Consistorio. Y su entrada hubiera supuesto otro obstáculo en el camino de la popular hacia el sillón de Ribó, como ya pronosticó la encuesta de LASPROVINCIASpublicada hace una semana, y que depositaba en este extremo una de las posibilidades de que volviera el gobierno del Rialto.

Y los barrios, esos en los que Catalá se ha volcado, se antojan decisivos en el resultado final. Un botón como muestra: ayer a mediodía, distritos tradicionalmente de derechas como Eixample o Pla de Real superaban en mucho en participación a otros de izquierdas como Olivereta o Poblats de l'Oest. Sandra Gómez achacó ayer su derrota a unos misteriosos «poderes fácticos». Lo cierto es que la calle ha hablado.

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