Este domingo por la noche se cierran dos círculos. Uno en el socialismo valenciano y otro en la serie más aclamada de HBO de los últimos tiempos: Succession. En ambas familias se pone fin a una era, con la necesidad de determinar un sucesor al ... patriarca. En la serie, incluso con el cabeza de familia vivo, sus hijos intentaron quedarse con el negocio familiar, lo mismo que en algunos momentos del mandato de Ximo Puig a lo largo de estos años. Pero con el resultado de las urnas, eso es casi lo que menos importa. La federación socialista valenciana se ha quedado huérfana. Algo se intuía a lo largo del fin de semana, a la vista de algunos de los movimientos que se sucedieron en las últimas horas antes de votar. Parecía que se había decidido apretar lo que no se había hecho en los quince días anteriores. Whatsapps del propio Ximo Puig pidiendo un esfuerzo extraordinario, vídeos motivadores en la jornada de reflexión y mensajes en la tarde de domingo, de nuevo de Puig, para que llamaras a todos tus contactos que no hubieran podido ir a votar. «Vamos a conseguirlo», decía. Es decir, que no estaba hecho. Y claro que no lo estaba.
Ahora todo son lamentos, por lo cierto es que había habido avisos durante estas últimas semanas. La derecha estaba hipermovilizada y la campaña del PSPV había sido casi inexistente, apelando a una gigafactoría y a una gestión de la pandemia que ya parece algo lejana. Puig ha sido estos días como aquel el capitán del Titanic que vio el hielo demasiado tarde. en su equipo pensaron que el barco era insumergible. En campaña electoral nadie ha subido a la cubierta ni a mirar con prismáticos si había algún obstáculo. Pero el iceberg era real. La derecha llenaba plazas de toros y se subía a una ola que ha sido arrolladora. Tenían, como dice su canción «ganas de ganar con ganas». Con Puig fuera de juego, se abre ahora un periodo muy convulso para la federación valenciana, especialista en guerras internas. Los socialistas se quedan sin referente, y todo parece que harán como los Roy. Pelear por reflotar el negocio.
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