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Ximo Puig, este domingo, en la sede del PSPV. JESÚS SIGNES
El PSPV vive su particular 'efecto Barbie' por el pacto PPCV-Vox

El PSPV vive su particular 'efecto Barbie' por el pacto PPCV-Vox

Los socialistas sacan rédito de la movilización contra las derechas y suben más de tres puntos desde el 28-M en la Comunitat

M. Hortelano

Valencia

Domingo, 23 de julio 2023

Las salas de cine de toda España llevan desde el jueves colgando el cartel de no hay entradas para lo que ya es un fenómeno cinematográfico y social: la película 'Barbie'. Una especie de aquelarre feminista en el que ellas están empoderadas, buscan acabar con el patriarcardo y garantizar una igualdad que en el cine es del todo efectiva. Además, en la cinta los compañeros de la muñeca, los famosos Ken, buscan derrocar a las mujeres, transitan a caballo y repiten clichés contra ellas para convertir 'Barbieland' en 'Kenland'. La crítica ha sido tal que en Estados Unidos, el partido republicano, ha cargado en tromba contra la película. Mientras, en España, las salas se han llenado de espectadoras jóvenes, que han visto en la cinta un espejismo de lo que la izquiera había pintado que sucedería en España tras el 23-J, tras la firma de los pactos del PP con Vox en varias comunidades. Una de ellas, la valenciana. Así que el PSPV ha vivido este domingo su particular 'efecto Barbie' alentado por el miedo a las derechas.

La federación que dirige Ximo Puig, con el 99,8% de los votos escrutados, sumaba ya 844.035 votos y subía un escaño respecto a 2019. Pero, sobre todo, conseguía aguantar y crecer en escaños y porcentaje de votos no sólo respecto a las últimas generales (pasa de 10 a 11 diputados). Sobre todo, respecto a las autonómicas (del 29,07% que obtuvo Ximo Puig al 32,2% de este domingo).

En la Comunitat se ha vivido una situación muy particular, porque el PPCV fue la primera sucursal popular en cerrar un pacto de gobernabilidad con el partido de Santiago Abascal. Un acicate que los socialistas llevan utilizando toda la campaña a nivel nacional. Los de Ximo Puig han movilizado a su electorado basándose en el pacto firmado para investir presidente de la Generalitat a Carlos Mazón, en el que Vox ha acabado con tres consellerias y una controvertida declaración sobre la violencia intrafamiliar para hablar de la violencia de género. Así que el PSPV tiró de ese 'efecto Barbie', como dique de contención de la revolución planeada por los Ken.

Y es que, en la Comunitat, esta última semana de campaña ha sido absorbida por todo lo relacionado con la composición del nuevo Consell. Desde la toma de posesión del nuevo presidente, Carlos Mazón, el lunes, a la formación del nuevo Ejecutivo valenciano, a mitad de semana, y las primeras medidas, con una rebaja de impuestos. Con un PSPV que ha perdido todo su poder institucional a nivel autonómico y provincial, los datos de este domingo suponen un balón de oxígeno para la organización, que estaba abocada a una guerra interna por las migas que quedan en toda mesa después de una comida copiosa que ha durado ocho años.

Los resultados del PSPV de este 23-J mejoran en más de 144.000 votos los que obtuvo Puig apenas hace dos meses, en las autonómicas de mayo, y en más de 136.000 votos los que logró Sánchez en la Comunitat hace ahora cuatro años. En porcentaje, la candidatura socialista al Congreso ha mejorar en tres puntos la que el PSPV presentó a Les Corts, lo que permite al partido darse una tregua orgánica que permita a la organización recomponerse mientras dirige la oposición.

Por el camino, en apenas dos meses, los socialistas han perdido la Generalitat (y la cantidad de puestos que ello supone), las tres diputaciones y dos de los tres ayuntamientos de las capitales de provincia, donde formaban gobierno con Compromís.

Pero los resultados de estas generales, que deparan un tablero político incierto, despejan la crisis orgánica, en la que ya sonaban tambores de congreso extraordinario si Sánchez hubiera sido descabezado, anoche. El PSPV, aún así, no ha ganado las elecciones en la Comunitat y se tiene que conformar con una segunda plaza, pero las cifras dan esperanza a una federación que se la ha jugado a infligir un miedo a Vox que ha sido especialmente efectivo para movilizar a su electorado. La federación valenciana ha echado mano del pacto de los populares con los de Abascal en la Comunitat para rentabilizar los efectos de una unión que en España aún sonaban a experimento, pero que tenía en la Generalitat su campo de pruebas.

Los números sirven al partido para calmar sus aguas y para situar a once parlamentarios en Madrid, uno más de los actuales. Así que el PSPV pudo celebrar anoche un segundo puesto que sabe a gloria.

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