La agricultura ecológica continúa creciendo en la Comunitat Valenciana

La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, acompañada por el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Roger Llanes, del director general de Desarrollo Rural, David Torres y del presidente del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV), Vicente Faro, dieron a conocer los datos del Informe Anual de la Producción Ecológica de la Comunitat Valenciana en 2021.

En el transcurso de una rueda de prensa, se presentaron los datos de evolución del sector durante los últimos años, haciendo especial incidencia en el número de agricultores, empresas e importadores que se dedican a este sistema de producción.

Además, también pusieron sobre la mesa, entre otros muchos datos, el número de hectáreas certificadas en producción ecológica y lo que representan frente al total de la superficie agraria de la Comunitat Valenciana; los cultivos que cuentan con mayor representación y los mercados de destino, las principales comarcas productoras, así como el volumen de negocio que el sector ecológico mueve en nuestro territorio.

Por su parte, el presidente del CAECV, Vicente Faro, defendió el modelo de certificación pública de la Comunitat Valenciana. «Estamos hablando de mucho más que una certificación, ya que es capaz de dotar de una mayor transparencia, independencia, eficiencia, simplificación en la gestión, ajuste del coste de la certificación y optimización en la gestión de recursos».

La Comunitat Valenciana cerró 2021 con 4.263 operadores. Esta cifra supuso un incremento del 20,2% en el último año (2020 - 2021) En los últimos 10 años (2011 - 2021), el número de operadores certificados se ha incrementado en un 113%, al pasar de 1.994 operadores en 2011, a los 4.263 que tenemos actualmente.

Si hacemos referencia al número de productores (agricultores, ganaderos, viveristas y productores acuícolas), en 2021 hemos crecido un 24%, alcanzando los 3.358.

En cuanto al número de empresas, hemos cerrado 2021 con 809 empresas, 61 más que en 2020, lo que supone un incremento del 8,1%.

El número de importadores en 2021 es de 96, 7 más que en 2020, lo que supone haber incrementado en un 7,8%.

En cuanto a la superficie certificada en 2021, ha sido de 153.503 hectáreas, un 4,5% más que en 2020. Del total de la superficie certificada, 133.547 hectáreas es superficie certificada de secano y el resto, 19.956 hectáreas, de regadío.

En los últimos 10 años (2011 - 2021), la superficie certificada en la Comunitat Valenciana se ha incrementado en un 134,5%, al pasar de 65.461 hectáreas certificadas en 2011, a las 153.503 que tenemos actualmente.

En estos momentos, la superficie dedicada a la agricultura ecológica en la Comunitat Valenciana representa el 6,6% de la Superficie Agraria Total (SAT) y el 20,5% de la Superficie Agraria Útil (SAU) (Tierras de cultivo y pastos permanentes), cuando al cierre de 2020 la superficie agraria total era del 6,3% y la útil el 17,9%.

Hay que recordar que la Comisión Europea ha marcado como objetivo que, en 2030, el 25% de la superficie de cultivo total de Europa sea ecológica.

La agricultura ecológica está presente en el 86% de los municipios de la Comunitat Valenciana. De los 542 municipios que conforman nuestro territorio, 468 tienen algún tipo de cultivo ecológico. En 2020 estábamos presentes en 450 municipios (el 83%).

En los últimos años, la media de edad de las personas que se incorporan a la actividad ecológica certificada es de 48 años.

El 30% de las productoras ecológicas certificadas por el CAECV son mujeres. En dos años se ha producido un incremento de la incorporación de la mujer al sector ecológico del 26%.

Estos dos datos (el de la edad media de las personas que se incorporan a la actividad ecológica y el de la representatividad de la mujer dentro del sector), demuestran que el sector ecológico de la Comunitat Valenciana está resolviendo dos problemas históricos que tiene el sector agrario: la falta de relevo generacional y la incorporación de la mujer.

Todo ello sin contar otro tema clave, que no es otro que el de la rentabilidad económica del sector. La evolución del volumen de facturación de todo lo que genera el sector es muy importante, y en el último año ha crecido un 17,6%, alcanzando un volumen de facturación de 736,2 millones de euros.

En cuanto al destino de las ventas, en el último año también se ha producido un ligero incremento del consumo interno del producto ecológico, pasando de exportar el 63% en 2020, a exportar el 61% en 2021 (en 2019 exportábamos el 70%). En estos momentos, el consumo de productos ecológicos se distribuye del siguiente modo: CV: 16%, España: 23%, UE: 51%, fuera de la UE:10%.

El presidente del CAECV, Vicente Faro, fue el encargado de presentar las conclusiones del informe y apuntó que «en 2021 se ha consolidado la tendencia de crecimiento de años anteriores, pero este crecimiento debe ir acompañado por un incremento en las ventas que garantice la rentabilidad y la sostenibilidad del sector ecológico».

Faro puso también sobre la mesa los principales retos y oportunidades a los que se va a enfrentar la agricultura ecológica en los próximos años, con especial hincapié a la fertirrigación en común que, en muchas ocasiones, limita el desarrollo del sector.

El presidente del CAECV hizo especial referencia a seguir trabajando en investigación, educación y distribución consciente y ha explicado que es fundamental incentivar el consumo interno de alimentos ecológicos a través de comedores escolares y lugares públicos donde se ofrezcan alimentos, estos sean en la medida de lo posible de nuestra Comunitat y, preferentemente, ecológicos. «Tanto las administraciones autonómicas, como locales, deben, en sus pliegos de condiciones, incentivar el consumo de alimentos ecológicos en hospitales, residencias, colegios y guarderías».

Una cooperativa que es todo un referente en la producción ecológica es Cofrudeca. La cooperativa de Bélgida en la comarca valenciana de la Vall d'Albaida cuenta con una producción del 80% de producto ecológico y cada año sigue creciendo.

A finales de los 80, cuando todavía no existía una cerfiticación oficial como CAECV, comenzaron a trabajar sus campos de forma ecológica. «En aquel momento nos certificaba 'Vida Sana' que era una asociación de consumidores», contó Domingo García, técnico de campo de la cooperativa. Pero la razón por la que se iniciaron en 'lo ecológico' fue gracias a la propuesta que recibieron de una empresa francesa que les solicitó producción de cítricos ecológicos. «A partir de este momento, comenzamos a trabajar de otra manera», resaltó García.

En los 14 millones de kilos de productos biológicos que cosechan los agricultores de Cofrudeca se encuentran cítricos, caquis y frutos con hueso.

Según la cooperativa, que el crecimiento de producción sea mayor y aumente más rápido depende de la tendencia del consumidor interior. «El 90% de nuestra producción ecológica se exporta a Europa, en nuestro país todavía queda mucha pedagogía que realizar y es fundamental concienciar a los consumidores y hacer que se planteen qué herencia quieren dejar a sus hijos y nietos», afirmó García, que recordó «que es trabajo de todos seguir apostando por la sostenibilidad».

El principal destino de la fruta ecológica de la empresa es Europa, destacando Francia, Alemania y Países Bajos.

Si Cofrudeca es un referente en producción ecológica, no lo es menos David Bosch, un agricultor que desde Corbera, en la Ribera Baixa, impulsa y acerca las verduras y hortalizas biológicas al consumidor. Y lo hace no solo produciendo un producto excelente, sino dedicando tiempo a la formación y divulgación, dejando patente los beneficios y valores que aporta este modo de trabajar la tierra al consumidor y al medio ambiente.

Para Bosch es crucial educar a los más pequeños que son el futuro. «Por eso, realizo charlas en escuelas, aunque también creo que es necesaria la reeducación de los adultos».

Desde l'Horteta de Greta, una tienda en un huerto con cultivos ecológicos que trabaja por recuperar las semillas autóctonas valencianas y donde además se pueden comprar productos que Bosch cultiva allí mismo, este agricultor valenciano comenzó a caminar como productor ecológico en 2019 y una de sus aspiraciones es que «cada vez se acerque más gente a conocer y recoger los alimentos al campo. Que vengan solos o en familia y disfruten de la naturaleza de forma sosegada». De modo que «se convierta en algo habitual como es ir al supermercado, pero con un producto sostenible y de proximidad, y sin el estrés que se respira cuando se acude a un supermercado», recalcó Bosch.

Preocupado y ocupado en que no se pierdan los sabores tradicionales del campo valenciano, en sus 18 hanegadas de superficie cultiva 150 variedades de hortalizas: más de una decena de familias de pimientos, más de cuarenta variedades de tomates, berenjenas, calabazas, judías, maíz, melones, colirábanos, fresas, brócoli, etcétera.

Además de su tienda, huerto y labor divulgativa, Bosch preside desde 2021 la Associació de Productors del Garrofó y es miembro de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

El labrador también hizo hincapié en la filosofía del agricultor que de alguna manera tiene que cambiar. «Para que se produzca un buen relevo generacional en el campo es necesario que el agricultor no trabaje la tierra como hace 200 años, la digitalización está en nuestra mano y debemos aprovecharla. Es fundamental acercar al consumidor todo el proceso, para que conozca la trazabilidad del producto desde el origen, por ello podemos ir al campo móvil en mano y mostrar vídeos y fotos de nuestro trabajo y no ser meros productores».