Normalizar la asistencia para que la pandemia no frene el diagnóstico

Durante 2020 se prevé que se diagnostiquen alrededor de 33.000 casos de cáncer de mama en España. Se calcula una de cada ocho mujeres españolas padecerá esta enfermedad en algún momento de su vida, aunque la tasa de supervivencia a cinco años es superior al 90%. Unos datos, que forman parte de distintos estudios de la Sociedad Española de Oncología médica (SEOM) y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sobre la incidencia de este tipo de cáncer y que marcan la efectividad de los programas de cribado, de la mejora de los tratamientos, cada día más personalizados, y de la investigación.

Bajo estas premisas, ayer Día Mundial del Cáncer de Mama 2020, la mesa de expertos de LAS PROVINCIAS quiso reunir a expertos sanitarios, profesionales médicos y personas afectadas directa o indirectamente por esta dolencia para abordar su tratamiento y cura desde diversos puntos de vista. El desayuno, celebrado en las instalaciones del periódico teniendo en cuenta todas las medidas de seguridad e higiene que marcan los protocolos actuales, participaron expertos de diferentes perfiles, todos ellos vinculados al tratamiento del cáncer de mama, su evolución y mejora. Durante el desayuno intervinieron el doctor Joaquín Gavilá, jefe clínico del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO), la doctora Begoña Bermejo, oncóloga del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de Mama del Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva) del Hospital Clínico de Valencia, la doctora Dolores Salas, jefa de servicio de Promoción de la Salud y Prevención en el Entorno Sociosanitario, Cristina Flor, psicooncóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y la paciente María Escrihuela, en un constructivo intercambio de ideas moderado por la periodista Carmen Bort.

Durante el debate se pusieron sobre la mesa las novedades en la lucha contra el cáncer de mama, los tratamientos más novedosos que apuestan por los estudios genéticos y la personalización y la actual situación asistencial y de diagnóstico marcada por los efectos de la pandemia del Covid-19. De esta forma, se debatió sobre cómo continuar con los programas de cribado, que aseguran un diagnóstico precoz, con el apoyo a las pacientes desde el primer momento o sobre lo positivo del enfoque de los tratamientos a través de equipos multidisciplinares.

El doctor Joaquín Gavilá, jefe clínico del Servicio de Oncología Médica del IVO, comenzó su intervención recordando el descenso en el «número de primeras visitas por culpa de la pandemia», con «una reducción de primeras visitas de entre un 20 y un 30%», lo que evidencia una menor tasa de diagnostico. La doctora Salas, jefa de servicio de Promoción de la Salud y Prevención en el Entorno Sociosanitario, recordó que el de mama es «el cáncer más diagnosticado en la Comunitat Valenciana» y «el que mejor tasa de recuperación tiene» gracias los programas de cribado que comenzaron a realizarse de nuevo, tras paralizarse con el Estado de Alarma, en el mes de mayo, con cautela y con todas las medidas higiénico sanitarias necesarias. «Hacemos un llamamiento a que los programas sigan como estaban a pesar de la pandemia porque si no tendremos repercusión en las tasas de mortalidad», comentó Salas.

Los programas de detección precoz sufrieron un parón pero, tal y como recordó la doctora Bermejo, del Grupo de Investigación del Cáncer de Mama del Incliva, se ha seguido «manteniendo la actividad de quimioterapia y radioterapia en los hospitales de día». «En la Comunitat hemos sido afortunados en cuanto a la incidencia del Covid-19 y la presión asistencial y hemos aprendido de esta situación, por ejemplo, cambiando la pauta de fraccionamiento de los tratamientos de radioterapia, algo que ha venido para quedarse».

La psicooncóloga de la AECC, Cristina Flor, advirtió en su primera intervención de que, por lo general, las mujeres suelen posponer un diagnóstico relacionado con el cáncer de mama por culpa de factores sociales, familiares e incluso laborales, anteponiendo distintas cuestiones a su propia salud. «Estamos notando que la pandemia se ha convertido en un factor más y algunas mujeres minimizan algo que notan en su cuerpo también por miedo a asistir a los hospitales», puntualizó.

María Escrihuela aportó durante el debate su visión como paciente de cáncer de mama que aún se encuentra en tratamiento. Recordó la fase de diagnóstico que le llevó a conocer su enfermedad y a cómo se mentalizó en un primer momento: «Ahí identifique dos guerras, la médica, en la que no podía hacer nada, y la personal, en la que debes levantarte cada día. La familia y los amigos son vitales. Si todos te tratan como un enfermo, entras en un remolino en el que desarrollas más síntomas de los que tienes. El apoyo personal es muy importante».

Este punto del encuentro quiso detenerse en el reconocimiento a la labor del personal sanitario de la Comunitat Valenciana. Para María, «un grupo de profesionales excelente». «Podemos estar bastante orgullosos de cómo funciona la Sanidad valenciana a todos los niveles de lucha contra el cáncer. Tenemos un programa de cribado desde 1992, que ha funcionado bien estas décadas y hace que se diagnostique en fase precoz. De esta forma, el cáncer de mama ha sido el motor de la atención oncológica y eso ha permitido que sus protocolos se trasladen al resto de tipos de cáncer», comentó la jefa de servicio de Promoción de la Salud y Prevención en el Entorno Sociosanitario.

Aportar esperanza a las pacientes se planteó como algo esencial. «Hay que dar una señal de esperanza, de que esto se cura y de que se puede vivir con ello», recordó la doctora Bermejo, mientras el doctor Gavilá incidió en la importancia de los nuevos tratamientos personalizados y que dan más esperanzas a miles de mujeres cada año. «Queremos curar más y mejor, controlar la enfermedad siendo lo menos agresivos posible. Gracias a test genéticos podemos evitar la quimioterapia en más del 40% de algunos tipos de pacientes. Cada vez seleccionamos mejor y damos tratamientos más personalizados», destacó. La batalla no se libra a solas. Los profesionales sanitarios presumieron de la buena comunicación que existe entre grupos de investigación y hospitales. «Una llamada puede ayudar y mucho a nuestras pacientes», resumió el doctor Gavilá. «Tenemos institutos y laboratorios de investigación que están en esa lucha de personalización que bajará la toxicidad de los tratamientos y aumentará la supervivencia. El cáncer de mama es la principal causa de muerte en la Comunitat pero en los próximos años esta situación puede cambiar», dijo la doctora Bermejo.

En definitiva, tal y como mantuvo Cristina Flor, «el objetivo siempre debe ser la paciente. Los equipos están cada vez más preparados y vamos hacia un éxito para las pacientes porque el aumento de calidad de vida es enorme».

Para Begoña Bermejo, «gracias a equipos multidisciplinares -formados por oncólogos, cirujanos plásticos, psicólogos, etc.- conseguimos que las pacientes vuelvan en la medida de sus posibilidades a su vida normal». «Tratamos al paciente en un comité en el que nos juntamos un montón de especialistas con el objetivo de tratar mejor y de forma más personalizado y cada vez vamos mejorando los tratamientos», añadió Joaquín Gavilá.

La doctora Dolores Salas recordó que hace unas décadas los tratamientos conservadores solo se podían aplicar al 20% de las mujeres, datos que ahora se han dado la vuelta, ya que, «con los nuevos tratamientos y el diagnóstico precoz, más del 80% tiene un tratamiento conservador».

La charla avanzó hacia la importancia de los programas de cribado y de los circuitos rápidos oncológicos, que permiten que un 75% de las pacientes que son derivadas a ellos sean diagnosticadas con esperanza positiva. «Hay que unir más la atención primaria con la especializada para que sean más efectivas», reclamó la doctora Bermejo.

Los participantes en la Mesa de Expertos hicieron especial hincapié en la importancia de seguir una dieta equilibrada y hábitos de vida saludable. «Después del cáncer muchas mujeres deciden emprender una cruzada de autocuidado. Los expertos debemos tener pautas preparadas para potenciar el autocuidado, que surgen con mucha fuerza en muchas pacientes. El empoderamiento es muy importante», destacó Cristina Flor, recordando la importancia de dejar que cada paciente viva la experiencia a su manera, dejándole explorar los apoyos que ella necesite y ayundándoles a afrontar la enfermedad en cada una de sus fases. «Es importante empoderar a la paciente dándole las herramientas que necesite», apostilló el doctor Gavilá.

Las pacientes, comentó la doctora Begoña Bermejo, «cada vez conocen y preguntan más, y eso para nosotros lo hace todo más fácil porque entienden mejor lo que les decimos. Es trabajo nuestro orientarles a dónde buscar la información y dónde no».

Según reconoció la doctora Salas, «nos quedan unos meses duros todavía» en lo que Covid-19 se refiere. «Debemos saber que vamos a convivir con esta situación algún tiempo y poner más énfasis en determinados puntos como la atención primaria, la calidad de vida, la normalización, etcétera. Intentar cuidar que toda esta pandemia no conlleve un efecto secundario importante», indicó.

En este sentido, se analizó los aspectos positivos de la teleasistencia médica, punto con el que todos los especialistas médicos afirmaron sentirse cómodos y haber descubierto cuestiones positivos para con las pacientes. Sin embargo, se volvió a incidir en la importancia de acudir a las citas en los programas de cribado y de preguntar a un facultativo ante cualquier síntoma. «Hay que hacer un llamamiento a las mujeres a que no tengan miedo a volver a ir a los programas de cribado. Las unidades de prevención han tomado las medidas necesarias para minimizar el contagio. Es importante que no lo retrasen y que el Covid-19 no sea un motivo más», añadió Begoña Bermejo. Dolores Salas lanzó el mensaje claro de que «ante cualquier síntoma hay que acudir a médico» y que, «la teleasistencia ha venido para quedarse y ayudará mucho».

Salas también puso sobre la mesa un dato que preocupa a los expertos: la forma en la que las pacientes pueden afrontar la enfermedad. «Necesitan mucho apoyo, poder hacer vida normal y, justo ahora, estamos limitando mucho esas cuestiones. Las condiciones no son idóneas y puede traer consecuencias como cierto aislamiento social». «El personal sanitario es consciente de ello y está dando un plus, poniendo mucho a nivel humano y ayudando al paciente oncológico», completó Cristina Flor

Para cerrar el encuentro, el doctor Joaquín Gavilá quiso recordar la importancia de cómo se está «mejorando la atención integral a las pacientes, con comités multidisciplinares, y nuevos fármacos que curan más o mejor». «La situación pandémica actual puede haber limitado la atención pero los tratamientos están aumentado la supervivencia», añadió.

Para Dolores Salas, «los sistema de atención oncológica están en marcha, no se han parado, y ahora la respuesta está en la ciudadanía, en las mujeres, que deben acudir a las visitas de cribado, que son seguras». «Debemos normalizar el acceso a los programas y al resto de partes del sistema para que el Covid-19 no afecte a la detección del cáncer de mama», destacó.

La doctora Begoña Bermejo incidió en su exposición final en que hay que transmitir a las pacientes «la tranquilidad de que se está haciendo la misma atención que antes del Covid-19 con seguridad y garantías», e hico «un llamamiento también para que no se recorte en investigación».

Cristina Flor recodó que la AECC «sigue manteniendo asistencia tanto presencial como telemática», a la vez que remarcó «la idea de que si hay síntomas hay que ir al medico» y de que «el miedo no es un buen compañero, por lo que afrontar las cosas como son».

La cita finalizó con las palabras de María Escrihuela, quien desde su experiencia como paciente calificó la batalla como «psicológica, tienes que luchar día a día y momento a momento».

«El paciente oncológico es muy agradecido, pero es que el profesional oncológico es vocacional, es un gran compañero de viaje», finalizó.