Felipe de los Ángeles | Ejerce como Policía Local y atesora 22 años de servicio en el cuerpo. Ha trabajado como motorista y lleva año y medio gestionando emergencias de todo tipo en la Sala del 092 de la central de la Policía Local
Este año las fallas no llenarán la ciudad de Valencia de fiesta, las bandas de música no desfilarán al ritmo del pasodoble, ni los falleros lucirán el arte de la indumentaria y la orfebrería en cada acto. Este año las Fallas se viven de otra forma, más sentimental, aunque en cada rincón, asociación o entidad sigue habiendo un latido fallero. El próximo día 19, festividad de San José, será especial por muchos motivos. Este año la pandemia del Covid-19 ha impedido la celebración de las Fallas, ya aplazadas en 2020 cuando recién estaban iniciadas las fiestas josefinas. LAS PROVINCIAS quiere rendir homenaje esa jornada tan emotiva para los falleros con una nueva edición de la Revista de Fallas, con la que se pretende plasmar el esfuerzo desde los diferentes colectivos. El 19 de marzo, junto con el ejemplar de LAS PROVINCIAS, se hará entrega de la Revista de Fallas, en el año más especial para la fiesta, pero durante las próximas jornadas podrá saborear en lasprovincias.es un adelanto de las entrevistas y reportajes que forman parte de esta edición tan especial.
Felipe de los Ángeles
Felipe de los Ángeles tiene 43 años, nació en Valencia y es padre de dos hijos. Alma de policía local, pero también de fallero. Su vida ha transcurrido, y transcurre, entre la sala del 092 de la Policía Local de Valencia, donde trabaja, y su querida falla, Santa María Micaela-Martí l'Humà, en la que ha ejercido como presidente durante cuatro años. Además, ha sido miembro de la Junta Central Fallera y forma parte de la Interagrupación de Fallas. «Las Fallas no serán como antes, necesariamente habrán cambios, pero la ilusión volverá», augura el agente
En su faceta fallera, pertenece a la comisión fallera de Santa María Micaela-Martí l'Humà. En esta falla ha sido presidente durante cuatro años y ahora es miembro de la Interagrupación.
Él es uno de esos policías «enamorados» de su trabajo («Desde niño me ha ilusionado la idea de servir a los demás», afirma), que ha vivido en su propia familia los azotes y miedos de la pandemia, «con mis padres y mi hermana contagiados, pero con síntomas leves». El virus también ha marcado su vida profesional, con los inevitables cambios para garantizar la seguridad en el corazón de las emergencias de la Policía Local de Valencia. «Desinfectamos nuestros auriculares y micrófonos, paso ocho horas con doble mascarilla, estamos separados por mamparas, con ventanas abiertas y aparatos que purifican el aire».
Destaca Felipe el comportamiento «ejemplar» del colectivo fallero durante toda la pandemia pese a la «cancelación a cuatro días de plantar, con todo ya planificado». Fue, resume, «un shock sentimental» para todo el colectivo fallero
Al principio de la pandemia, el servicio tuvo que reestructurarse con turnos, horarios especiales y grupos burbuja. Durante la atención telefónica del 092 ha sido testigo de las «llamadas de familiares que no lograban contactar con sus mayores porque habían fallecido». En las habituales asistencias policiales a mayores por caídas en domicilio «había que asegurarse muy bien de que no estaban contagiados». Luego llegaron las alertas de vecinos por fiestas en casas, la lucha contra los botellones o un «aluvión de dudas de ciudadanos con las restricciones». En su retina quedan «los aplausos a la policía desde los balcones o las solicitudes para pasar a felicitar los cumpleaños a niños y niñas de la ciudad con los prioritarios y los vehículos policiales».
Para Felipe, la suspensión de la fiesta en 2020 supuso «un shock», pero la respuesta ha sido ejemplar: «El mundo fallero ha asumido que lo primero es la salud e incluso ha ofrecido los casales como centros de vacunación», recuerda. El agente cree que la pandemia impondrá cambios en las Fallas: «Igual hay que hacer la Ofrenda en cuatro días o la mascletà con control de aforo». Felipe admite que, para un policía, «las Fallas es la época del año con mayor carga de trabajo y ahora la anhelo». A pesar de la incertidumbre, está convencido de que la fiesta regresará y el fuego y la pólvora llenarán otra vez las calles por las que vela cada día.
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