![Churrerías monumentales](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/01/churreria%20y%20casa%20dragones%20y%20damian1-RAMnGjSnJjwImmQgOKWidYK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Churrerías monumentales](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/01/churreria%20y%20casa%20dragones%20y%20damian1-RAMnGjSnJjwImmQgOKWidYK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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LOLA SORIANO
Jueves, 2 de marzo 2023, 01:36
Parece claro que este año las Fallas van a ser históricas, no sólo por la vuelta a la normalidad, sin restricciones de Covid en los actos, sino también porque serán unas fiestas multitudinarias, puesto que los días centrales del 18 y 19 de marzo caen ... en fin de semana y, además, el día 20 es fiesta en la Comunidad de Madrid y se espera el desembarco de visitantes.
Estos días la ciudad ya se está poniendo 'en modo Fallas', con las primeras mascletaes y el 25 de febrero ya empezó la venta de churros y buñuelos en la vía pública. La cuestión de fondo es que hay puestos de masas fritas que se instalan muy cerca de edificios emblemáticos y monumentos y que a todas luces afean el patrimonio valenciano.
Expertos como César Guardeño, presidente del Círculo Por la Defensa del Patrimonio, opina que estos puestos de churros que se montan junto a monumentos «estarán fuera del área de protección libre de ocupación y guardarán distancias en la mayoría de los casos o en todos, pero no hay duda de que crean un impacto visual negativo».
Sin ir más lejos, uno de los edificios que es buque insignia del centro de Valencia, la Estación del Norte, tiene dentro de su recinto, en la zona de acceso y pegado a las vallas de forja no una sino dos churrerías. Desde la Conselleria de Cultura dan el visto bueno a estos puestos porque no tapan la fachada, hay distancia y consideran que es una instalación temporal y no de obra, pero la realidad es que todo el año hay una de las dos activas.
Justo en la parte exterior de la Estación del Norte, ahora en Fallas, ya se ha instalado una gran furgoneta de una compañía de telefonía con un generador de luz y justo al lado otro contenedor de una compañía de la competencia. «Vaya ruido que hacen estos generadores, no se puede pasar por aquí», comenta un viandante que sale de la parada del metro en ese momento.
«Si Valencia recibe en Fallas miles de turistas y la imagen que se llevan es que no sabemos cuidar la imagen o vender nuestro patrimonio, mal vamos. Y no hay que olvidar que las Fallas, como fiesta, son Patrimonio Inmaterial», añade Guardeño.
Otro caso llamativo de una churrería, con su característico olor a fritos, el ambiente humeante, los potentes focos de luz y los carteles llamativos se encuentra en la calle Sorní con Jorge Juan, justo tapando la visión de la Casa de los dragones, del arquitecto valenciano José María Manuel Cortina y que fue diseñada en 1901 con sus imponentes figuras fantásticas.
Esta churrería se encuentra en la misma acera del inmueble. «Faltará ver si cumple la distancia marcada, pero lo que es innegable es que tapa la visión completa del edificio», añade Guardeño.
De modo que todo valenciano o turista que quiera retratar esta arquitectura tan original durante las Fallas, se tendrá que hacer la foto con el puesto de churros incluido. Desde el Círculo Por la Defensa del Patrimonio detallan que precisamente, en este caso, ya presentaron un escrito de denuncia ante el Síndic de Greuges en 2022».
Guardeño añade que le gustaría saber «si cuando se conceden los permisos de las churrerías se consulta también con la concejalía de Patrimonio porque no es normal que se tape el edificio. También pensamos que es importante que se inspeccione».
En este caso, cabe destacar que los residentes de este singular edificio se han dirigido durante cuatro años consecutivos, desde 2019 hasta este año al Ayuntamiento de Valencia para solicitar que no se tape la fachada, que se busque una nueva ubicación para el puesto, ya que es un Bien de Relevancia Local (BRL).
Desde Círculo Por la Defensa citan otra churrería que se suele poner «justo pegada al lateral del convento de San José y Santa Teresa, y es Bien de Relevancia Local (BRL)».
Este año, además, en la plaza dels Porxets, junto a María Cristina, un puesto de masas fritas, con unas casetas de madera, oculta el busto de Blasco Ibáñez, obra del recientemente desaparecido escultora Nassio Bayarri. La caseta tapa la visión de la escultura que, además, está rodeada en ocasiones por un carro de la compra con material, como si fuera la parte trasera de un restaurante.
En Guillem de Castro, las imponentes Torres de Quart del siglo XV tienen que convivir durante Fallas con un puesto de churros. Esta instalación se ha puesto respetando la separación, ya que está en una isleta, pero el impacto visual no se puede evitar. «El impacto visual que se crea no me gusta nada. Si haces una foto desde Guillem de Castro te sale la churrería. Ya sabemos que lo ponen unos 20 días, por Fallas, pero no me gusta», indica Charo Solbes, vecina de la zona. En cambio otra amiga, Pilar Barba, comenta: «A mí no me molesta. Si se pueden ganar un dinerito durante Fallas...».
En un tour por el centro, en la replaceta previa a Santa Catalina, también se ha autorizado un puesto de churros. «Está lejos del edificio protegido, pero el impacto visual está ahí».
En la plaza de la Virgen, concretamente en un lateral de la Basílica que es Bien de Interés Cultural (BIC), junto a la placita de la Escolanía y la calle Almudín, también hay un puesto de churros. «Está puesto con distancia, pero ocurre el mismo problema. En un entorno tan importante no da buena imagen y los olores a fritos o los desagües no están regulados por Patrimonio», añade César Guardeño.
El recorrido por las churrerías que afean el patrimonio podría seguir, por ejemplo, en la plaza de Cánovas, donde otro puesto está instalado en la misma acera de la Casa Chapa, un edificio de principios del siglo XX con una configuración curva en la zona noble del Ensanche.
Y en la misma plaza del Alfonso el Magnánimo, junto al Parterre, y frente a una de las fincas de tono verde más bonitas de la zona, y junto a la entrada a la calle de la Paz, uno de los recorridos de la Ofrenda, también se ha montado estas Fallas un puesto de churros.
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