![Fallas 2022 | El debate de la indumentaria fallera divide a los expertos](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202202/19/media/cortadas/iv%c3%a1n%20arlandis%20-fallas-U1601032495826KcG-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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LOLA SORIANO / MAR GUADALAJARA
Viernes, 18 de febrero 2022
Con muchos matices, así ven los indumentaristas la polémica sobre que una mujer pueda o no vestirse de saragüell y sobre el cambio del reglamento fallero. Y aunque no dudan en que es necesaria una actualización de este documento, no todos coinciden que si ... realmente se debería de modificar para estos casos concretos.
Es más, algunos de ellos abogan por que esta situación se normalice de tal forma que no haga falta ni regularizarla. Y ponen el ejemplo de los bailes regionales en los que mujeres salen vestidas de saragüells ante la falta de hombres «y nadie dice nada». Mientras otros creen que no se debería de permitir porque de esta forma se podría estar abriendo la puerta «al todo vale» o a la ridiculización, el cachondeo y la burla.
En lo que sí se ponen de acuerdo es en la necesidad de cumplir con las prendas y la vestimenta seas hombre o mujer, con lo que piden respetar la indumentaria.
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Lola Soriano Mar Guadalajara
El telón de fondo de la polémica suscitada a través de las redes sociales después de que una joven pidiera desfilar con indumentaria masculina para acompañar a su novia es el cambio del reglamento.
La Junta Central Fallera, pese a las palabras de su presidente, no se atreve a hacer ninguna modificación, ni siquiera para reflejar las excepciones o casos particulares que a día de hoy son con los que se plantean los cambios.
Como el caso de Nuria Bovi Vila, fallera de la comisión Doctor Peset Aleixandre-En Guillem Ferrer, desfiló con indumentaria masculina en la Ofrenda a la Mare de Déu. Lo hizo en 2015 y con la autorización de la Junta Central Fallera, que presidía entonces el popular Francisco Lledó.
No es habitual ver a una mujer vestida de saragüell en una comisión pero no resulta imposible. Las normas vigentes establecen que el traje de saragüell sólo lo pueden utilizar los hombres y hay quien considera que ese reglamento se ha quedado obsoleto dos décadas después.
«A mis 75 años entiendo lo que entiendo y la verdad es que no veo el problema a que se vista como hombre, esto ya ocurre, tanto hoy en día como hace años y siempre que se haga dignamente lo veo bien». Es la sincera opinión de una maestra en el mundo de la indumentaria con años de experiencia a sus espaldas.
Ejerce además, como presidenta en la Fundación del Colegio de Arte Mayor de la Seda y se muestra tajante: «Hoy en día no podemos decir que no a estos casos, lo importante es ir bien vestido, la moda es la moda, para todos por igual, antiguamente en el teatro también se vestían los hombres de mujeres y aquí hace años que las mujeres se visten de hombres, no podemos criticar porque no tendría sentido, para mí todo es aceptable mientras se respete y se vaya bien vestido», añade.
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Aun así, no considera que haya que cambiar el reglamento fallero porque cree que se puede normalizar sin que Junta Central tenga que regularizarlo ni mucho menos sancionarlo. «Se debería normalizar tanto que no debería de estar ni en el reglamento fallero».
Otro de los históricos en la indumentaria, casi con los detalles de una hemeroteca, recuerda como en los años 50, los valencianos no querían vestirse de falleros ni saragüell y eran ellas las que se ponían la indumentaria masculina en los bailes regionales. «Entonces, era otra época, y ahora se quiere ver un problema donde no lo hay, si esa chica se hubiese vestido de saragüell sin decir nada a nadie, no hubiese pasado nada, nadie se hubiera dado cuenta porque no hay ningún problema», añade.
Lo cierto es que ellas han llevado hasta los trajes negros, conocidos popularmente como de «cuaracha» y explica Marzal que se aprobó como traje regional por la pobreza de la época. «Todo el mundo tenía en casa pantalones de tergal, pero lo que no todo el mundo podía tener eran los trajes de colores, los chalecos y todo eso». Después de esta época, fue él el abanderado en recuperar el color y los trajes de saragüell, con lo que reflexiona que la tradición también se ha cambiado. «Es que yo me pregunto qué es lo que consideran tradición y por qué se empeñan en defenderlo, cuando realmente han cambiado hasta el peinado y por ejemplo, el traje del siglo XVIII no es tampoco valenciano, es acorde a la moda francesa».
Insiste Marzal en que no ve esto algo tan descabellado y más aún cuando «hay falleros mayores y nadie se ha rasgado las vestiduras, al fin y al cabo si cuando han sido presidentas también han vestido de hombres».
En el caso del indumentarista Carlos Salvador explica que pertenece a un grupo de folclore en el que cuando no hay suficientes hombres para hacer parejas de baile, son ellas las que se visten con la indumentaria masculina. En este caso parece no suscitar polémica, tal y como señala Salvador que prefiere no ahondar en el asunto de la indumentaria.
En lo que sí se pronuncia Salvador es en que se debería de respetar cualquier decisión y a todo el mundo. «Que cada uno se identifique como quiera y con lo que quiera pero en el aspecto de la indumentaria prefiero no entrar», declara.
Irene, como presidenta de la asociación de indumentaristas Asciva y profesional del sector, comenta que «entendemos que son tiempos de cambio y nos tenemos que adaptar», eso sí, matiza que «siempre y cuando se vista la indumentaria correctamente, sin inventos». Y añade que si se moderniza el articulado, mucho mejor. En cuanto a si cambiaría algo más de las normas, indica que «pienso que sería positivo que las falleras mayores de Valencia sólo usasen los trajes oficiales, para ensalzar el trabajo de los compañeros que se presentan a los concursos». A la pregunta de si se debía de permitir que haya hombres que porten el traje de valenciana, opina que «mientras vayan vestidos correctamente, siguiendo los cánones y no a modo de disfraz...»
Eduardo tampoco modificaría el apartado del reglamento fallero que hace referencia a la indumentaria. Argumenta que «no veo problema a que una persona que se identifica con un género se vista de esta manera, pero una cosa es el caso particular y otra cosa es recogerlo en una norma general». Opina que «hay que normalizarlo y es en las comisiones, como tejido asociativo próximo, donde se pueden ver las excepciones, pero sin necesidad de normativizarlo» porque añade que «de lo contrario se puede convertir en un carnaval».
También comenta que «no se debe de politizar el Congreso Fallero porque las fallas siempre han estado al margen de la política y si muchas veces se ha rechazado hacer un Congreso es para evitar injerencias». En cambio, cuando se le pregunta qué aspectos cambiaría, reconoce que «se podrían revisar las funciones de las cortes porque muchas veces las falleras mayores de Valencia van a demasiados actos y se podría hacer igual que en Alicante, donde la corte también comparte agenda con la Bellea.
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Victoria Liceras, como profesional, investigadora y coleccionista de indumentaria tradicional afirma que no modificaría el reglamento fallero para contemplar que las mujeres se puedan vestir de saragüell o los hombres con las prendas de valenciana. «Pienso que hay que preservar la indumentaria tradicional». Y añade que el hecho de que «la mujer lleve prendas como pantalones no significa que a la hora de vestirse con la indumentaria tradicional no se respete el diseño masculino y el femenino». Y lo mismo opina del traje de valenciana «es el que representa a la mujer valenciana porque sería una burla no respetarlo».
Añade que no es experta en el reglamento fallero y su articulado, pero «pienso que la decisión de cómo se debe de llevar correctamente la indumentaria no es de los falleros sino que son los expertos e investigadores los que analizan cómo se vestía antiguamente». Y, por eso, afirma que «no puede coexistir la innovación en la indumentaria con las Fallas como Patrimonio Inmaterial, donde se habla de preservar unas tradiciones y cultura». Y recuerda también, por ejemplo, «que la banda o caramba tiene que ver con la organización interna de las fallas, como un distintivo, no con la indumentaria».
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