Dron volador contra moco de dragón

La industria pirotécnica valenciana se reinventa año tras año. Las tiendas centran todos sus esfuerzos y recursos en ofrecer a sus innovaciones de cara a la campaña más fuerte del año. Lo cierto es que cuando llega marzo los estantes de estos establecimientos se vacían a un ritmo vertiginoso por el interés de los amantes de la pólvora en descubrir qué sorpresas les deparará la temporada fallera. En esta edición, la lucha por el trono del 'petardo de moda' se presenta encarnizada. El conocido 'moco de dragón', artificio que ostenta el título del año pasado, sigue teniendo un fuerte tirón presentándose como un duro competidor ante sus aspirantes. Sin embargo, no debe descuidarse pues el '3T Dron' ya le pisa los talones para alzarse con dicha categoría honorífica.

Los efectos visuales son los preferidos por el público valenciano a la hora de comprar este tipo de artículos. El '3T Dron' es un buen ejemplo de ello. Sus hélices causan un torbellino aéreo ascendente y cuenta con una detonación final en la que saltan chispas. Por sus características, su uso se reserva de manera exclusiva en espacios al aire libre dado que cuando, tras prender la mecha, debe haber una distancia de ocho metros con el artificio. Sólo puede ser disparado con una edad igual o superior a los 16 años.

El gerente de La Petardería, Samuel Albiñana, explicó a LAS PROVINCIAS el funcionamiento del 'moco de dragón' el año pasado: «Es silencioso, produce un doble efecto visual y no detona». Actúa de la misma manera que sus predecesores, el 'perro cagón' y el 'bebé cagón': se enciende con una larga mecha y reproduce el lanzamiento de una llamarada de fuego a través de su boca. Cuando esta llega a su fin, de los orificios nasales del dragón emerge una sustancia que simula un moco. La ilustración y el diseño gráfico del petardo corre a cargo del artista fallero Paco Camallonga. Estas Fallas todavía causa furor hasta el punto de agotar existencias en los estantes de este La Petardería.

Con 35 años de experiencia en el sector, Albiñana asegura que los responsables de empresas como la suya son conscientes del producto con el que trabajan. «Nosotros no vendemos juguetes, vendemos artificios de pirotecnia que siempre tienen un riesgo intrínseco», dice en defensa de las inspecciones rutinarias que realizan las autoridades a este tipo de tiendas con la llegada de las Fallas. Además, el empresario pide «tener respeto y usar el sentido común» a la hora de usar los petardos de manera adecuada.

El gerente de La Petardería distingue que los artículos de en función de las categorías recogidas por la ley. Los F1, como las bombetas, sólo se pueden vender a mayores de 12 años; los de F2, como los 'chinos', a partir de los 16 y los de F3 únicamente se pueden comercializar a mayores de edad al tener una importante carga explosiva. Con tal de evitar problemas legales a la hora de la venta de este tipo de productos, Albiñana revela que su compañía realiza una campaña de formación con los dependientes de las tiendas previa a la temporada de Fallas. «Una de las cosas que explicamos y en la que somos tajantes, es que tienen que asegurarse siempre de que los clientes cumplen la edad. Ante la duda, es mejor perder la venta», asevera.

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