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Fiestas pandémicas.Pese al virus, la plaza del Ayuntamiento registró ayer un llenazo de público. jesús signes

Unas Fallas a medio gas que ya miran a 2022 con esperanza

Deslucidas. La lluvia, el virus y la vuelta al cole marcan unas fiestas atípicas que no acaban de tener repercusión económica, pero los sectores confían en el próximo año

E. RODRÍGUEZ / L. SORIANO

Domingo, 5 de septiembre 2021, 00:44

Una pandemia mundial obligó a pulsar el botón de pausa. La vida, en casi todas sus esferas, se detuvo y, con ello, los valencianos han tenido que esperar para dejarse impregnar del olor a pólvora y envolverse en la magia de las fiestas josefinas. Pese ... a la espera y las ganas, las Fallas de este año no han podido evitar quedarse deslucidas. Las restricciones necesarias ante un virus que aún no ha desaparecido, las lluvias torrenciales y la vuelta al cole han marcado la celebración de este año, que ha pasado sin pena ni gloria para los sectores económicos relacionados con la fiesta.

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La hostelería da buena cuenta de unas fallas a medio gas. Tal y como señala la Coordinadora de Hostelería de Barrios de Valencia, las previsiones no eran especialmente halagüeñas. Se preveía que la facturación cayera un 70% respecto a las anteriores. «Si las previsiones eran malas, con las lluvias han resultado ser peor, a lo que se sumaron también las barras piratas, instaladas en la vía pública pese a contradecir la ordenanza municipal», explican desde la organización.

Los hosteleros llegan a calificar este fin de semana de septiembre como «el peor» de toda la campaña estival. «El consumo fallero se hace en la calle, con lo cual, nos encontramos que este es el fin de semana más flojo del verano», indica esta patronal, que añade la «improvisación del Ayuntamiento».

Desde la Coordinadora cargaron el viernes contra el Consistorio, por ordenar a última hora el cierre de locales próximos a la Ofrenda, cuando el día anterior exigieron sólo la retirada de terrazas. «Esto nos arruina. Con tan poca antelación, se pierde el género comprado», añaden.

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Por contra, las expectativas para las Fallas de 2022 son de esperanza, aunque con un matiz: el paso de la pandemia habrá dejado negocios en la estacada. «Salvo maldición bíblica, el Covid será una pesadilla que habremos dejado atrás. El problema es que muchos compañeros no van a llegar a las Fallas del año que viene. Uno de cada tres locales de hostelería no han recuperado su actividad, el grado de retroceso en Valencia es dantesco», señalan desde la Coordinadora.

Turismo

El turismo generado habitualmente por las Fallas tampoco ha mejorado las previsiones. Un claro ejemplo es lo que cuenta César Guardeño, guía turístico. «Estas Fallas han estado marcadas por una descoordinación increíble que impedía mantener la actividad. El sábado por la mañana había mucho turista extranjero y sin mascarilla, además se producían más saturaciones porque la gente estaba dando vueltas al encontrarse con muchas calles cortadas. Los puntos de acceso tienen que estar más claros», critica este profesional, que asegura haber registrado la mitad de actividad que en unas Fallas normales. «Tenemos mucho turista local. Esperaba que hubiera un descenso al celebrarse en septiembre y más con las restricciones que hay», añade.

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Para 2022, Guardeño espera que las Fallas se celebren en unas condiciones más propicias para la actividad turística. «Ya habremos alcanzado la inmunidad de rebaño y espero que las restricciones hayan terminado», señala. No obstante, teme que se produzca una nueva ola de Covid tras las fiestas josefinas. «Al ver tanta gente por la calle y sin mascarilla, es probable que en 2 o 3 semanas tengamos un repunte, aunque ojalá no sea así», apunta el guía turístico valenciano.

Para el comercio del centro, las Fallas nunca han sido sinónimo de más ventas. Según Julia Martínez, presidenta de la asociación de comerciantes del Centro Histórico de Valencia, que pertenece a Confecomerç, los viandantes se centran en visitar los monumentos y vivir el ambiente. «Marzo no es un mes de ventas y ahora en septiembre se centran en la vuelta al cole. Es más, los comercios comentan que esta semana se ha vendido poco, debido a la climatología. Por otro lado, los turistas pueden comprar algo en tiendas de souvenir, pero no se van de compras», cuenta.

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En lo que respecta a las tiendas especializadas en la celebración valenciana, Martínez sí espera que en los próximos meses haya un revulsivo motivado por las Fallas del año que viene. «No ha habido mucha actividad tampoco, los comercios falleros se han quedado muy despagados. Se dijo que se realizarían y venderían trajes más livianos al ser en septiembre, pero no se ha cumplido», apunta.

En el segmento de los apartamentos turísticos, estas fiestas tampoco han servido para repuntar la actividad. «Las reservas no han ido asociadas generalmente a las Fallas. Los que han venido de fuera de España no contaban con ellas», explican desde la Asociación de Viviendas de Alquiler para Estancias Cortas de la Comunitat Valenciana (Avaec).

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En ese sentido, explican que las reservas para disfrutar de las Fallas las han realizado, precisamente, residentes de Valencia o alrededores que buscaban pisos céntricos. «Hemos alquilado a falleros que viven en las urbanizaciones y al ser de una falla, les resulta más cómodo para estos días. Los extranjeros que tenemos han venido por vacaciones y se han enterado de rebote», cuenta uno de los asociados de Avaec.

En cuanto a la actividad para marzo de 2022, indican que aún es pronto para saber el efecto que tendrán las próximas fiestas. «Muchos no sabían que había Fallas, espero que el año que viene sean en su fecha normal», añade otro de los asociados.

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La industria del ocio nocturno, también tiene puestas sus esperanzas en el próximo año, aunque matiza que las Fallas no han sido nunca un revulsivo, debido a que son las propias comisiones las que acaparan la fiesta al organizar sus propias verbenas.

«Creo que el año que viene se tiene que ver con más optimismo, ya que entre el 75% y 80% de los ciudadanos estarán ya vacunados y tenemos que aprender a convivir con la pandemia», explica Víctor Pérez, presidente de la Federación de Ocio, Turismo y Juego de la Comunitat (Fotur).

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«Todo lo que aporte turismo, ya sea poco o mucho, será buenísimo para la industria del ocio y la economía en general. Si bien es cierto que en cuanto al ocio, no nos aportaba mucho porque tenían su discomóvil y carpa», cuenta Pérez.

Mundo fallero

En el mundo fallero, el presidente de la Interagrupación, Guillermo Serrano, afirma que harán balance nada más pasar la fiesta, pero tiene claro que «obviamente ha habido muchos menos puestos de mercadillos y churrerías, no ha sido un ejercicio normal». Por eso indica que el rédito económico será escaso, pero «lo importante era poder celebrar las Fallas de 2021, cerrar un ciclo». Añade que al final «hemos hecho actividades falleras».

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Sobre qué esperan del año fallero de 2022, el portavoz fallero explica que «esperamos que progresivamente se pueda volver a la normalidad, por el bien de todos». Opina que «hemos demostrado que se pueden hacer las cosas bien y hay que ver si en 2022 habrá o no restricciones y, en función de eso, veremos qué podemos ir haciendo».

Serrano también tiene la esperanza puesta de que en 2022 «y ojalá los censos de las fallas puedan recuperarse» y añade que también es importante «volver a tener más aportaciones en las fallas por parte de patrocinadores y volver a la situación de 2019».

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A la pregunta de cómo ven el año 2023, detalla que «todavía quedan 18 meses por delante y eso es un mundo. Queremos volver a la estabilidad económica, social, cultural y poder hacer más actos y ayudar a los sectores que viven de la fiesta».

Precisamente, hablando de sectores, los indumentaristas confirman que este año no ha salido rentable. La presidenta de la asociación de Indumentaristas de la Comunitat (Asciva), Irene Sancho, comenta que «este año ha sido fundamentalmente de arreglos, no de clientes que hayan pedido trajes nuevos. Algunas personas se han hecho equipamiento de verano, es decir, justillos con camisas y faldas ligeras con telas de indiana o seda naturales, pero nada más».

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De cara a 2022 no cree que la situación mejore. «La cuestión es que como en la mayoría de comisiones van a repetir en el cargo las falleras mayores, seguirán con los mismos trajes o como mucho se harán uno, pero no los cuatro habituales». Sancho comenta que esto va a traducirse en una merma de ingresos importante, «ya que por ejemplo en la facturación de mi empresa, el 60% es de máximos representantes de las fallas».

Esta falta de encargos ya se ha traducido en que muchas firmas de indumentaria han cerrado. «Ya han contactado con nuestra asociación 17 indumentaristas avisándonos que han cerrado, sobre todo con sedes en los pueblos y en Alicante, que es donde no han habido celebraciones».

Para 2022, cree que «será cuenta con paga, ojalá fuera mejor» y, por eso, «animamos a la gente a que se haga trajes nuevos y que vayan con tiempo para contratar los servicios, porque marzo está ahí».

Quizá la salvación sean los clientes de las comisiones infantiles, «porque como crecen, si ya no les vienen los trajes y se tendrán que confeccionar otros». En cuanto a 2023, Sancho confía en que «se vaya normalizando porque habrá nuevas falleras mayores».

Gabriel Liso, vocal de la junta directiva de la Asociación Española de Floristas, afirma que en 2021 «hemos tenido menos de un tercio de venta de flores para la Ofrenda. Como anécdotas relata que «una falla que me pidió el año pasado 92 ramos para su comisión mayor, este año me ha solicitado 31 y de la comisión infantil ha mermado de 35 a once ramos. Otra falla el año pasado me pidió 17 para sus infantiles y ahora sólo uno y tengo el caso contrario de una falla que tenía encargados 25 y día antes me ha pedido más porque algunos falleros se han animado a salir».

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Argumenta que «había gente que pensaba que al final no se haría la Ofrenda, otros que no han arreglado los trajes a sus hijos y no se han vestido. Para 2022 cree que «se irá volviendo a la situación de 2019, pero en 2021 hemos recaudado menos de un 30% de los 3 o 4 millones de euros habituales del sector».

En el caso de los artistas falleros, el maestro mayor del gremio, Paco Pellicer, opina que el balance de 2021 «es positivo porque por fin hemos podido plantar y artísticamente y técnicamente ha sido un éxito».

Cree que 2022 «será un año de transición», si bien reconoce que en las fallas de los pueblos muchos no han plantado «y hay artistas que temporalmente se han ido a pintar pisos o de operarios y están esperando que los contraten para 2023 y otros a lo mejor ya no volverán al oficio».

Sobre 2023, Pellicer explica que «es una incógnita, dependerá de cómo se encuentren las comisiones y del presupuesto».

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