La vida vuelve a los casales

Y qué mejor arranque que la plantà infantil, con una cena de sobaquillo. El bando de Fallas autorizaba el inicio de la actividad en las carpas ayer mismo, con lo que las cenas se sucedieron en las comisiones, pero en unas instalaciones algo distintas, como también lo son sus condiciones de uso. Descubiertas, algunas de ellas con mesas fijas, de máximo diez personas en cada una.

«Es algo que nos puede llegar a chocar pero realmente es recuperar lo que hacíamos cada año, salvo que ahora estamos todos sentados», añadió la presidenta.

En la comisión con más falleros inscritos, la falla Glòria-Felicitat-Tremolar, de Castellar, decidieron prescindir de la carpa y colocar directamente las mesas en las calles. Dado que la normativa autoriza estas cenas en espacios abiertos, optan por ahorrarse esta partida ya que son más de 1.100 falleros.

Pese a ser ambas comisiones tan numerosas se han sabido organizar. «Incluso las pandillas en las que eran más de 30, han pedido varias mesas de 10 que estén próximas y se han dividido según el grupo burbuja, todo como dice la norma», explica la presidenta de la falla Valencia-Teodoro Llorente. Anoche pudieron disfrutar también de monólogos infantiles y para adultos, porque si algo se podrá hacer es disfrutar de cualquier espectáculo siempre que el público esté sentado.

En la Falla Beteró volvieron anoche a la carpa como acostumbraban antes de la pandemia, por todo lo alto. Sus invitadas fueron las falleras mayores de Valencia, Consuelo Llobell y Carla García, junto a sus cortes de honor, que presidieron la cena en esta comisión «como se lleva haciendo desde el año 1998 y ahora la recuperamos de nuevo después del Covid», dice Julián Carabantes, presidente de la comisión.

Alrededor de 300 personas asistieron ayer a esta cena, entre ellos el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, junto al presidente del partido en la Comunitat, Carlos Mazón y la secretaria general, María José Catalá y el presidente provincial, Vicent Pombó.

Las mesas eran de diez, entre ellas las de comisión e invitados, mientras para las máximas representantes de la fiesta, se usaron otras cuatro. Todo siguió la normativa Covid. «Al final esto no deja de ser como cenar en una terraza de cualquier bar, al aire libre, en la que usas la mascarilla cuando te levantas, pero mientras estás sentado te la puedes quitar durante la cena», dijo Carabantes.

Como broche, se celebró un tributo al grupo M-Clan como regalo de la fallera mayor infantil de esta comisión.

En otras fallas, el montaje fue lo novedoso, como en la de Grabador Esteve, donde suelen instalar una carpa que aprovecha la esquina de la calle, donde esta vez han colocado el toldo, y además mantienen las mesas fijas para evitar desplazamientos.