.jpg)
.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Estamos en plena temporada alta de tirar petardos. Los niños tienen las mechas encendidas todo el día y a partir de este viernes por ... la tarde, cuando comiencen sus vacaciones falleras, ya no habrá tregua. Desde que la Crida dio comienzo a las fiestas, las tiendas acreditadas para vender estos productos pirotécnicos tienen cola de clientes a diario. «Sobre todo vienen padres con sus hijos, o incluso abuelos, y depende de la edad de los niños, se llevan un tipo de petardo u otro», señala Raúl Guijarro, propietario de Petardos Campanar.
Las clásicas bombetas siguen siendo imbatibles en cuanto a cantidad de ventas, ya que son ideales para niños menores de cuatro o cinco años, pero lo que hace furor entre los que son un poco mayores son los petardos voladores, entre los que hay varias novedades de este año, y con los que los padres pueden gastarse fácilmente unos 40 ó 50 euros cada vez que van a la tienda.
Son muy recientes y aún no están a la venta en todas las tiendas, por eso son de los más buscados en Valencia. Los cabezones van en packs de dos unidades, con un precio de cuatro euros. Se trata de una media esfera que gira en el suelo, con luces de colores y se elevan varios metros, haciendo un silbido. Logran ascender a gran velocidad y dejan una estela de color, por lo que se convierten en muy visuales y divertidos para los niños. Parecidas son las 'mariquitas'. «Están muy de moda», dice Guijarro. Estos últimos petardos van decorados como ese insecto, giran en el suelo, se encienden y empiezan a rodar. «Además hacen una bola de fuego y suben tres o cuatro pisos hacia arriba. Eso les gusta bastante», añade.
Otro de los más vendidos y con mayor demanda en las tiendas de petardos, sobre todo para niños algo más mayores, entre 7 y 12 años, de la categoría F2. Los 'super Soniks' son torbellinos aéreos que llevan un plástico redondo con hélices que les hace volar. Se coloca sobre el suelo plano, con la parte superior hacia arriba y el torbellino asciende varios metros. Su precio es de 2,50 euros y van tres unidades. «Dan vueltas en el suelo hasta que va cogiendo cierta velocidad y se empieza a elevar hacia arriba. Cualquier niño lo puede usar, porque no es peligroso, no tiene ningún trueno, ningún efecto peligroso y no puede hacer ningún daño a los niños», comenta Guijarro. Similar a estos, y también nuevos, son los nuevos 3T Dron, que este miércoles informaba este diario, o los girocópteros, que se elevan formando un disco de color, y todos los niños quieren tirar alguno.
Enfocado a niños de 5 a 7 años, que ya van dejando aparcadas las bombetas y están en un nivel previo a petardos más grandes, se encuentran el 'cochino cagón' y el 'caca-can', que suelen hacer mucha gracia a los niños por sus características. «Con un poco más de edad ya empiezan a buscar algún color, algún girasuelos. El cochino cagón y el caca-can son dos petardos que los prendes y simulan como el hecho de hacer caca, hacen una especie de ceniza que sale y les hace bastante gracia. Sale una especie de cola de ceniza que se mantiene un poco densa y hace la hilera entera como si fuera una caca», explica el comerciante sobre estos productos, que pertenecen a la categoría F1, apta para todas las edades.
Noticia relacionada
Sin duda las líderes en ventas, aunque apenas hayan cambiado su forma desde hace muchos años. Son los petardos por excelencia para los más pequeños, los primeros que tira cada valenciano cuando está empezando a descubrir el mundo fallero y la vida. «Los niños se llevan las cajas de cinco en cinco, de diez en diez, como si fueran chuches. Los días de fallas van entrando los padres con los niños, incluso varias veces al día si se les acaban, se pueden gastar 30-40 euros y muchos en una tarde los tiran», dice David Huertas, encargado de 'Pirofoc y fantasía' de Campanar.
Guijarro también confirma este top de ventas. «Lo que más se suelen llevar con diferencia son las bombetas. Literalmente vuelan, porque los niños, según las cogen, las tiran todas. No han evolucionado demasiado, hay algunas con color, que lucen un poco más por la noche, pero suelen ser las clásicas de siempre. Son para los niños de 2, 3 y 4 años», destaca.
Son el petardo por excelencia que marca la transición entre los productos infantiles y los de adulto, para niños de entre 10 y 13 años. En este nivel se encuentran también los clásicos carpinteros, con un trueno ya de cierta potencia y sin colores ni artificios. «No fallan, gustan a todos los de esas edades, son petardos infantiles, y en esa franja también buscan las tracas de 20 y de 40 petardos, que van todos unidos», destaca Raúl. De menor potencia, y por tanto para niños un poco más pequeños son también muy vendidos los Mini Piratas y chinitos, y también buscan girasuelos y fuentes con color.
Es la principal novedad de este año en la categoría de adultos, la F3. Es un trueno de máximo nivel con mecha de seguridad, fabricado al estilo tradicional, que realiza una explosión de impresionante intensidad. La caja de cinco unidades vale 12 euros y hay que tener precaución para tirarlo en zonas donde no haya nadie alrededor, ya que el estruendo es fuerte.
Esta categoría engloba toda la gama de humos, cohetes más gordos y truenos más potentes, como los masclets. «Hay niños que los quieren pero no se los puedes vender por edad, pero otros se los compran los padres y los tiran con ellos, eso depende de la responsabilidad de cada uno. Es toda la gama de los truenos, número 5, 6, el súper gato y todos los petardos gordos. Esa gente ya son adultos que les gusta, se pueden gastar más dinero, rondando los 80-100 euros o más», dice Guijarro.
Hay una gran variedad de tracas, pequeños castillos y baterías de colores, que se suelen llevar las fallas para realizar actos, o grupos de gente para alguna celebración. En este campo ha habido varias novedades este año y las ventas suelen ser en paquetes grandes, al tratarse de mucha gente a la que va dirigida este producto.
Son tradicionales y muy populares, pero desde hace años está prohibida su venta al público en general. Aunque se siguen demandando mucho. Se trata de los trons de bac y los cohetes borrachos. Los primeros los proporciona sólo el Ayuntamiento para las despertaes oficiales y no se venden en tiendas. Los borrachos clásicos sólo se pueden utilizar en el recinto de una cordà, al tener una explosión final, pero últimamente se está comercializando sin ese petardo final, sólo con la ráfaga de la salida, sin la explosión, para que no pueda hacer daño a nadie.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.