Ricardo Caballer ya no iluminará el cielo con sus creativos espectáculos piromusicales, castillos y sus rítmicas masclataes ni en Valencia ni en ningún punto del territorio español. Así de claro lo dejó ayer este maestro de la pirotecnia, que anunció que era una decisión que venía meditando desde 2019 y que ahora cobra forma, con la excepción de los compromisos ya contratados.
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Anuncia que se va a centrar en la fabricación de productos de calidad y que aparca la celebración de espectáculos pirotécnicos hasta que vengan tiempos o situaciones mejores.
Los motivos, en realidad, son un cóctel de situaciones límite que están dinamitando a todo el sector de la pólvora.
Uno de los problemas principales es que no encuentran personal cualificado. El segundo que aduce es que constantemente los organizadores les cancelan los disparos en él último momento y, en tercer lugar, destaca «las trabas burocráticas que nos encontramos, ya que nos contratan como servicio o suministro, no como componente artístico, y son muchos los papeleos que hay que hacer. Cada vez necesitas más personal para la burocracia».
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A esta lista se suma que «la inflación ha subido el 20%, la media de subida de las materias primas es del 30%; los presupuestos de comisiones o fiestas organizadoras es el mismo desde 2008» y añade que hay una gran presión para la importación y exportación. «Traer un contenedor de China antes valía unos 12.000 euros y ahora 42.000 euros y exportarlo ahora cuesta entre 30.000 y 32.000 euros», describe este maestro de Godella.
Tras hacer el anuncio, detalla que «en un principio sopesamos la idea de sólo realizar espectáculos de mayor envergadura, pero por el respeto que tenemos a todos nuestros clientes, tanto ayuntamientos como comisiones de fiestas que nos han acompañado durante tantos años, hemos decidido no hacer ninguno».
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De hecho, indica que ya tenía comprometidos los disparos en siete fallas y los hará, pero no el medio centenar de otros años y «no haré ninguna falla en 2024» y tampoco participará en la rueda de las mascletaes de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
Llama la atención que en un tiempo de crisis económica como la actual, no encuentren personal cualificado. Ricardo Caballer detalla que cuenta con 97 empleados «y habría faena para 300 o 400, pero han venido más de 25 personas y han durado dos horas» y advierte que «no sólo pasa en la pirotecnia, también ocurre en muchos otros sectores».
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Y es que afirma que se necesita gente joven «y los espectáculos son los fines de semana y no se encuentran». Este mismo problema lo sufren otros compañeros. María José Lora Caballer, presidenta de la asociación de pirotécnicos Piroval, indica que «el oficio se está muriendo. Se buscan otras opciones. El parón de la pandemia fue grande y muchos se fueron y no han vuelto».
Opina lo mismo Salvador Armegol, de Europlá. «Durante la pandemia muchos estuvieron año y medio en Erte y ahora cobran igual o más en otros puestos. Algunos se prejubilaron, otros se fueron a fábricas, camiones o grúas y hay gente que directamente no quiere estar en el sector porque se trabaja los sábados, domingos, festivos y en verano».
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Armengol añade que «por si fuera poco, nos hemos tenido que adaptar a la normativa de seguridad, alarmas e incendios y he tenido que hacer una inversión de 200.000 euros. Montar hoy una pirotecnia sería de locos».
En el comunicado de Ricardo Caballer argumenta que se va a centrar en la fabricación, ya que abastece a países de todo el mundo con grandes espectáculos de Fin de Año o en parques de atracciones, pero los valencianos y organizadores de fiestas en toda España se perderán temporalmente los emotivos piromusicales que ha disparado en la Ciudad de las Ciencias, La Marina o en Sueca y no podrán volver a emocionarse, al menos temporalmente con propuestas creativas como la mascletà vertical con la que rindió homenaje al espolín de seda de la indumentaria valenciana.
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Los maestros de la pólvora no entienden cómo suspenden hasta 'correfocs' sin fuego aéreo cada vez que hay código rojolola sorianovalencia. Los pirotécnicos destacan las tramitaciones farragosas que tienen que realizar para preparar los espectáculos de fuegos artificiales pero que, el mayor problema, viene cuando sufren cancelaciones para dispararlos a última hora.
Y es que explican que cada vez hay más alertas de calor, se declaran más códigos rojos de situación extrema, por la clasificación de riesgos de incendios forestales, y esto se traduce en que proliferan las cancelaciones de los disparos «y ya no se paga el 100% del espectáculo contratado», explica el pirotécnico Ricardo Caballer.
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Detalla que le ha pasado en puntos como Finestrat, La Nucia o incluso en Denia, al lado del mar. «Y cada vez es más frecuente que decreten el código rojo. De hecho, ha estado prácticamente de mitad de junio hasta el 20 de septiembre».
La cuestión de fondo es que los profesionales de la pirotecnia para preparar estos espectáculos descartan otros posibles donde también podían ganar dinero, y luego se quedan sin poder disparar.
El responsable de la pirotecnia Europlá, Salvador Armengol, reconoce el mismo problema y explica que «ya ha pasado que no dejan ni tirar en esos días de códigos rojos modalidades como los 'correfocs', que en realidad son dentro de la población, y no tiene ningún elemento aéreo que pueda llegar a zona forestal alguna». Al parecer, han tratado de explicarlo a las administraciones competentes, pero no ha variado la posición.
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Otra de las profesionales consolidadas del sector que ha sufrido las cancelaciones es Reyes Martí, de Burriana. «Hay veces que nos cancelan el espectáculo en el mismo día del disparo porque decretan el código rojo y nos ha pillado el aviso cuando ya íbamos salir a hacer el montaje».
Describe que, «dependiendo del plan de prevención que requiere cada espectáculo, este verano, por ejemplo, nos ha pasado que se incluía el requerimiento de una dotación de Bomberos y se ha tenido que suspender el disparo pirotécnico porque no había dotación disponible porque había muchos bomberos de servicios en incendios, como por ejemplo cuando ocurrió el de Bejís».
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Si el cambio climático se traduce en el futuro en más alertas de calor, faltará ver cómo se pueden organizar espectáculos pirotécnicos sin el riesgo de las constantes cancelaciones. No es de extrañar que con tantos obstáculos burocráticos, requerimientos legales y apuros económicos hayan cerrado empresas destacadas del sector como la de Vicente Caballer, Brunchú o Miguel Zamorano Caballer, entre otros.
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