El renovado cadafal de la Virgen ya luce en la plaza

La Virgen de los Desamparados ha pasado por las manos de José Luis Ceballos y Francisco Sanabria, ambos artistas falleros, expertos en restauración y licenciados en Bellas Artes, y por las de Alejandro Santaeulalia, arquitecto y también artista fallero. Ceballos y Sanabria se han encargado de la parte iconográfica mientras Santaeulalia ha sido el artífice de una estructura interna hecha de hierro en la pieza de la Virgen y del Niño así como de la modificación de dos de los cuatro módulos de madera sobre los que todavía no se había actuado nunca.

La historia de la imagen de la patrona se remonta hasta el año 1987 cuando fue creada por Azpeitia, quien fuera distinguido con el premio nacional de escultura. Así pues, cabe recordar que la pieza ya recibió algunos retoques en 2001 por parte de Roberto Martí, aunque no ha sido hasta esta ocasión cuando se ha procedido a actuar sobre la misma de forma integral. Catalá manifestó la semana pasada que se iban a invertir alrededor de 55.000 euros en esta intervención que se inició en noviembre del año pasado, siendo la primera de estas características en acometerse en los últimos 23 años.

«Era indispensable que el cadafal de la Virgen luciera bonito en la Ofrenda porque forma parte del corazón de la ciudad y le hemos puesto cariño», manifestó la alcaldesa durante su visita al barrio de San Isidro para descubrir el resultado de la restauración. La propia María José Catalá, pincel en mano, dio los últimos retoques al pan de oro en parte de la corona.

Durante la precampaña electoral de los comicios municipales que acabaron por el cambio de gobierno en la ciudad, María José Catalá, en calidad de candidata del Partido Popular, se comprometió a impulsar proyectos como el regreso del 'Te Deum' a la Catedral en la fiesta del 9 d'Octubre; el montaje de un belén en la plaza del Ayuntamiento; la colocación de nuevo de una cruz de mayo en la plaza y, la más reciente de todas, la restauración del cadafal.

Los trabajos de restauración han abarcado gran parte de la estructura: desde su rostros hasta sus manos o su pelo. Los expertos han aplicado un pan de oro inoxidable, se han repintado unos rosetones y se han incluido pequeños detalles de piezas tipo perlas. Algunos aspectos de la faz de la Virgen han sido suavizados, como la forma de la cara «para hacerla más almendrada, más propia de la Virgen de los Desamparados, y se han modificado también sus cejas, para que fueran en 'Majestad', más arqueadas para dar la imagen de ensimismada», explicaron Ceballos y Sanabria.

En cuanto al pelo y los ojos también se han llevado a cabo algunas modificaciones. Los expertos han diseñado un tipo de cabello de forma más suelta y libre ya que tenía trozos rotos que han tenido que ser arreglados. También se ha tenido en cuenta el factor de que se iba a ver a 12 metros de altura. Asimismo, se ha rebajado el volumen de las pestañas, «que no eran apropiadas para la Virgen, se retiraron y todavía había restos de la retirada en los ojos». Además, se han pintado los labios más pequeños y se han arreglado las aletas de la nariz basándose en la mascarilla de la Virgen que Octavio Vicent reprodujo en la Peregrina.

Las manos de la Virgen también concentraban deterioros notables al estar agrietadas: en el ramo de azucenas faltaban pétalos e incluso había dedos rotos. Además, la propia pieza de la patrona se encontraba agujero y la del Niño tenía abolladuras. En los años 90 se sustituyó la cabeza de esta figura, «porque se consideró que era más tipo ninot, y ahora se ha retocado para que luzca para la Ofrenda». Para que todo estuviese acorde, a los Inocentes se les han hecho los paños a imitación de los que acompañan a la Virgen Peregrina de Octavio Vicent.

Ceballos y Sanabria han tenido que hacer dos nuevos pendientes tras la desaparición de los que ha lucido durante tres décadas. Estos ornamentos llevan pan de plata y se inspiran en el modelo 'Verge' de Pedro Arrue, el conservador de la imagen original de la Virgen. Los restauradores han querido incrementar la seguridad de los 'vestidores' que colocan los ramos de flores sobre el cadafal al homologar la estructura a la normativa con una línea de vida y con una mayor facilidad para el transporte de las piezas.