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Lola Soriano Pons
Valencia
Martes, 12 de noviembre 2024, 01:03
La Dana que el día 29 de octubre ha segado hasta el momento en la provincia de Valencia la vida de 214 personas, se ha llevado por delante no sólo coches, motos, muebles y casas, también ha azotado fuerte a los fabricantes sederos que mantienen viva la tradición de la rica indumentaria valenciana.
Dos de los telares que se han visto seriamente dañados por el desbordamiento del barranco del Poyo han sido las firmas José Bartual Castellets y Compañía Valenciana de la Seda. Y, en menor medida, el barro también ha enfangado la fábrica de Vives y Marí.
Ahora hay que sacar de las naves el material afectado, de tirar de pico y pala para plantar batalla al barro, pero es importante concienciar que estos telares de la 'Terreta' precisan manos amigas, voluntarios que les ayuden a sacar adelante las fábricas, para conservar la tradición.
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Así, por ejemplo, José Bartual Castellets, con sede en la calle Mina del polígono de Paiporta, trabaja sin descanso para retirar el barro «ya que nos llegó el agua a 70 centímetros y mucha materia prima se ha echado a perder». Describe que tenían cajas paletizadas con hilos «y cuando entró el agua, aunque estaban apiladas, el cartón fue perdiendo la resistencia y cayó todo al suelo». También se han estropeado medio centenar de telas y las muestras que preparaban para 2025.
Bartual explica que en el momento del desbordamiento «me pilló pasando la ITV del coche, pero mis trabajadores estaban en la fábrica y actuaron muy bien, ya que desconectaron la luz, para que no hubiera explosiones, y se fueron arriba, a las oficinas».
Dos días después del desastre, comenzaron con los trabajos de desescombro y «no hemos parado desde entonces», indica. Además, agradece que profesionales de la indumentaria como «Jorge Fabuel, Alan, María Eugenia Maillo y otros clientes hayan venido a ayudarme para levantar esto de nuevo» y reconoce que agradecería contar con voluntariado.
Su objetivo es volver a producir, para preservar la historia de la firma y para contar con sus trabajadores, ya que el 75% son vecinos de Paiporta.
Bartual recuerda que con el actual nombre, son la tercera generación, pero «en 1883 ya hay constancia en el Colegio del Arte Mayor de la Seda de familia mía como sederos. Uno hacía tejidos y pañuelos de seda y tuvo que cerrar por la Primera Guerra Mundial. El bisabuelo de mi abuelo tuvo una tintorería y hemos continuado con los telares».
Una vez terminen de sacar todo el barro, tendrán que comprobar el estado de los ocho telares y de maquinaria como el urdidor, pero Bartual, afirma que «si nos lo permiten los seguros, vamos a intentar seguir adelante. Ya sufrimos dos años la pandemia y esto es un duro golpe, pero saldremos».
Precisamente Jorge Fabuel, de 1700 indumentaria valenciana, ha emitido un vídeo, grabado el día en que fue a ayudar a Bartual, en el que anima a los voluntarios a salvar la indumentaria «porque si no hay tejedores afecta a los indumentaristas y a los falleros».
También hace un llamamiento para aquellas personas que habían pedido telas con hilos personalizados, «ya que si se han perdido o no se han podido hacer, pues habrá que cambiar a los tejidos que estén disponibles. No seamos egoístas, seamos flexibles y empáticos con la situación».
En el caso de la Compañía Valenciana de la Seda también le ha pillado el desbordamiento del barranco de pleno, en su fábrica y show room de Beniparrell, muy cerca de la Pista de Silla. Esta firma también de gran prestigio, había entregado ya las telas de los segundos trajes a Junta Central Fallera para la corte de honor mayor, pero estaba confeccionando los del primer traje, en tiempo y forma, pero el agua ha hecho estragos, por eso la JCF está tramitando un contrato de urgencia para que, en principio, Sedería Tradicional Valenciana, que ha hecho las telas de la corte infantil, continúe con este encargo mientras se recupera Compañía Valenciana de la Seda.
En Vives y Marí explican que han tenido un palmo de agua y barro «y mucha materia prima se ha mojado». Juanvi Aznar y Rafa Marí detallan que se mojó «la máquina urdidora, donde empieza todo, porque es la que está situada más bajita, hemos tenido humedad y suciedad, pero no ha afectado a la maquinaria».
Añaden que ya «hemos levantado acta notarial de los daños para reclamarlos al Consorcio de Seguros; hemos preguntado al Ayuntamiento de Xirivella dónde tenemos que depositar el material mojado y ya estamos empezando a arrancar de nuevo».
Confiesan que lo primero que han puesto en marcha son los telares de los espolines, ya que tienen el encargo de tejer estas joyas para que las luzcan las falleras mayores de Valencia 2025.
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