Son veteranos, falleros y siguen desfilando ante la Mare de Déu. No importa nada más que pasar por la Ofrenda de Flores a la ... Virgen de los Desamparados. La emoción es siempre la misma. Y aunque se dice que la edad no perdona, para Vicente Archer, de la Falla Plaza del Mercado Central, y Pepe Gay, de la comisión Doctor Gil y Morte-Doctor Vila Barberá, más conocida como 'Els doctors', tener 80 años o más (los mismos que tiene la Ofrenda), no es un impedimento para no faltar cada año, vestirse de fallero y, en el caso de Pepe Gay, ser el responsable de llevar la Senyera que acompaña a su comisión en su paso por la Virgen de los Desamparados.
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«No soy de llorar, pero pasar por la Virgen me emociona mucho», cuenta Vicente Archer, de la Plaza del Mercado. Este guardia civil jubilado tiene 80 años cumplidos en diciembre, los mismos que la Ofrenda. Lleva más de 40 formando parte de esta comisión, a la que califica de muy familiar y, además, para él este no es un año normal. Su hijo, José Vicente Archer, es el presidente de la falla. Pero si esto no fuera poco, su nieta, Vega Archer, es la fallera mayor. Así que, si cabe, la Ofrenda de este año será aún más especial. Recibe a LAS PROVINCIAS en la céntrica carpa al lado del Mercado Central donde se concentrará la comisión estos días. Allí está con unos amigos y es allí donde cuenta que tiene todo listo para desfilar ante la Mare de Déu. «Yo soy de pantalón, mis 'espardenyas' y mi chaleco y estoy listo para la Ofrenda. Lo tengo todo ya preparado«, señala. Siempre que sus obligaciones como guardia civil se lo han permitido, ha desfilado ante la Virgen. Pero es que, según cuenta, cada lunes acude a verla y después pasa por San Nicolás. »Lo hacía con mi mujer y aunque ahora no está, también lo sigo haciendo«, relata dejando demostrada su devoción por la patrona.
Archer es un fallero de casal, de carpa, siempre dispuesto a echar una mano. No importan los 80 años, él, asegura, está siempre para colaborar y trabajar por la falla. «Es que hay que hacerlo para que todo salga adelante», afirma. Aunque vive en Mislata, ya está instalado cerca de la comisión para no faltar a nada y seguir disfrutando de cada acto. Hay uno marcado casi a fuego: el día 18. Sobre las 14.30 horas han quedado para salir a desfilar por la Ofrenda. «Yo no soy de llorar pero ver a la Virgen me remueve por dentro», cuenta.
A Pepe Gay se le pilla, también, en la falla. Desde hace cerca de dos décadas pertenece a la comisión 'Els doctors'. Es el delegado del casal y, por tanto, cuida de que todo esté en orden. Llena neveras, ayuda en la organización... todo para que no falte de nada en la falla. Además, su hijo, José Vicente Gay, es el presidente. Pepe participa en una coral, toca el clarinete y, además, es el encargado de portar, desde hace esos 20 años, la Senyera en cada acto. También, y como no podía ser de otra forma, en la Ofrenda. «Claro que te cansas pero es más la ilusión que el rato que la llevas. Es muy emocionante», asegura a sus 86 años.
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A estos veteranos falleros nada les detiene. Son el ejemplo de que la veteranía es un grado. Tener los mismos años -o más- que la propia Ofrenda, el que es quizás el acto más emotivo y multitudinario de las Fallas, no impide seguir mostrando devoción y fervor por las Fallas. Ellos ya están preparados no sólo para desfilar sino para vivir con intensidad cada acto.
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