![Celebración de la misa solemne y del 'Te Deum' en la Catedral](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202010/09/media/cortadas/cat%20(15)-k8OG-U120395002760mPE-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Después de la Eucaristía, Jaime Sancho avisa al cardenal Antonio Cañizares y este se lava las manos con gel hidroalcohólico antes de ponerse la mascarilla. Ni los rituales católicos, con dos milenios de vida a sus espaldas, se libran del factor disruptivo del Covid-19. Pero en esa tradición se basó el arzobispo de Valencia para articular su homilía del tradicional Te Deum en la Catedral, para el que no quedaron bancos libres (una persona o unidad familiar por cada uno).
Cañizares destacó que el 9 d'Octubre «nos une a todos los valencianos para construir una sociedad en la que las personas podamos desarrollarnos íntegramente con un nuevo arte de vivir, que no es otro que el Reino de Dios, de amor y de justicia, de verdad, de caridad y fraternidad, en el que se proclaman dichosos los últimos, los marginados, los pobres, y los perseguidos». En su homilía, el cardenal indicó que la Iglesia en Valencia «quiere contribuir a difundir cada vez más el bien de la justicia y caridad donde sean proclamados preferidos los últimos» y en relación al «nuevo arte de vivir» dijo que es el que edifica «una nueva cultura de la vida y una nueva civilización del amor, el que nos enseña a vivir en unidad con todos, con nuestras particularidades propias, pero siendo conscientes de que formamos parte de una unidad superior, de un proyecto histórico del que formamos parte España, Europa, el mundo entero, en el que la Iglesia universal trabaje por la unidad y el bien común».
Igualmente, recordando palabras de quien fue arzobispo de Valencia Miguel Roca, invitó a los laicos a «recoger el testimonio de los cristianos que en nuestra historia han contribuido al crecimiento de nuestro pueblo para que, actuando desde los diversos sectores de la vida pública: humanos, sociales, culturales, económicos, laborales o políticos, colaboren a la luz del Evangelio para que nuestro pueblo valenciano progrese hacia metas más altas de humanidad, de paz y felicidad como Dios da a sus hijos, -y como dice y canta nuestro himno de Valencia- para 'ofrendar nuevas glorias a España', es decir, al bien común».
Durante la eucaristía, concelebrada por los obispos auxiliares de Valencia Esteban Escudero y Vicente Juan; el obispo emérito de Lleida, Juan Piris, y el cabildo de la Seo, el cardenal señaló que la Comunitat se cimenta sobre «un proyecto de vida de Jesucristo en el que se abre un gran futuro de libertad, de paz, de concordia y de reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, de solidaridad y acogida a los más pobres y de amor de misericordia y de perdón, sin venganzas ni odios y de unidad sin discriminaciones ni exclusiones de nadie y de auténtica fraternidad como nos recuerda el papa Francisco en su nueva encíclica basada en el amor».
Igualmente, dijo, «este día como aquél entonces en el siglo XIII nos incumbe a los miembros de la Iglesia que está en Valencia trabajar con todos los hombres en la edificación de un mundo más humano y justo, nuevo». «Los miembros de la Iglesia estamos llamados a hacer posible, codo con codo con otros, que surja una humanidad nueva hecha de hombres y mujeres nuevos; estamos llamados a evangelizar a proclamar y vivir un nuevo estilo de vivir que es el Evangelio de la alegría y de la caridad», señaló.
9 d'Octubre
MARTA HORTELANO / REDACCIÓN
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