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Tomatina de Buñol | «Nos encanta la Tomatina. En nuestro país no hay nada parecido»

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DAMIÁN TORRES

La Tomatina de Buñol regresa por todo lo alto

Más de 15.000 personas y 130 toneladas de tomates son los protagonistas de la popular fiesta de Buñol

Fernando Pajares

Buñol

Miércoles, 31 de agosto 2022, 12:36

El olor a tomate es penetrante y se queda en la nariz hasta mucho después de que termine la Tomatina, la batalla menos cruenta de la historia, que este miércoles volvió a congregar a miles de personas en Buñol. Había ganas, como en todas las fiestas populares de la Comunitat, de volver a la calle, de subirse a los camiones y cruzar el pueblo en medio de un bombardeo constante de tomates maduros. La Tomatina ha resistido al paso de la pandemia y ha vuelto con la misma pasión, una pasión que se siente y se vive en casi cualquier idioma del mundo, pues Buñol se convierte esta semana en un polo turístico de primer orden donde escuchar japonés pronunciado por un grupo de visitantes nipones no es tan extraño.

Miles de personas se congregaron este miércoles en la localidad de Buñol para participar en la famosa Tomatina, una tradición que este año cumple su 75 aniversario. Turistas de todo el mundo se dieron cita en la localidad para celebrar esta fiesta junto a los vecinos de este municipio del interior de la provincia. De los alrededor de 15.000 asistentes al evento, más de la mitad eran habitantes del propio pueblo, lo que supone un récord de participación vecinal y demuestra la pasión y el compromiso de los buñolenses con su tradicional fiesta y las ganas de volver a celebrarla tras dos años de parón por la pandemia.

Juan Carlos es vecino del pueblo y nunca se pierde este evento. «Para Buñol es un honor ver a tanta gente aquí reunida en nuestra fiesta», comenta este vecino, y añade: «Teníamos muchas ganas de volver a disfrutar de la Tomatina después de haber estado 2 años sin ella». Max y Jos son dos jóvenes turistas holandeses que han venido a España de vacaciones durante dos semanas. «Estábamos en Castellón y al enterarnos de que existía esta fiesta decidimos pasarnos por aquí», comenta Max. «Nos encanta. En nuestro país no hay ninguna fiesta parecida», puntualiza Jos.

«¡Oh, no!», grita un turista japonés que acaba de ser alcanzado por el agua que lanzan los vecinos desde sus balcones. Cubos, vasos, globos de agua e incluso mangueras son utilizadas por los presentes para refrescarse ante el calor y 'jugar' con el resto de asistentes. «Nos gusta la picardía, nos gusta darle vidilla a esto», explica Joaquín, uno de los tantos jóvenes que se divierten lanzando agua a diestro y siniestro mientras esperan para que la Tomatina dé comienzo.

El reloj escasamente marca las 12 del mediodía cuando por fin se da por iniciada esta tradición buñolense. Cuesta distinguir quién lanzó el primer tomate, dónde comenzó la batalla menos cruenta de la historia, pero tampoco es demasiado importante. Buñol vive con intensidad este evento, uno de los más famosos del mundo, y se enorgullece de que ningún otro lugar del planeta puede reproducir el paisaje 'tomatístico' del que este miércoles fueron partícipes las calles de este municipio.

Apenas transcurridos los primeros minutos de contienda, las calles del pueblo ya se teñían completamente de rojo. Del mismo modo, era imposible ver a alguien que no estuviese impregnado, en mayor o menor medida, por un color rojizo una vez se dio por comenzado este popular festejo.

Algunos, no tan valientes, prefirieron ver el espectáculo desde un balcón, algo que, sin embargo, no les libró de algún que otro tomatazo. Absolutamente nadie estuvo a salvo de recibir el impacto de esta hortaliza durante el transcurso de los sesenta minutos que duró la batalla.

El récord actual de asistencia es de 22.000 participantes, una cifra que este año no pudo ser superada debido a la limitación de aforo que solo permite la entrada a 20.000 personas, aún así, apenas cabe un alfiler en el pueblo para celebrar la Tomatina de 2022, la primera de la era postpandémica. La conmemoración del 75 aniversario de la tradición y los 20 años desde que fue declarada fiesta de Interés Turístico Nacional, sumado al hecho de haber estado sin esta fiesta durante dos años, hizo que las ganas, la pasión y el sentimiento de las personas que participaron este miércoles en esta fiesta fueran más grandes que nunca.

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