![Las manos que cuidan a la Virgen](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201805/13/media/cortadas/manos-virgen-dT-U503889600865nG--624x385@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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LOLA SORIANO
Domingo, 13 de mayo 2018, 00:57
valencia. «Cada vez que llega su fiesta se vive el ambiente como si fueran los preparativos de una boda». Con estas palabras describen M.ª Ángeles Serrano, camarera de la Virgen y M.ª Ángeles Gil, directora del Museo Mariano, los días previos al Traslado y la procesión de la Virgen de los Desamparados.
La limpieza de la aureola, la corona y la cruz, la preparación del manto, el fajín y el peinado. Todo está ya preparado para que la Virgen salga perfecta en su encuentro con los valencianos. Es un ritual que se repite cada año y que supone una entrega total de la camarera de la Virgen, M.ª Ángel Serrano, y de sus compañeras de la corte de honor.
Las manos que cuidan a la Virgen son las de esta valenciana que se desvive para que todo esté listo. «Todos los días del año vengo a la Basílica para ver qué necesita y ahora que llega su fiesta, más todavía», indica. Recuerda que lleva de camarera 35 años. «Pertenecía la corte de honor mucho tiempo atrás y un día vino a mi casa el entonces rector, Don Basilio Sancho, y me propuso ser la camarera de la Virgen». La respuesta de M.ª Ángeles fue muy clara: «Cuando me lo propuso dije que nunca le había dicho a nada que no a la Virgen. Y lógicamente acepté».
Esta valenciana asegura que tomó el relevo de sus antecesoras y explica que conoció a «la marquesa de Malferit; a María Teresa Arce y a María Josefa Comin».
Quizá el destino le tenía preparado este honor tiempo atrás, ya que indica que «a los seis años tomé la Primera Comunión en la Basílica» y lo hizo junto con su hermano Salvador y sus primos Alberto Casanova y Juan Luis Rubert.
Confiesa que cuando empezó en el cargo «no sabía si era capaz de tener esa responsabilidad y la primera mirada de la Virgen cuando subí al camarín no la olvidaré nunca. Es una mirada de cariño».
M.ª Ángeles Serrano detalla que está pendiente de la Virgen todo el año «porque la Virgen sale mucho». Añade que «gracias a Dios la buscan mucho. Últimamente, por ejemplo, ha salido cuatro veces en un mes». Claro, como detalla, eso implica que hay que estar pendiente de que los mantos de cada ocasión estén a punto. «Hay que acoplarlos para que sienten bien y tener bien peinado el pelo de la Virgen. De hecho, la Virgen luce una peluca para el Traslado y otra para la procesión», comenta Serrano.
Cada vez que la Virgen sale de peregrinaje, precisan dos horas y media para arreglarla entre dos personas y el día de la procesión, se llega a las tres horas.
La camarera de la Virgen está muy agradecida a sus compañeras de la corte de honor por el trabajo en equipo que realizan en favor de la Mare de Déu. Afirma que «ya son 1.700 componentes porque hay muchas abuelas que apuntan a sus nietas desde bien pequeñas». Entre las compañeras que integran este colectivo figuran M.ª Ángeles Santamaría; Carmen Mallent; M.ª Josefa Peña; M.ª Amparo García Sospedra; M.ª Carmen Pons Cabanes; M.ª Dolores Alfonso; M,ª Amparo Silvestre; Rafaela Vañó; Ana García y Pilar Nácher. Varias de estas mujeres explican que sus padres ya se casaron en la Basílica o que sus abuelas pertenecieron a la corte de honor.
La limpieza general de la Basílica, la colocación de las colgaduras de gala en los balcones o la puesta a punto de copones y cálices son algunas de las tareas que han realizado para que todo esté impoluto.
Además, otra de las funciones que realizan y que quizá es menos conocida es el mantenimiento de las prendas de la Virgen. «Estamos realizando una labor importante para recuperar el ajuar de la Virgen», indica la camarera.
La restauración del manto de la Coronación que lleva la Virgen en el camarín la sufragó el pasado año la corte de honor. El tisú nuevo lo hizo Garín y la restauración se realizó en Sevilla. Este año también han hecho donativos para arreglar otro de los mantos importantes, en concreto, «el que llamamos el manto de los dragones», indica M. Ángeles Serrano. Y añade que se admiten donativos. «Si alguien quiere hacer aportaciones para restaurar el ajuar, seguro que estará más cerca de la Virgen». También realizan ayudas a la entidad Maides para apoyar a las personas desamparadas.
La camarera explica que cuando está junto a la Virgen «pido en nombre de la gente que me reclama porque la última en ese momento soy yo». A la pregunta de si alguien le ha confesado algún favor o milagro que haya obrado la Virgen, explica que «la gente normalmente no viene a comunicarlo».
A pesar de ello, confiesa que «el favor o milagro más importante que ha hecho la Virgen lo pudo ver el año pasado todo el mundo. Cuando cayó la puerta de Bronce de la Basílica y al final se sostuvo con la propia corona de la Virgen. Y ni siquiera se aplastó. Fue una acción muy palpable y no pasó nada más porque la Mare de Déu protegió a las personas que estaban en ese momento en la puerta». M.ª Carmen Serrano detalla que «cada día hace favores a raudales y realiza una función social muy importante cuando va de peregrinaje».
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