![¿Por qué el 12 de octubre es Fiesta Nacional de España?](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201810/08/media/cortadas/colon-kVJ-U601182384059noH-984x608@Las%20Provincias.jpg)
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Óscar Calvé
Jueves, 11 de octubre 2018
Semana peculiar ésta en la que estamos. Especialmente atractiva para todos aquellos que no trabajan en el sector servicios. El martes Sant Donis, día de la Comunitat Valenciana. El viernes Fiesta Nacional de España. Dos peritas en dulce para una sección denominada Fechas Históricas. Dada la coyuntura actual, a algunos les resulta difícil expresar dos certezas tan obvias sin levantar asperezas. Qué tiempos. Quizá sea oportuno recordar aquellas máximas irrefutables establecidas por el argentino Luis Aguilé sobre «la lata que suponía el trabajar» y «lo feliz que pasa la vida si hay amor».
Disfrutemos la vida y nuestras fiestas. Un servidor se dispone a contarles la historia de una de ellas, la del 12 de octubre. En esta ocasión representa el «summum» de las efemérides: cien años. No, Colón no descubrió América en 1918. En seguida lo entenderán. Aunque ya saben que el próximo viernes se conmemora el descubrimiento de América en la fecha señalada de 1492, lo cierto es que se trata de una festividad relativamente reciente. Una celebración gestada en un contexto preciso, el de finales del siglo XIX y principios del XX, y con unos objetivos marcados.
De hecho, no fue hasta justo una centuria atrás (1918) cuando se institucionalizó la celebración. Habían pasado 426 años del hallazgo -aunque inicialmente no se reconociese como tal- del nuevo continente. Como decían nuestros padres: detrás del uno, el dos. Lógicamente, el uno lo situamos el viernes 12 de octubre, pero el de 1492, cuando Rodrigo de Triana, a bordo de 'La Pinta', gritó ¡tierra! Sin saberlo, daba a conocer al viejo continente la existencia de otro.
De este modo, Cristóbal Colón, sufragado en gran parte por el mercader valenciano Luis de Santángel, culminaba con éxito el desafío de alcanzar las Indias navegando hacia Occidente. Bueno, eso pensó él. Posiblemente hasta su lecho de muerte. En realidad había descubierto América, todo un continente por explorar y explotar que repartió inicialmente el setabense Rodrigo de Borja en calidad de Papa de Roma.
Alejandro VI barrió para casa, a favor de los Reyes Católicos, pero el casi inmediato Tratado de Tordesillas (1494) otorgaría en un futuro muy cercano el dominio portugués sobre la parte oriental de América del Sur. Pero esa ya es otra historia…
La pregunta del millón que más de un avispado lector se habrá planteado es cómo aquel trascendental hecho histórico se convirtió en fiesta identitaria, tanto de España como de los países hispanoamericanos. Quizá la mejor respuesta haya sido ofrecida por David Marcilhacy, especialista en la materia y autor de varios artículos y libros de los que en buena parte se nutre este reportaje.
Para entender el argumento tenemos que dar un importante salto histórico hasta finales del siglo XIX. No consta que hubiera celebración alguna en 1592, 1692 y 1792. Llamativo.
La primera celebración acaeció con motivo del cuarto centenario del descubrimiento, en 1892. Por entonces España se hallaba en una situación decadente como potencia internacional tras la progresiva pérdida de colonias al otro lado del Atlántico, que culminaría con la entrega de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam ya en 1898. Por otra parte, América salía de un período de guerras intestinas en defensa de la independencia de sus diversos estados frente a los correspondientes dominios europeos.
Sin embargo, las diversas naciones del sur del continente comenzaron a percibir que un nuevo peligro colonialista inquietaba la joven autonomía de sus países. La amenaza venía del norte, circunstancia que quedaría manifiesta cuando las últimas colonias españolas ya señaladas fueron a parar a manos de los Estados Unidos de una forma u otra.
En ese contexto progresó en nuestro país una línea de restablecimiento de las relaciones hispanoamericanas. Vale que se había perdido prácticamente todo con las armas, pero renunciar a aquel emergente mercado con vínculos tan fuertes con nuestra historia habría sido poco menos que un suicido comercial, un tropiezo fatal.
Esa reconciliación hispanoamericana fue promulgada en primer lugar por grandes empresarios en nuestro país, quienes pronto contaron con el trascendental apoyo de la intelectualidad del momento. Eruditos, periodistas y políticos españoles de diversas ideologías abogaron por una recomposición de las relaciones con los territorios perdidos militarmente, como un ejercicio de regeneración nacional ante un panorama poco halagüeño y próximo a la depresión.
Paralelamente, en nuestro país surgían movimientos nacionalistas y corrientes políticas radicales que preconizaban un cambio de perspectiva de afirmación españolista por parte del gobierno. Resulta revelador que Cánovas del Castillo y Mateo Sagasta, grandes rivales políticos de la época, coincidieran en la idoneidad de esa reconexión con América.
Mientras, las repúblicas sudamericanas que antaño pertenecieron a España veían las orejas al nuevo lobo ya apuntado, causa por la cual comenzaron a reivindicar su pasado hispano. La solución pasaba por sumar sinergias y ver los muchos puntos de unión, convergentes, irrevocablemente, en una fecha. El 12 de octubre de 1492. Y así, en 1892, emergió la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América. En la conmemoración sobresalieron los homenajes a Colón por toda España.
Al otro lado del charco, eran las comunidades italianas (por la procedencia del intrépido navegante) y españolas las que impulsaron unos festejos que paulatinamente ganaban en oficialidad bajo el nombre de Día de Colón. No obstante, el 12 de octubre como fiesta tuvo continuidad desigual en los años posteriores. De nuevo en España, no sería hasta la segunda década del siglo XX cuando se redoblaron los esfuerzos por impulsar la Fiesta de la Raza. En esa voluntad destacó por ejemplo Mariano de Cavia, considerado un maestro del periodismo quien utilizó su medio para lanzar una campaña a favor de la oficialización del 12 de octubre como fiesta nacional.
En 1915 escribía: «Si cualquiera otra nación en todo el mundo, tuviera entre sus efemérides una como la del 12 de octubre de 1492, asusta pensar en lo que haría esa nación, grande o pequeña, opulenta o de mediano pasar, pero siempre orgullosa de sí misma y de prolífica acción, para celebrar dignamente la fecha más luminosa de sus anales».
Dos años más tarde, el 12 de octubre de 1917, el rey Alfonso XIII asistía a los actos celebrados por la Fiesta de la Raza en el Ateneo Guipuzcoano de San Sebastián. Allí declaraba: «Día este muy feliz, llamado de la Raza, que habremos siempre de celebrar con admiración y gozo a un tiempo, puesto que en ella coinciden, en sus palpitaciones de uno y otro lado del Atlántico, millones de corazones, hijos todos de este fecundo suelo hispano».
Bajo el gobierno de Antonio Maura, se declaró que el 12 de octubre de 1918 sería fiesta nacional bajo la denominación de Fiesta de la Raza, apenas un mes antes de la 'Declaración Valencianista' liderada por personajes de la talla de Maximiliano Thous o Ignacio Villalonga. Sintomático. En todo caso, la institucionalización de la fiesta produjo a partir de entonces una explosión de actos en favor de Colón y sus colaboradores, así como de otros conquistadores.
En aquellos años se sitúan un gran número de las más famosas esculturas que representan al marinero -y a su círculo- en varias ciudades españolas. Valencia no fue ajena a esa corriente. Lo muestra el busto de Luis de Santángel creado hacia 1920, todavía 'vivo' en la Alameda.
¿En qué consistía la fiesta? Las asociaciones culturales celebraban banquetes, concursos poéticos, congresos... Mientras, el grueso de la población se limitaba a asistir, cuando la había, a alguna procesión cívica. Poco a poco, la fiesta fue cargándose de connotaciones militares, más obvias en la dictadura de Primo de Rivera. En 1958, con Franco en el poder, el día cambió de nomenclatura: «Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de Día de la Hispanidad».
Una ley más reciente, de 1987, especificaba que ese día: «…simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos». Feliz semana.
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Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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