24 propósitos

Quered y cuidad, no hay más. En este recorrido vital lo que todas y todos deseamos es que nos quieran, así de fácil. Y si nos quieren, que nos cuiden. Así de difícil.

Empatizar más en general, con los clientes, con los compañeros, con los jefes y todo ello también viceversa.

Ser generosos con los demás y con nosotros mismos. Derrochar pasión, compromiso y amor a la profesión.

Oír y decir más las palabras gracias y por favor.

Tener acceso a una formación mejor, más cercana, actual y práctica.

Ser autocríticos para la búsqueda de la mejora.

Aprender de los demás sin desdeñar lo ajeno porque sea mejor o esté mejor hecho.

Apostar seriamente por la sostenibilidad desde la actitud. Esto va de hacer no de querer hacerlo.

Luchar por el desperdicio cero. No tirar, buscar alternativas porque el alimento que desechamos es el más caro.

Creer seriamente en el bienestar laboral y en la conciliación, sin excusas, sin tapujos.

Creer y hacer, sí se puede.

Hablar, conocer y estar al lado de nuestros colaboradores para hacerles su trabajo más fácil, más atractivo y mejor.

Crear vocaciones desde la divulgación de nuestra profesión

Tener presencia en los foros gastronómicos, en los congresos o en los espacios donde se hable cocina, hostelería, turismo, hotelería o gastronomía. Nosotras y nosotros somos parte de ello, debemos creer en nosotros mismos.

Tener sueldos dignos y acordes con las tareas y las funciones desarrolladas.

Cobrar la responsabilidad.

Estar más unidos y luchar juntos en beneficio de todas y todos los profesionales de sala y servicio.

Aprender sobre la inteligencia emocional que tanta falta nos hace.

Ser más inclusivos y no discriminar. (se entiende, no hace falta comentario)

Al llegar a las mesas, presentarnos. Seguramente el cliente sepa el nombre de nuestro cocinero, al irse que se vaya sabiendo el nuestro.

Divulgar lo cercano, nuestros productos y nuestras gentes. Esta retroalimentación nos hará más fuertes.

Que hablemos todas y todos mejor el inglés. (este deseo es de hace mil años y que creo que lo seguirá siendo mil más, así que hagamos algo)

Callarnos menos. Siempre desde la educación, intentar tener voz propia, nos hará mejores.

Escribir y leer más de nuestra profesión. Todas y todos, sin comunicación no hay evolución.

Y por supuesto, seguir deseando. Sin esperanza no hay futuro.

Aunque sean deseos, también son propósitos. Seguro que me he dejado, que nos hemos dejado, muchos, pero ahora depende de ti. Cambia, suma, añade o quita, estos deseos y propósitos son tuyos. Y una promesa, al final de este año de deseos y propósitos haremos entre todas y toda una reflexión común para analizar lo conseguido y empezar a trabajar por lo que nos quede pendiente. Somos hosteleros, no paramos.

Feliz año.

Reflexionemos