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Victoria Blesa, gerente de Casa Baina. Nacho Roca

Baina, almuerzo popular en el Port de Catarroja

La histórica casa de comidas resiste como único refugio de la gastronomía de toda la vida y ofrece también un menú de arroces de lunes a viernes ·

Nacho Roca

Jueves, 6 de abril 2023, 19:13

Su especialidad es el Allipebre y los arroces de temporada con caza o pesca de l'Albufera. Un restaurante en el Port de Catarroja, donde ... la hora del almuerzo se esconde del reclamo gastronómico para convertirse en etnología del lago. De martes a viernes, la mayoría de los clientes del Baina todavía se conocen por su apodo, «el ric», «el morrut» o «asperansota», y las mesas compartidas están a disposición de la clientela para almorzar el bocadillo popular o bien «la parte» que consiste en aceitunas, cacahuetes, bebida y café con el bocadillo que el comensal trae consigo. También puede tomarse un allipebre, pero su clientela habitual, labradores y pescadores, prefieren reservarse el plato de anguila para las comidas.

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Victoria Blesa regenta el restaurante desde que su padre, Marcial Blesa, se jubiló hace veinte años, tras convertir en los años 70 del siglo pasado, una taberna pegada a la Comunidad de Pescadores, en un bar restaurante con carta de los productos de l'Albufera que atraían a comensales de la ciudad, de las comarcas y localidades cercanas para degustar las paellas y los platos guisados con anguilas.

El restaurante, al igual que toda la zona, incrementó su atractivo tras la remodelación del Port en los años 90, siendo actualmente el único bar que está abierto en el entorno natural del canal, que entre campos de arroz, marjal y tancats discurre hasta la Punta la Pipa como puerta desde Catarroja al lago de la Albufera. Y aunque el reclamo turístico y gastronómico fue importante a partir de la década de los noventa, y todavía lo sigue siendo, los almuerzos siguieron y siguen inamovibles. A partir de las 9.00 horas y hasta las 10.30 aproximadamente, Baina es además de vianda, un lugar de reunión, de charla y conversación, de encuentro en la parada de la jornada agrícola o pesquera o de preparación, visita o salida de las barcas amarradas.

El fin de semana se altera el ritmo. El alumnado de la escuela de vela de l'Associació els Peixcadors de Catarroja copa la hora del almuerzo junto con los visitantes que se acercan a pasear al puerto o a disfrutar de los paseos en barca. La cercanía de la estación de tren de Catarroja conectada con el carril bici hasta el puerto, anima a muchos turistas a visitarlo. Las exhibiciones de vela latina y las actividades de los veleros y pescadores congregan a socios, socias y amantes de la albufera.

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Las estupendas fotografías que ofrece el puerto como el escenario perfecto a falleras, bodas y comuniones para sus libros de fotos lo convierten en un plató. Instagramers que buscan la imagen casi exclusiva se unen a la concurrencia, por lo que sin reserva es complicado ocupar una mesa tanto en la comida como en el almuerzo, en un restaurante con buena calidad y precio, donde se huye de la aglomeración. La reserva por teléfono, ya que como explica Victoria Blesa «en casa Baina todo es tradicional y casero» y no se dispone de reservas en línea.

En la entrada un mural introduce la carta, y en el interior, en las paredes cuelgan fotografías antiguas, con barcas y actividades comerciales alrededor de la pesca, láminas y pinturas de las casetas y de las embarcaciones tradicionales, y un mapa de l'Albufera, que también sirve para ubicar campos o el trayecto de los paseos en barca. Los ventanales a la zona norte ofrecen la estampa de las estructuras del puerto de València a lo lejos, mientras que los campos colorean la postal de nuestra visión de marrón, azul, verde o amarillo según la época en la que el arroz se encuentre en siembra o recolección.

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Reproducciones de barcas de vela latina adornan sus estantes para dirigir la vista a los mostradores donde se muestran los posibles almuerzos populares, de tortilla de patata, calamares o tortillas variadas, o si es temporada, la ensalada de llisa, una especialidad convertida en una exquisitez.

Paella, arroz del señoret, arroz en perol, meloso de gambas y setas, o arroz en fesols i naps son algunas de las variedades que se incluyen en la carta o el menú a mediodía, y donde el plato estrella, como entrante o como plato principal, es el allipebre, con sus patatas y su especial color rojizo con gusto picante.

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En el Port de la localidad bautizada como «La cuna del allipebre», el restaurante Baina es el único en funcionamiento, en un ambiente tranquilo y diferente a la gran oferta que ofrece el Palmar, por lo que el anuncio del Ayuntamiento de Catarroja de ampliar la zona de restauración en el entorno, es bien acogido, ya que aportará más plazas para poder disfrutar de la gastronomía y de la zona, aunque difícilmente se conseguirá desplazar a la clientela que pan bajo el brazo o hambrientos de conversación con sus amistades se acercan diariamente a las mesas de Baina para departir y finalizar la conversación con el carajillo o el café.

La trayectoria de Casa Baina es la de un restaurante arraigado a las costumbres de sus clientes y que lo combina con el atractivo de la gastronomía albuferenca para ofrecer una carta con platos que saben a tradición y que se saborean desde el paisaje y el ambiente que conecta con imágenes que nos transportan a la tranquilidad, a la naturaleza, en el que el mejor postre es un buen paseo por su canal, un paseo en barca o una ruta en bicicleta.

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