

Secciones
Servicios
Destacamos
Desde que hace unos diez días el bar Ricardo anunciara que después de 77 años de existencia iba a dejar de abrir para servir almuerzos, ... el efecto llamada había hecho efecto, y hasta el último día los comensales abarrotaron el local y la terraza haciéndose fotos para inmortalizar cómo se comían el último bocadillo en uno de los templos del almuerzo. En realidad, el bar Ricardo es un templo durante todo el día, ya que aunque nació para servir almuerzos y comidas - «mi abuelo abría el bar a las seis de la mañana»- la realidad es que con el tiempo fueron ampliando el horario para poder ofrecer cenas.
Noticia relacionada
«Ha sido una decisión muy difícil de tomar porque no hemos dejado de servir almuerzos desde que se inauguró el bar hace casi ochenta años, pero estamos cansados», asegura Richard, tercera generación, que regenta el bar junto a su mujer Susana. Entre quienes almorzaban este jueves, su padre, la segunda generación con unos amigos, que se despedía así de una costumbre ahora de moda, y que viene de un pasado muy arraigado a la tierra. «Aquí viene una persona todos los días desde que era aprendiz en el taller y tenía catorce años. Ahora ya ha cumplido ochenta».
Además de la conciliación, otro de los motivos que les ha llevado a cerrar por las mañanas es la falta de personal. «Aunque vamos por turnos, cuando hay bajas estamos mi mujer y yo, y cada vez es más complicado encontrar gente joven. Ahora tienen otra mentalidad, no quieren trabajar noches o fines de semana», asegura Ricardo, que tiene claro que ahora podrá dedicar las mañanas a formarlos, en vinos, jamón, marisco. «A veces metíamos a dos chicos nuevos a torear sin haber aprendido nada», así que para Ricardo esta decisión es «un pasito atrás para coger carrerilla porque, aunque no abramos para almuerzos, serán doce horas ininterrumpidas de cocina abierta, de 12 a 12».
El responsable del bar Ricardo deja claro además que había con los almuerzos una batalla por el precio en la que él nunca quiso entrar. «Los jóvenes no tienen problemas en pagar doce o trece euros por una hamburguesa, pero querían un almuerzo popular». Y a pesar de ello este tramo del día suponía un 10% de la facturación total.
Ricardo no cierra la puerta a los almuerzos en un futuro: «¿Quién sabe si dentro de unos años volvemos? Lo que ahora teníamos claro es que teníamos que parar para reestructurar la plantilla, y también para recapacitar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.