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Almuerzo en el Horta i Mar, de Carpesa IRENE MARSILLA

Dónde almorzar en las pedanías de Valencia

EL MAPA VALENCIANO DE LOS ALMUERZOS ·

Una ruta por los poblados del norte, oeste y sur a través de bares clásicos que esconden sorpresas

LUIS ARIAS

Jueves, 15 de septiembre 2022, 18:46

Desde los poblados del oeste a los poblados del este, pasando por las pedanías del sur de Valencia, una ruta por los mejores locales para disfrutar de un almuerzo invita a peregrinar por bares de toda la vida que en ciertos casos esconden sorpresas gastronómicas: arroces, calderos, repostería casera y las mil formas de preparar un cremaet. Es un viaje por la cultura tradicional asequible a todos los bolsillos.

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Poblados del norte

En Benifairaig, el bar La Creu es una visita obligada (calle Venta del Moro, 15). Un consejo: probar su figatell. Y no despedirse sin saborear su cremaet. Y en Borbotó, un par de referencias: Casa Cent Duros, en el camino Masarrochos. Perfecto para almorzar: pan crujiente, variedad de bocadillos y diversidad de platos. Los fines de semana sirve paellas, también para llevar. Y muy cerca, apenas a cien metros, otra sugerencia: el Club Pilota. Una pista segura para un buen almuerzo. Cerca, en Carpesa, se ubia el restaurante Horta i Mar, en la calle Garcés 19, donde reina el bacalao dentro de una carta muy jugosa: tortillas, revueltos, fiambres y carnes y embutidos de Albentosa (Teruel). Sirven también allipebre, pollo y conejo al ajillo, verduras de la huerta, caucas en corfa y olivas. Tambiés se recomenda probar su cremaet.

Pedanías del oeste

Viajamos a Benimamet, donde la referencia inexcusable es La Taberneta (en la calle Bernardo Prieto) y sus bocadillos tamaño XXL. En la misma zona, en el entorno de Cortes Valencianas, en Beniferri se alza Café Beniferri, con sus desayunos, almuerzos, comidas para llevar y menú diario desde 9,5 euros. También muy popular en la misma pedanía, el bar Culebras, en la calle Josep Artesà.

Poblados del sur

Casa Gema en el Perellonet (ofrece también comidas para llevar a cas), el bar de la cooperativa Unipro en Perelló (donde se pueden adquirir también tomates, «los mejores del mundo) o el bar Redó en Les Palmeres de Sueca, en primera línea de playa, bueno y barato, configuran una expedición que se nutre también de otras referencias. Por ejemplo, el bar Cooperativa, en la carretera entre Nazaret y Oliva, de visita obligada. Su bocadillo de bacalao con ajoaceite, espectacular; o su ensalada del terreno, aconsejan una parada en la excursión hacia Cullera y disfrutar de otros alicientes: su barrecha, un rico cazada con anís. En esa misma carretera se ubica el bar Casino, muy cerca de otra recomendación muy sugerente: el Horno de la Beata Inés, con su variada oferta de cocas, pasteles, pelotas de almendruco, rollos de catalina o brazo de gitano.

De qué hablamos cuando hablamos de almorzar

El ritual del almuerzo nace del trabajo de campo, cuando los labradores paraban a reponer fuerzas de toda una mañana de duro trabajo. Entre tertulias y risas, aprovechaban el cercano producto de temporada para reunirse con los compañeros de trabajo, una práctica que más o menos se mantiene hoy. El almuerzo tradicional consistía en un bocadillo o un plato que se preparaba con los manjares que regalaba la madre naturaleza y se cultivaban en los campos cercanos, acompañado de cacaos del collaret, aceitunas o tramuzos y, dependiendo de la zona, ensalada (Carlet y Alberic). Para remojar el gaznate, cerveza o vino y gaseosa (vi amb llimoná). El almuerzo se coronaba con el tipico cremaet, preparado en tres texturas: se hace con azúcar, licor flambeado (generalmente, ron), café corto, canela, corteza de limón y granos de café. Si es fin de semana y no hay que volver al tajo, se añade un chupito de mistela, cazalla o licor de hierbas, que siempre son bienvenidos.

En general, son bares que ofrecen las entradas propias de la cultura del almuerzo, adaptadas a la tradición de la zona: paellas y arroces, por supuesto, pero también anguilas al horno, cebollada, espardeñada, caldereta de rape y langosta. Entre ellos destaca por su singularidad otro local recomendable: el Club de Campo Las Palmeras, cuyo atributo principal son los almuerzos de caldero. De costillas de caballo en salsa, por ejemplo, con sus aros de cebolla crujiente, patatas panadera y huevos fritos. También muy sabroso su caldero de pollo y conejo con pisto y la espardeña al estilo tradicional: anguila, pollo, conjejo y pato, también con patatas y huevo.

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