Almuerzo rutero junto al Macizo del Caroig

Lauren y María Isabel tenían claro que no iban a ofrecer en el establecimiento aquello de lo que se puede encontrar en la ciudad y apostaron por productos kilómetro cero. Por eso, los embutidos realizados en Millares son la base fundamental de su amplia carta, aunque sin olvidar las opciones para los que deben cuidar su colesterol. «Los bocadillos de longaniza, chorizo y morcilla son los que más piden ciclistas, senderistas y motoristas», subraya Lauren, al ser los principales clientes del fin de semana y recalca que los productos se elaboran en el mismo pueblo, todo artesanal. Y es que, si tienen claro algo, es que la política de la empresa es de respeto al entorno rural y su desarrollo sostenible, y sus proveedores son primordialmente los comercios de Millares y comarca.

También el pan, elaborado en el horno de leña del municipio. «No te das cuenta de lo diferente que sabe el pan hasta que sales fuera y pruebas otro», insiste y asegura que es un privilegio contar con estos productos.

En la carta además hay otras variedades como los bocadillos de tortilla «al momento» (jamón, atún, queso...) y otros tradicionales como el de panceta a la plancha, bacon con queso o el de solomillo a la crema. Pero sin duda alguna, una de sus especialidades es el de bacalao a la plancha con ajitos fritos y pimientos rojos. «Hace un maridaje estupendo que gusta mucho a los clientes».

El almuerzo completo se conforma de bocadillo, café, cacaos y olivas, pero también está el 'rutero', para los que necesitan más fuerza, que incluye los tres embutidos de Millares, además de panceta con patatas y huevo frito. Para aquellos clientes que prefieren almorzar iniciada la ruta de senderismo o después de un descenso de barrancos, se les prepara un picnic compuesto de bocadillo, agua, fruta y barrita energética.

El establecimiento ofrece además comidas y cenas y en su carta no pueden faltar los platos típicos valencianos, como las paellas, aunque por encargo, y otros de la comarca como los gazpachos manchegos, de los que tienen fama. También lo tienen por los postres caseros, como puede desprenderse de las reseñas en redes sociales.

Pero si este bar-restaurante gusta a los clientes además de su comida, es por la implicación de sus propietarios en la organización de actividades culturales. Como conciertos, como el de Graham Foster y su banda, integrada por tres músicos valencianos, en septiembre del año pasado; la celebración de la feria del libro o la participación en rutas de la tapa, entre otros. También celebran bodas, cumpleaños y otros eventos familiares.

El Albergue se encuentra a unos 500 metros de Millares, y es paso obligado de turistas de la naturaleza y de la práctica de deportes de montaña y el agua, en este lugar, es el principal elemento. A unos 400 metros se encuentra la Fuente de las Donas.

Además del bar restaurante cuenta con alojamiento con capacidad para 45 personas. El edificio fue remodelado cuando se hicieron cargo. Era un antiguo cuartel de la Guardia Civil del que se cuenta alguna historia paranormal.