![Almorzar en El Pastoret de Náquera: bocadillos XXL | Los almuerzos XXL de El Pastoret de Náquera: del 'Petao, petao' al 'Supremo' y 'Leo'](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202108/26/media/cortadas/pastoret-naquera-kEFH-U150346663895ENI-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Juanjo González es el máximo responsable de que Náquera se haya convertido en uno de los lugares más visitados para almorzar, que los clientes hagan hasta una hora de cola para probar unos bocadillos que en su mayor formato son una barra de pan entera. ... Los amantes del buen almuerzo han convertido en templo a El Pastoret de Náquera, un bar en el que Juanjo sirve bajo el concepto de «comer como en casa». Ha llegado ha servir hasta 760 bocadillos en una jornada, reduciendo actualmente la cifra, «por el bien de la cocina, hasta los 350 bocatas diarios». En su casa, formada por 30 combinaciones diferentes, destacan tres por encima del resto: el 'Petao, petao', el 'Leo' y el 'Supremo'.
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Los grandes éxitos nacen de cuestiones que escapan del control o la lógica, aunque siempre el trabajo esté detrás como elemento indiscutible. Juanjo González, natural de Sabadell, llegó desde Jaca a tierras valencianas. El concepto de 'El Pastoret' actual se fue madurando a base de los clientes habituales que se pedía cada uno un bocadillo diferente. No era tarea fácil ponerle un nombre. «Venía un hombre, que era fontanero, que pedía un bocadillo en concreto. Al no tener carta por aquel entonces, la mezcla era variada. Siempre pedía el mismo bocadillo, por lo que cuando tuvimos carta a ese bocata le pusimos de nombre 'Jardinero'». Lo mismo pasó con el 'Fontanero' o 'Tío Pepe'. El Pastoret, tal y como se conoce ahora, no tiene una larga experiencia, apenas 6 años, pero el éxito de los últimos años ha permitido alcanzar cotas difíciles de asimilar para el dueño. «Creo que estoy en un sueño».
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Los bocadillos más pedidos en El Pastoret son «el 'Supremo' (pollo, queso, bacon y vegetales), el 'Leo' (carne de caballo, bacon, queso y cebolla) y el 'Petao, petao' (salsa, lechuga, tomate, pechuga empanada, queso lacón y bacon), un bocadillo que se sirve con palillos para que pueda cerrar el pan de lo cargado que sale de cocina». El dueño señala que «algún cliente hemos tenido que se ha llegado a pedir dos bocadillos XXL para él solo, aunque muchos lo que hacen es pedirse el pan entero y se llevan la mitad para casa».
Juanjo recuerda la época en la que llegaban a servir «760 bocadillos en una mañana». Ahí empezó el boom de 'El Pastoret'. Sus bocadillos tiene una dimensión de una barra entera, de cerca de 50 centímetros de longitud para los que hay 30 tipos diferentes de combinaciones en carta. «Hemos llegado a tener mesas de 20 personas, todas con bocadillos XXL», recuerda Juanjo de la época previa al Covid-19. El propio dueño del restaurante de Náquera asume que «no somos los primeros en ofrecer este tamaño para el pan, pero sí es cierto que después de nosotros se han sumado varios restaurantes más de Valencia».
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«Nuestros bocadillos tienen un largo proceso de elaboración, de paso por cocina. Todos los productos son frescos, nos los sirven día a día y si nos quedamos cortos de algún producto vienen adrede a servirnos. Las carnes están crudas y se cocinan cuando la pide el cliente. En cocina son 8 personas y ahí no hay descanso. Cuando te piden un bocadillo coges el pan, te lo pones sobre un brazo y con la mano libre lo rellenas, que rebose en algún caso», desvela el propio dueño de El Pastoret de Náquera.
Juanjo González asume que parte del éxito está «detrás del boca a boca, pero también gracias a las redes sociales». Cuando un camarero sirve un bocadillo XXL, el pan es recibido en la mesa como si de un marciano se tratara. Las fotografías al almuerzo forma parte del ritual, aunque en algunos casos el bocata no quepa en toda la pantalla del móvil y haya que incluso levantarse de la mesa para captar la totalidad del pan. Hasta desde mesas vecinas se hacen bocadillos ajenos.
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Aunque los camareros suelen avisar de las dimensiones del bocadillo, alguno cae en la trampa y ve «por sorpresa» como se le adjudica una barra de pan entera con productos de todo tipo. Los grupos de amigos y familias son los grupos más habituales que llegan cada mañana a El Pastoret, entre los que alguna vez se encuentra algún novato que no conoce cómo se las gastan en el bar de Náquera.
Los clientes, sólo hay que consultar las redes sociales especialmente durante el fin de semana, dan buena cuenta de su visita y almuerzo en casa de Juanjo, por lo que se genera un efecto llamada que de tanto en tanto tiene alguna «ayuda» de famosos. Así se explica el «caos» que un día generó el cómico Raúl Antón en la cocina del restaurante. «Raúl vino a almorzar y compartió una foto del bocadillo que lleva su frase más repetida, el 'Petao, petao'. Ese mismo fin de semana se llenaban mesas con 6, 8 y hasta 10 bocadillos de los que se había pedido Raúl Antón. Justamente es de los almuerzos que más cuesta elaborar, porque se hace uno a uno, sin tenerlo en bandejas. Nos pidieron cerca de 100 'Petao, petao' en una hora y colapsó la cocina. Me tocó decir que no se servía ninguno más de esos, porque no podíamos mantener ese ritmo», explica Juanjo.
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Vicente Agudo
Algo tendrá 'El Pastoret' de Náquera cuando hasta su local llegan «adrede» clientes que viajan desde Cullera o Algemesí. «Un día vinieron unos andaluces que iban hacia Andorra de viaje. Pararon adrede en Náquera para almorzar en nuestra casa. Lo mismo pasó con una familia de Burgos, que estaban de vacaciones por Valencia y vinieron a Náquera sólo para almorzar con nosotros».
Dice un dicho que «lo breve y bueno, dos veces bueno», pero siempre hay una excepción que confirma la regla y aunque estos almuerzos gigantes a veces provocan rechazo, la barra de pan entera que sirve Juanjo González es la demostración de que un bocadillo gigante cumple a la perfección el propósito verdadero del almuerzo valenciano: «compartir y disfrutar en familia».
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