Cincuenta bocadillos con nombre propio para almorzar en Dénia

Así, no es extraño oír a un cliente decirle a la camarera que hoy le apetece tomar un Joseba, que está preparado con tortilla y sobrasada. Si pregunta por un Vicentet, le servirán un bocata con lomo, huevo a la plancha, patatas y mayonesa.

Cuando surge el nombre de Carina se intuye que hay hambre, pues entre el pan compartirán espacio pollo, lomo, un huevo a la plancha, queso, lechuga, tomate y mayonesa. Y la lista sigue así hasta completar el medio centenar de opciones, lo que puede poner en una tesitura a los indecisos. Porque hay que tienen el lomo como protagonista, otros son de ternera y no faltan tampoco las variedades en los apartados de pollo, tortilla o vegetales.

Sin embargo, los dos bocadillos estrella de L'Estació son, sin duda, el de escombros con mayonesa y el de figallets con cebolla. Ambos triunfan, según reconoce Raúl Andrade, propietario de este negocio.

También la calidad de la materia prima que usa en sus elaboraciones supone una garantía de éxito. Al dueño le gusta comprar el pescado que va a utilizar en la lonja de Dénia, de manera que no duda de que será un producto excepcional. Con ello consigue que su elaboraciones posean un sabor excelente, tanto en los bocadillos como en los platos combinados y las propuestas que ofrece en el menú para comer a mediodía.

De padres hosteleros, Raúl lleva en la sangre el cariño por la hostelería. De pequeño, con tan sólo ocho años, ya le gustaba montar las barras y en 2007 abrió su primer bar. En plena pandemia decidió emprender una nueva aventura y a finales de octubre de 2020 empezó a funcionar el Café L'Estació. «Ha sido un gran reto, pero hemos sobrevivido», relata el dueño.

Y no es para menos, ya que a los problemas que afectaban al sector en ese momento se le unía que a finales de julio de 2016 dejaron de llegar trenes y la estación dejó de estar operativa.

Según reconoce Raúl Andrade, el lugar estaba «más que muerto», pero aun así, no dudó en seguir adelante y montar el negocio. Los primeros años fue aguantando, pero todo cambió a principios de este 2023. El 16 de enero llegó el primer tranvía, el trasiego en la estación volvía y eso dio mucha vida a su establecimiento.

Hasta ese momento, la clientela que se acercaba allí a almorzar era, sobre todo, de trabajadores de la zona. Era habitual ver a empleados de bancos, tiendas e incluso policías. Ahora se le han sumado los pasajeros del TRAM d'Alacant, tanto las personas que van a partir como las que acaban de bajar del tranvía y hacen una parada para tomar algo antes de adentrarse en la bulliciosa ciudad de Dénia.

El lugar en el que se ubica el Café L'Estació es muy bueno. Cuenta con dos terrazas. Una está encarada al sur y en invierno resulta fantástica para aprovechar los rayos del sol, además se puede observar la llegada y la partida del tranvía. La otra da al paseo del Saladar y ofrece más sombra en verano.