![Diez bares en polígonos de la Comunitat donde disfrutar del almuerzo](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/05/04/doncolor-RnhVZq9H9fy9zwkHEQogykO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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A. Talavera/B. González/N. Roca/Ó. de la Dueña/M. García
Viernes, 5 de mayo 2023, 00:49
Entre los 'puristas' puede que no sean los lugares más glamurosos. Pero son eficaces y, visto su gran éxito, sabrosos y eficaces para lo que se les pide en muchas ocasiones: energía para resistir la jornada laboral. Los polígonos industriales albergan en su interior bares, ... muchas veces desconocidos, que son la segunda casa de muchos currantes. Aquí les presentamos diez de ellos.
La Casa Vella, Catarroja
Maria José y sus hijas Paula y Marta regentan este restaurante en el polígono del Bony en Catarroja. Almuerzos con un pan excelente y una materia prima de calidad, la tortilla de patata supera todas las expectativas de los paladares más exigentes en una terraza ambientada con temas de l'Albufera, y con una barbacoa donde todos los jueves se sirven almuerzos de «torrà». El menú de mediodía es de 10 euros, con la especialidad de arroz meloso de bogavante, y todos los viernes, paella valenciana guisada por la cocinera Rosa. El local se ubica justo al lado de la estación del tren de Catarroja. La Casa Vella se ubica en: C. Senda de les Animes Poligono Ind, 1, 46470 Catarroja
Bar Ca Ramonet, Albal
José Ramón, Manolo y Sergio regentan Ca Ramonet. Desde 1999 en el polígono de Albal, son sucesores de la tradición familiar de un bar en el centro. Valencianista y con arraigo, sus almuerzos son populares, con una clientela que mezcla los trabajadores de las fábricas con la clientela heredada y agricultores de la zona. Sus bocatas son variados, con especialidad en calamares y puntilla. El menú de mediodía destaca por el puchero tradicional de los lunes, con todos sus ingredientes, los miércoles por la paella y los viernes, por el arroz al horno. Un bar con toda la sustancia del sabor de siempre. Ca Ramonet se localiza en: Travessia Camí de la Foia, 5, 46470 Albal
Don Color, Gandia
En Gandia el almuerzo es todo un ritual y más en las zonas industriales donde la parada para el bocadillo es obligatoria. En todos los polígonos de la comarca de la Safor hay bares donde la especialidad es servir bocadillos de todo tipo a media mañana, pero si hay un local que está considerado como el templo del almuerzo es Don Color.
Este bar está en la antigua carretera de Daimús, ahora Avenida de La Vital. César López y Joaqui, su mujer sirven casi un centenar de bocadillos. Llevan en este establecimiento desde 1999 y su fama se la han ganado día a día con su buen hacer.
Preparan cazuelas de todo tipo cada mañana: magro con tomate, 'polpet', higaditos de pollo o pechuga con setas. «De ahí vamos preparando los bocadillos que nos van pidiendo; también hacemos tapas para quien no quiere tanto pan», ha relatado César.
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Los bocadillos que más triunfan son los que llevan estos ingredientes, pero también otros como de patatas al montón con mayonesa y longanizas o lomo, todo un chute de energía para afrontar lo que queda de jornada. Otros clásicos del local son los chivitos de lomo o pechuga.
Don Color promete seguir dando «mucha guerra». Son un equipo de cuatro personas. Además de César y Joaqui, están sus simpáticas cocinera y camarera. Este bar tiene el premio Cacauet d'Or de 2019, como uno de los mejores establecimientos valencianos para almorzar. Este premio lo obtuvieron porque los sábados hacen cazuelas especiales como de rabo de toro, jamón al horno o all i pebre.
Bar Luis, Gandia
Otro de los referentes de Gandia es el bar Luis, en la Avinguda del Raval 79 de Gandia. Pese a estar en zona urbana, son muchos los operarios de fábricas o empleados que llegan hasta el local cada día para la obligada parada del almuerzo.
Sus bocadillos, de todo tipo de carnes frescas y embutidos, tortillas de infinidad de ingredientes y tapas hacen que cada mañana haya que esperar para obtener una mesa.
Bar Mas del Pi, l'Olleria
Este bar, que abrió tras la pandemia, cuenta con una amplia carta de bocadillos para los almuerzos populares, que acompañan con bebida, cacahuetes, aceitunas y café. Según la gerente, María Jesús Belda, el más demandado es el de la casa, de lomo, bacon, queso, tomate y picadillo. No sólo por ser el clásico, sino «por cuestión de tiempo». «Lo tenemos en media hora listo y algo que para los trabajadores es fundamental».
Para los clientes que disponen de más tiempo tienen otros más elaborados como el 'popeye' que lleva pechuga de pollo y espinacas, además de queso de cabra, o el 'gunter', con salsa de miel y mostaza, además de panceta y jamón serrano.
Abren sábado por la mañana para atender a los grupos de ciclistas que pasan por la zona y por las noches también ofrecen cenas y organizan celebraciones fuera del servicio habitual, que es el de los almuerzos. «Al estar en un polígono, podemos poner música sin tener que molestar a nadie», subraya María Jesús.
Bar El Roglet, Agullent
Abre a las 5 de la mañana y el servicio finaliza a las 4 de la tarde de lunes a viernes. Los sábado sólo por las mañanas. Sus principales clientes son los trabajadores de las fábricas del polígono. Se caracterizan por la rapidez, «los trabajadores tienen que irse rápido y así es nuestro servicio», asegura Ramón Ferri, gerente de este establecimiento desde hace 5 años.
A los bocadillos habituales, los viernes y sábados añaden uno especial. «Lo cambiamos cada semana y suele sorprender a los clientes», subraya Ramón, quien apunta que, no obstante los más demandados suelen ser el de pechuga con allioli y miel; el de lomo y bacon con salsa barbacoa y el de sobrasada, queso y picadillo.
Ka Tere L'Alcúdia
Uno de los lugares clásicos donde disfrutar de un buen almuerzo en l'Alcúdia es el Bar Ka Tere. Muy cerca de la cooperativa local se encuentra este pequeño bar que destaca por sus bocadillos de embutidos y carnes a la brasa. El fuego no se apaga en este bar donde los clientes tienen un gran expositor de carnes, verduras y todo tipo de acompañamientos para escoger y el cocinero las prepara en el momento.
De la parrilla al bocadillo para que no se pierda el sabor. El secreto del éxito de este clásico bar de l'Alcúdia es la selección del producto, todo local y de la máxima calidad. Es necesario llegar pronto porque sus mesas están muy cotizadas.
Llauraor, Cullera
En el polígono 54 de Cullera se encuentra uno de esos lugares que no dejan indiferente a nadie. El bar Llauraor, con sus bocadillos XL y XXL, se ha convertido en un esencial de las rutas de los amantes de los buenos almuerzos. Desde 1986 está abierto este establecimiento que en principio atraía a una clientela muy local.
Sin embargo, el boca a boca, ha conseguido que cada vez sean más los visitantes los que acudan a este santuario del almuerzo. A primera hora se reúnen las cuadrillas de ciclistas y un poco más tarde las mesas son ocupadas por los turistas y mucha gente de Valencia que antes de acudir a las playas hacen una parada para coger fuerzas.
Los bocadillos más demandados son el de carne de caballo y ajos tiernos y el 'llauraor' que llena la barra entera de pan, XXL, de pechuga de pollo, bacon, cebolla, queso y mayonesa. Para acabar, un carajillo también XL que pone la guinda a este gran almuerzo valenciano.
Industrial, Vilamarxant
Con 35 años abierto su cambio más destacado ha sido el tipo de trabajador que recibe. Anteriormente eran los 'currantes' en la cerámica pero ahora los tiempos han cambiado. La brasa es la especialidad de la casa y lo que hace que reciba a clientes con asiduidad. El secreto, según explica Andrea, es una de las piezas más apreciadas. Con una terraza para disfrutar de las buenas temperaturas y un parque infantil, el éxito parece asegurado. Para quien no sea carnívoro también se ofrecen opciones como un bocadillo vegetal o una buena ensalada.
El Chiringuito, Pedralba
«Sólo cierro el Año Nuevo». Paco Sánchez no conoce de horas ni de festivos en su bar El Chiringuito en Pedralba. No es de extrañar que todos quieran disfrutar de los desayunos, almuerzos, comidas y cenas, el rango completo. Los bocadillos no dejan de ser clásicos como el chivito, la brascada, embutido o el de carne de caballo, pero quienes los prueban, repiten. Para los fines de semana hay, nunca mejor dicho, otro plato fuerte, las paellas cocinadas a leña. Cuatro décadas después de su apertura, aún continúa siendo uno de los puntos de referencia en la zona.
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