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Jesús Morenete, propietario desde hace diez años de Pan de Queso. iván arlandis

El bar que ha logrado el éxito con sólo dos productos en la carta

Pan de Queso es un local ubicado en la calle Serranos que a pesar de que solo tiene dos taburetes en el interior, emplea a siete personas

Jueves, 30 de diciembre 2021, 21:50

¿Qué necesita un bar para lograr éxito? ¿Cuál es la fórmula de la Coca-Cola que permite a un hostelero tener el local lleno? ... Pan de Queso, un negocio ubicado en la calle Serranos, se merece un estudio de márketing. Cómo con solo dos productos en carta, el pan de queso y las croquetas, se ha convertido en un próspero bar que emplea a siete personas, sobre todo teniendo en cuenta que dentro del local caben solamente dos taburetes y afuera hay lugar para cuatro mesas.

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Jesús Morenete lleva diez años al frente de Pan de Queso y tiene mucho que ver con ese éxito. Ya de pequeño apuntaba maneras porque era una persona muy sociable, y ser un buen relaciones públicas frente a los clientes aporta mucho valor a un negocio. Acordarse del café que toman, preguntar por la familia, dar conversación, saber también cuándo callarse, es un don que no se enseña, y Jesús, Chuso, lo tiene muy claro.

Pero, ¿por qué Pan de Queso? El negocio comenzó en realidad hace veinte años cuando Álex y Cintia, ella brasileña, decidieron importar un producto de Brasil muy conocido allá, el 'pâo de queijo', hecho con harina de yuca de forma casera. Todavía hoy, veinte años después, el negocio ha seguido con la misma filosofía, un pan de queso horneado cada mañana, todos los días de la semana, en un lugar por el que pasan centenares de personas, algunos vecinos, otros turistas, muchos fieles al pan de queso y, sobre todo, a la conversación de Jesús, que explica que llevar un bar no era su objetivo de joven, que él empezó la carrera de Filología, pero Pan de Queso le ha permitido conocer a muchísima gente y sentir que relacionarse con los demás es en realidad su modo de vida.

Al pan de queso solo o relleno como un bocata se incorporaron también las croquetas, de pollo, de ternera, york y queso, de espinacas. También se han mantenido los batidos y zumos de frutas tropicales heredados de la influencia brasileña de la primera propietaria.

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A Jesús le ha afectado la pandemia, sobre todo porque una parte de su clientela eran turistas que pasaban camino de las Torres de Serranos. Los cruceros cargados de extranjeros anglosajones, muy acostumbrados a la comida para llevar y comer en la calle. Así y todo, le quedan los vecinos del barrio, los estudiantes de una universidad cercana, los trabajadores de la zona, cada uno con sus historias, que Jesús conoce como nadie.

Ahora quiere ampliar el negocio, sabe que el pan de queso tiene potencial, y se está planteando cómo hacerlo, si una distribución, una franquicia u otro bar. De momento, disfruta de levantarse cada mañana sabiendo que, con su trabajo, va a disfrutar.

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