paula moreno
Jueves, 29 de julio 2021, 19:31
La zona de Gran Vía es conocido por sus locales elegantes y su variedad gastronómica, que abarca desde cocina argentina a japonesa, pasando por la española y la italiana. No obstante, en este vecindario es posible encontrar platos a todos los precios y para todos los gustos. Tanto turistas como oficinistas acuden a estas calles a media mañana para almorzar, momento del día en que la mayoría de estos restaurantes abren.
Publicidad
El restaurante Casel·la es uno de los locales que los trabajadores de la zona escogen para tomar algo a la hora de almorzar, aunque ofrece mucho más que desayunos y almuerzos. «Nuestro punto fuerte son las carnes y los arroces», explica Cristian Cócerez, jefe de sala del restaurante. El entrecot argentino, importado directamente de este país, es de sus platos más demandados debido a su receta propia de chimichurri, adobo que se le añade a esta carne.
Noticia Relacionada
Es el chef del restaurante, de origen uruguayo, quien aporta los conocimientos que convierten Casel·la en un local de cocina fusión. Su formación en diversos países como Italia le ha permitido trabajar la pasta e incorporar al restaurante platos como los rigatoni a la parma. La variedad y la calidad de los platos ha atraído a trabajadores de la zona gracias «al trabajo y sudor que hace que la gente del barrio confíe en nosotros».
Noticia Relacionada
También se elaboran postres en este local, como el volcán de dulce de leche o la trilogía de pistachos. El primero es un plato de inspiración uruguaya, y es un coulant relleno de este dulce, cuya masa también esta hecha con este alimento. El segundo consiste en un licor de pistacho, así como un helado del mismo sabor. El plato lo corona este fruto seco, el cual se produce en grandes cantidades en Argentina, país que inspira muchas de las recetas que se prepararan en Casel·la.
Para aquellos que busquen ahondar en los platos y bebidas argentinas, el Che Baires es una buena opción. La especialidad de este restaurante es la parrillada de carne, un plato de chorizo, morcilla, ternera y provoleta, un queso de vaca que se usa para asar a la parrilla. Es una receta contundente, y se necesitan dos personas para acabarse el plato, por lo que muchas familias del barrio acuden los fines de semana a comer y cenar. Otro plato de carne destacado de este local es la hamburguesa porteña con chimichurri, una receta que combina la calidad de la carne argentina con este adobo tradicional.
Publicidad
En cuanto a bebidas, es el local preparan el fernet con coca o fernandito, un cóctel que mezcla refresco de cola y el fernet, una bebida argentina amarga. También sirven vinos argentinos, pero pocos, pues el Che Baires se enfoca más en la comida. El dulce es un elemento fundamental en la gastronomía argentina, por lo que no podía faltar un postre de panqueques con dulce de leche, muy demandado por los clientes del restaurante.
La cocina española también tiene una fuerte presencia en la zona, como es el caso de la taberna andaluza El Albero. Este local se especializa en tapas andaluzas, como el cazón en adobo, una receta de pescado muy típica de Cádiz y Málaga, también llamado bienmesabe. Es el plato más demandado por los clientes. «Traemos el producto de Andalucía para hacer las tapas, aunque también tenemos platos valencianos», explica José Miguel Domingo, encargado de la taberna.
Publicidad
Noticia Relacionada
Los clientes del restaurante son vecinos de la zona que acuden a tomarse una tapa y una caña en un ambiente cercano y relajado, pero la taberna también atrae a turistas, quienes sienten curiosidad por la decoración de esta. Las bolas de papel rojas y blancas que cubren el techo y los carteles de corridas de toros crean un ambiente único en todo el barrio.
El elemento más destacado dentro del local es el altar a la Virgen del Rocío, que se encuentra en una de las esquinas. Flanqueada por dos lámparas y dos rosas, en un manto verde con bordados dorados está inscrito el nombre de la Virgen. Antes de la pandemia, los jueves, viernes y sábado a las once de la noche apagaban las luces, encendían una vela y le cantaban una Salve Rociera.
Publicidad
El aforo permitido ha limitado mucho esta actividad, pero José Miguel recuerda con afecto como a este evento acudían personas que ni estaban cenando en el bar, pero querían participar. Esta cercanía entre negocios y vecinos es cada vez más común en el barrio de Gran Vía, donde la gran variedad gastronómica impulsa a los residentes a conocer los locales de su zona.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.