Ruta de bocadillos en Xàbia, alimentos humildes convertidos en perlas gastronómicas

A la hora de emprender una ruta por la localidad existen muchos bares y restaurantes en los que hacer un alto para probar algunas de sus propuestas. En el casco urbano, en la plaza de la Constitución, se encuentra L'Encant. Este establecimiento lo pusieron en marcha hace 34 años Juanfran Espasa y su madre, y esta debería ser una parada indiscutible. Ofrece muchos tipos de bocadillos, pero hay uno que es emblemático, el de longaniza.

La materia prima juega un papel esencial, por eso en L'Encant confían en la carnicería Casa Pichi para abastecerse de carne y embutido. El pan también importa, y mucho. En su caso utilizan una mezcla entre rústico y gallego de 170 gramos.

No muy lejos de allí está El Raconet, en la Ronda Colón. El bocadillo de sepia se alza como la estrella, de lo más demandado de los 15 que tienen en su carta.

La hora del almuerzo anima a muchos a hacer una parada en ese este restaurante, conocido por sus generosas raciones, que también se aplican al tamaño del pan que envolverá a esa deliciosa sepia que ha capturado toda la esencia del Mediterráneo. Y para enriquecer más aún ese sabor, se acompaña de una salsita de ajo, picada, o mayonesa. Además, ofrece excelentes propuestas elaboradas con carne procedente de Casa Pichi y también tiene mucho tirón el vegano.

Otra parada ineludible en una ruta de este tipo es L'Hellin. Situado en el Primer Montañar, cuenta con unas vistas increíbles del mar que son la guinda a sus deliciosas viandas. Con la palabra “espectacular” definen el bocadillo de filete ruso quienes lo han probado.

Según explica Alejandro Box, propietario del negocio, parece una hamburguesa, pero se trata de carne mixta condimentada con con especias como el orégano, cebolla picada y todo ligado con yema de huevo, que hace que además le confiere un exterior más crujiente al hacerlo a la plancha. Luego se le añade su salsa, hecha con champiñón, beicon y cebolla, o se acompaña de queso manchego. Todo ello se introduce en un pan hecho a leña.

L'Hellin recoge en su carta otras propuestas con carne, elaboradas al estilo 'roast beef', o con pan de sandwich artesano.

Y todo aquel que se acerque al centro histórico de Xàbia tiene una cita obligatoria en el Mercat Municipal. Inaugurado en 1946, se alza en el lugar en el que antes estaba el convento de las Agustinas Descalzas y que se destruyó en la época de la Guerra Civil. Allí, como complemento a las paradas de frutas, verduras, carnes y pescados frescos, existen dos puntos donde matar el gusanillo cuando aparece el hambre al rodearse de tantos productos de calidad y proximidad.

Uno de ellos es La Paraeta. Allí hay dos propuesta que se pueden tomar dentro del bocadillo o fuera del pan. Ambas opciones tienen gran acogida. La cocinera Tere prepara un delicioso bocata de tortilla de pescado. No quiere desvelar cuál es el truco para lograr ese sabor especial. Prefiere que vayan a probarlo. También ofrecen otro plato tradicional, la 'sang amb ceba', dentro del bocadillo.

Y el Bar Mercat tiene su sello particular. Ha optado por las tostadas. Con el nombre de Marina Alta se puede degustar una maravilla que combina tomate, sobrasada de la comarca y queso fundido. Y otro maridaje sobre el pan que cautiva al paladar es del 'esgarraet i capellans' con tomate y un toque de aceite de oliva.