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paula moreno
Jueves, 2 de diciembre 2021, 21:22
Con la llegada del puente de la Constitución, muchos valencianos hacen las maletas y se lanzan a conocer diferentes rincones de la Comunitat Valenciana. Desde las costas de Gandía hasta Sagunto, pasando por Denia, Benidorm y más sitios, todos estos lugares cuentan con una tradición gastronómica excepcional. Pero, en medio de toda la oferta existente, el visitante puede perderse u obviar restaurantes y bares de gran calidad.
Desde LAS PROVINCIAS, queremos recomendaros diferentes tapas y platos típicos de toda la región para que podáis probarlos y disfrutarlos en su mejor versión. Por eso, nuestros corresponsales nos han dado algunas recomendaciones sobre qué platos probar en diferentes puntos de la Comunitat y dónde degustarlos.
Gandía
La primera recomendación es el bar Gran Torino, en la calle Cofradía de la Asunción, Gandía. Las tapas y vinos de este local son conocidos porque son «elaboradas y tradicionales del entorno», tal y como explica la encargada del bar María José Vilaplana. Algunos de los platos típicos de la Safor que elaboran son la coca de dacsa, que cocinan en el local.
Esta elaboración en sus platos también destaca en sus huevos rotos servidos en cazuela de barro o en sus bocatas de sobrasada y queso a la plancha, o de berenjena, jamón y queso. María José explica que ofrecen un tipo distinto de bocata a la semana. «Nos enfocamos en la cocina mediterránea, la nuestra», afirma. Todos estos platos se pueden degustar regados con los vinos valencianos que sirven en este local.
Denia
Al sur de Gandía, siguiendo la AP-7, se llega hasta Denia. Aquí está situado el restaurante Pont Sec, en el camí vell de Gandía a Dénia. Es la primera coquería registrada de España, y en su carta ofrece una gran variedad de cocas: desde verduras de temporada a salazones, embutidos y mezclas más modernas, como cebolla caramelizada y fua o coca de moscatel y anchoa. El dueño Pep Romany explica que «la protagonista de este plato es la pasta bona», un tipo de masa madre que tarda tres días en fermentar.
El autodenominado cap (jefe y cabeza) de este proyecto, como llama a su restaurante, argumenta que la popularidad de su plato se debe a su sencillez, y al hecho de que utilizan «ingredientes del entorno y de temporada», como las hierbas aromáticas que añaden a sus cocas. Otras tapas típicas de la Marina Alta que sirven en este local son la borreta de melva, un guiso de melva con tomate seco y alcachofa, el buche de atún con cebolla o el pulpo seco.
Benidorm
En la carretera entre Denia y Alicante, el visitante será sorprendido por los numerosos rascacielos que forman parte de Benidorm. Es aquí donde se sitúa la siguiente recomendación: la Taberna Andaluza, en la calle del Esperanto. A apenas unos pasos de la playa, Pablo González ofrece platos andaluces como el cazón en adobo, tortillitas de camarón o salmorejo cordobés «con ingredientes como el jamón de bellota, los solomillos y las gambas blancas», traídos de Andalucía.
También destacan por sus arroces y pescados, que son todos de la zona de Benidorm. «Chipirones, pescadillas, y boquerones son todos de la bahía», explica. Uno de los secretos de su éxito ha sido el toque que le dan a los platos tradicionales andaluces como el salmorejo o gazpacho. «Elaboramos las recetas de la familia, que fueron pasadas de mi abuela a mi madre», declara. El otro, es que es de los pocos locales en Benidorm que ofrecen este tipo de gastronomía.
Catarroja
Para aquellos que vayan a hacer una escapada a los municipios cercanos a Valencia, Catarroja es una gran opción. No solo por sus monumentos o por su puerto fluvial que da a la Albufera, sino por los platos típicos que se pueden encontrar en bares como la Bodega La Masereta, ubicado dentro del mercado municipal de Catarroja. Aquí, Ana Heras y María Teresa Cebriá dirigen la bodega, que se ha convertido en un punto de reunión para los vecinos.
Ana, una de las socias, revela que han conseguido tener el éxito que tienen gracias a un factor. «Lo más especial es que todo es casero», explica. Desde su ajoarriero a su esgarraet, pasando por sus croquetas, elaboran todo en el local. Incluso elaboran un plato típico de Cuenca, el morteruelo. «Es una pasta hecha de carne de caza (codorniz, conejo) y el resultado es una papilla muy sabrosa», describe.
Los fines de semana ofrecen una gran variedad de montaditos, muy consumidos por aquellos que acuden a hacer el aperitivo. Los vinos más demandados en esta bodega son los valencianos, especialmente los verdejos. Entre semana también los preparan, pero al no haber tanta demanda, pues el mercado abre exclusivamente por las mañanas, no preparan tanta cantidad como los fines de semana.
Benetúser
A pocos kilómetros de Valencia también podemos encontrar la vinoteca Vins i Més en Benetússer, en la calle de la Constitución. Su propietaria, Pilar Cerveró, abrió el local hace seis años y se ha enfocado en el producto valenciano. Ofrecen cervezas artesanales y vinos, y de las primeras las más vendidas son las de Antiga Artesana, una fábrica de cerveza artesanal ubicada en Catarroja. También ofrecen cervezas hechas con caquis, dátiles y granadas de cervezas Beauty.
En cuanto a sus vinos, la mayoría son de pequeñas bodegas valencianas. Estos se maridan junto a sus tapas frías, entre las que se encuentran el ajoarriero, tablas de quesos valencianos y de Cuenca, las albóndigas de bacalao, el tomate con ventresca y la carrillada.
Puerto de Sagunto
Al salir de Valencia y recorrer la V-21 en dirección norte, en poco tiempo nos encontraremos en Puerto de Sagunto. Aquí es donde se ubica otra de nuestras recomendaciones: la cafetería Bambú, un discreto local situado en la calle Alicante Privad. El matrimonio formado por Silvia López y Francisco Gadarda dirigen esta cafetería donde se ofrece un plato singular: el bocadillo de guanciale. «Es la papada de cerdo aliñada con romero, sal, pimienta negra y pimentón», explica Francisco. Después, es curada durante tres semanas y acaba teniendo un ligero sabor picante.
La idea de ofrecer este plato vino de su visita a Bronchales, Teruel, pues la madre de Silvia es aragonesa. «Traemos carnes y embutidos de Bronchales, de un secadero de jamones que hay: jamón, sobrasada, panceta, bacon y morcillas para hacer pisto aragonés», enumera Silvia, jefa de cocina. Tienen dos variantes de este bocadillo: con pimientos fritos y huevo frito, y con queso fundido y tomate refregado. El pisto aragonés es su otro plato estrella.
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Esta combinación de pimiento, cebolla sofrita con tomate y rehogado con longanizas y morcillas de arroz la elabora exclusivamente Silvia con la receta familiar, y la ofrecen tanto entre pan como emplatada. Ella también se encarga de la ensaladilla, a la que le da su toque personal.
Sagunto
Al norte del puerto de Sagunto, en la playa de Almardá, está la siguiente recomendación: la arrocería Cala Queralt. Tal y como explica el jefe de cocina Javier Ríos, «intentamos mantener la esencia de chiringuito pero cuidando la calidad». Sus gambas al ajillo las hacen con gambas rayadas, y elaboran su propia salsa brava picante.
No obstante, las tapas que más han triunfado este verano han sido las croquetas de queso azul con confitura de higos, y los buñuelos de bacalao. También disponen de tapas para vegetarianos, como su esgarraet de queso de búfala con pimiento y berenjena glaseados en su jugo.
En cuanto a sus arroces, Javier señala que la calidad se debe a que elaboran todos los ingredientes. «No compramos el caldo hecho ni usamos colorantes artificiales», subraya. Algunos de los arroces que ofrecen son el arroz negro de rape con almejas o el arroz de marisco con gamba rallada alistada. Además, preparan todos los días sus fumets de cangrejo y marisco.
Sagunto
El recorrido gastronómico por la Comunitat acaba en el Restaurant Arrels, situado a los pies del castillo de Sagunto. Abierto en 2017, este restaurante de cocina de autor ofrece un menú degustación basado en los productos de temporada. Su propietaria, Vicky Sevilla, explica que el distintivo principal del Arrels es su personalidad. «Lo que comes aquí no lo vas a probar en otros sitios», afirma.
Algunos de los platos que sirven ahora son el curry de sepia bruta y la espardenyà, un guiso típico de la Albufera hecho a base de pato y anguila. También elaboran una deconstrucción del bocadillo Almussafes que, entre sus ingredientes, cuenta con queso humo curado durante cinco años y jugo de cebolla asada y palo cortado.
En cuanto a sus ingredientes, se centran en que sea producto local. Las verduras y frutas son las del entorno, carne utilizan poca, y el pescado se lo sirve una pescadera del mercado Rojas Clemente.
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