Una pareja de peatones cruza por delante de uno de los bares con terraza en la calle Eugenia Viñes. LP

Bares y restaurantes reviven la segunda línea de playa de Valencia

La calle Eugenia Viñes se anima al calor de locales como Mercabañal, Madre o Marino Jazz

Jueves, 13 de julio 2023, 21:12

A espaldas del lujoso hotel balneario de Las Arenas, un ultramarinos con un enorme cartel anuncia que allí se venden clóchinas, pero también helados y bebidas frías. Es uno de esos locales que parecen sacados de los años setenta, con todo el sabor que tenían ... los comercios que luchaban por sobrevivir los meses de verano gracias a los bañistas. Justo al lado, el chalé de Demetrio Ribes a medio restaurar se vende. La segunda línea de la playa del Cabanyal en Valencia se llama Eugenia Viñes y después de décadas de abandono, con solares y viviendas en condiciones precarias, a la espera del desarrollo urbanístico que se eterniza, comienza a brotar vida en forma de locales de restauración.

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Junto a Cloxinas Las Arenas, un jueves por la tarde la terraza del bar Doggy Style bulle de actividad, y se escuchan varios idiomas en las charlas y las risas, la mayoría gente joven que toma unas cervezas después del trabajo. Justo al lado la taberna La otra parte, una interesante propuesta con raíces cabañaleras, al que suma otros platos con más cocina a buen precio. En la esquina, Glasol, la heladería con raíces argentinas que apostó por el helado artesano y que ya llevan más de veinte años instalados en Valencia. Apostaron rápido por la playa, pero han sido siempre un oasis en el desierto de esa segunda línea, esperando que otros locales se fueran sumando.

Las casas bajas, muy de barrio -o de pueblo, en realidad- ocupan las siguientes manzanas; viviendas que se han ido restaurando con los años. Aquí apenas hay locales, sólo algún restaurante como la Cabanyita, casi a espaldas de la Fábrica de Hielo. Una pizzería que es además una mezcla de cocinas muy interesante, abierto desde hace unos dos años.

Es en el siguiente tramo yendo hacia el norte donde ha resurgido la vida gastronómica, en una zona donde el grupo Mercabanyal ha apostado fuerte. Primero llegó el mercado, un espacio de 1.200 metros cuadrados que combina una zona al aire libre y otra cerrada, y donde se han instalado varios locales gastronómicos con un horario muy amplio que han permitido que la zona se ha convertido en un punto de encuentro muy interesante para otros negocios. Por ejemplo, Marino Jazz, del mismo grupo de Mercabanyal, y donde poder acabar la noche. O Madre, un restaurante que bebe de las raíces latinas, también con un concepto muy abierto y horario amplísimo para comer algo desde mediodía hasta la madrugada. Puede ser una buena primera parada antes de continuar la noche en Akuarela. Para quien sea más tradicional, Tasca y Brasas tiene almuerzos tradicionales con el sabor marinero del Cabanyal y un cremaet para rematar.

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