El 'masterchef' que ha cerrado su bar de Valencia para «aprender» por Sudamérica

«Yo tenía un alquiler firmado con el local del Villacastín, pero las cosas se estaban complicando mucho con precios disparados. Cada día era más caro abrir, con la luz, el agua... no podía estar más tiempo así, por lo que decidí adelantar, emprender ya, mi proyecto de viajar a Sudamérica para aprender nuevas técnicas de cocina. El pasado 29 de julio bajé la persiana y sin vacaciones me vine a Panamá», explica Carrero a LAS PROVINCIAS. El bar Villacastín, situado a escasos metros de la Estación Joaquín Sorolla «no ha cerrado porque fuera mal. Yo conseguí el bar que quería y triunfé con el Villascatín, pero soy inquieto y quiero seguir aprendiendo».

El que fuera concursante de la cuarta edición de MasterChef hizo las maletas y se dirigió a su nuevo proyecto: «Quiero empaparme de los tipos de cocinados que hacen en países como Panamá, Guatemala o Brasil. No sé dónde acabaré ni cuándo volveré a Valencia, porque ahora lo que busco es aprender todas las técnicas posibles de cocinado, saber cómo realizan en cada rincón las elaboraciones de pescados u otros productos desde su origen».

Pese a llevar poco más de un mes por tierras y aguas panameñas, Ángel Carrero ya se ha quedado con alguna técnica «interesante»: «Me impresiona cómo hacen el ceviche, que es diferente a como lo hacemos en España. Nosotros lo hacíamos casi de un día para otro y aquí es mucho más directo, con un tiempo más concreto. Ellos pescando, desespinan el pescado para sacar lomos perfectos... Es muy interesante ese proceso completo de yo pesco, yo cocino y yo sirvo al cliente».

Ángel Carrero se fue directo de los fogones de su Villacastín a cocinar en Panamá. En mes y medio se ha ganado cierto terreno y en el establecimiento en el que trabaja ya ha conseguido aplicar su técnica arrocera. «He podido incluir una carta de arroces y paellas y de comida española con la que me siento más suelto y puedo estar más cómodo cocinando. Hago arroz meloso con langosta, pato con hongos e incluso una paella valenciana con los ingredientes de aquí que más se parecen a los originales. Al final he conseguido que esta primera parada sea un 50%-50%: aprendo de ellos y yo puedo desarrollar mi cocina».

El mastechef valenciano ya anda conquistando paladares en Isla Contadora ya que «la aceptación de mi cocina ha sido muy buena, aunque lo cierto es que es muy fácil trabajar con un pescado que llega directo del mar, por lo que al saber el punto exacto del arroz es más sencillo conseguir el resultado deseado».

Confirma el cocinero a LAS PROVINCIAS que ya en pleno inicio de la aventura su plan de viaje ya ha registrado alguna que otra modificación, indicando que su presencia en Panamá se alargará un poco más de lo ideado inicialmente. A partir de ahí, sin rumbo fijo pero con objetivos claros. La idea de Carrero es que las paradas sean puntos de conocimiento y aprendizaje. «Si hay 20 formas diferentes de hacer ceviches, por ejemplo, mi objetivo es ir a todas ellas y aprender de primera mano cómo se hace».

Actualmente el plan establece como paradas fijas países como Brasil y Guatemala, aunque podría ampliarse el listado de países, sin entrar a concretar en qué zonas se establecería en cada nación. «Aquí cada pescado tiene unas técnicas de cocción diferentes, que a su vez no suelen ser las mismas que en España, donde hacemos cocinados muy similares entre los pescados», zanja el chef valenciano antes de indicar que la duración de su viaje será de «dos, tres, cuatro o cinco años. Quiero volver a España cuando las cosas estén mejor y se pueda mantener un negocio».

La aventura del cocinero tendrá punto final y será una combinación entre la mencionada situación económica en España y «cuando considere que he aprendido todo lo que necesito». A partir de ahí, el plan pasa por volcar todo ese conocimiento adquirido «de la propia gente, incluso de tribus e indígenas» en un futuro proyecto de restaurante en Valencia. «Lo que sí tengo claro ahora es que quiero ir a una cocina de segundo, en la que me enseñen a mi. Este viaje en verdad es dar uno o dos pasos atrás para regresar con más conocimiento, más fuerte y sabiendo mucho más del producto y la cocina. Voy sin rumbo, soy inquieto. Yo iré donde haya humildad en la cocina».

La propuesta de Ángel Carrero es un viaje de formación a nivel gastronómico, culinario y personal. Ver como los indígenas pescan uno a uno unos pescados que después se cocinan de diferente especial es un aprendizaje sobre el terreno que no da ninguna escuela ni cocina a miles de kilómetros de distancia. La nueva apuesta del masterchef valenciano será la de servir en su tierra aquellos conocimientos y experiencias personales, de las que dan vida a una cocina, con origen y sabor.