R. González
Dénia
Jueves, 7 de diciembre 2023, 18:55
El Mercat de Dénia lleva en pie desde 1955. En su interior, numerosos puestos de fruta, verdura, carne, pescado, salazones y panes llenan de colorido ... este enclave repleto de productos frescos, de proximidad y de calidad. Pero los aromas que despiertan el apetito proceden de la intersección de los pasillos en la zona central. Allí se dan cita cuatro bares que se han convertido en templos del almuerzo, como da fe de ello el premio Cacau d'Or que les han concedido recientemente.
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El trasiego es constante. Gente que va a comprar y, de paso, se acerca a tomar algo en una de las barras o de las mesas. También sucede lo contrario, hay personas que acuden directamente a almorzar y, ya que están allí, compran algo a los vendedores de los puestos. Entre ambos se ha producido una simbiosis de la que todos salen beneficiados, hasta la clientela, que puede disfrutar de unos bocadillos, tapas o montaditos elaborados con productos que los hosteleros han adquirido a pocos pasos de donde los van a cocinar.
El bar Viciano está funcionando desde 1970. «Lo abrió mi abuelo y ya estamos aquí trabajando la segunda y la tercera generación», comenta Pau Nogués Viciano mientras se toma un breve respiro, ya toda la mañana ha sido un 'no parar'.
El figatell y la sepia son lo que más piden los clientes. En sus fogones preparan productos adquiridos en el mercado, como el pan o las verduras. Incluso ofrecen la opción a los parroquianos de que compren algo en los puestos algo que allí no tienen, como la gamba roja de Dénia, y ellos la pasan por la plancha.
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Pero, sin duda, lo que ha hecho famoso a este lugar es su salsa de cacahuete, que incluso algunos restaurantes de Valencia «intentan imitar», aunque no consiguen darle su toque, recalca Pau. De ella dan buena cuenta los que se acercan a almorzar o a tomar un aperitivo. En la barra y en las pequeñas mesas hay familias, jóvenes e incluso desconocidos que empiezan a entablar conversación con la persona que tienen a su lado.
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Toni Cheli y Yolanda Ballester llevan las riendas del Magallanes, negocio que tienen desde 1990. A lo largo de los años han ido adaptando su oferta a los productos que ofrece el Mercat de Dénia. En estos momentos, «el bocadillo de figatell es lo que más gusta», comenta Toni, aunque también piden mucho los especiales de lomo, blanco y negro o pechuga.
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Compran los ingredientes en los puestos del mercado. Para Yolanda, eso «nos permite jugar con ventaja respecto a otros bares de Dénia, porque si se nos acaba un producto lo podemos comprar al momento». Considera que los principal y lo que marca la diferencia se encuentra en la materia prima que usan, con ello consiguen que los que almuerzan allí repitan más días.
Entre semana acuden sus parroquianos y personas que también se acercan al mercado. Los sábados, en cambio, acude gente de Valencia o de Madrid.
El bar Bonanza lo llevan desde 2007 Robert y Jesús Morell. Pertenecen a una familia de tradición hostelera desde 1949, cuando fundó El Marino.
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Para Jesús, «es fácil poder elaborar almuerzos fabulosos» porque «tenemos la mejor despensa de Dénia». En el Mercat pueden conseguir producto fresco y eso queda patente en el sabor de todo lo que preparan.
Lo que más tirón tiene, explica Robert, son los montaditos de calamar, la coca de tomate y atún y la de hígado de rape. También hay clientes que «nos trae las gambas o el bistec que acaban de comprar en uno de los puestos y nosotros se lo preparamos».
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La cuarta esquina de esta intersección de Amparo Sendra Vallés y su KKO Papúa. Ella empezó a trabajar allí hace 16 años, cuando era más una pastelería, pero hace ocho se lo quedó y entonces cambió el rumbo y se convirtió en bar.
«La verdura, la carne y el embutido lo compramos en el mercado y el pan lo hago yo», señala Amparo. Todo es fresco «y eso es lo que cuenta», asevera convencida. Tiene clientes que van todos los días y para ella son como su familia y los sábados se suman los que vienen de fuera de Dénia.
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Sin duda, los montaditos de figatell se alzan como el plato estrella. «Y a los extranjeros les vuelve locos el café que preparamos».
Desde los cuatro establecimientos, Viciano, Magallanes, Bonanza y KKO Papúa, están contentos del premio Cacau d'Or que les han concedido. Destacan que siempre sienta bien que a uno le reconozcan el trabajo que hace.
Por su parte, la concejal de Promoción Económica y del Mercat, María José García, también muestra su alegría por el galardón conjunto. En su opinión, se trata de un reconocimiento a la calidad del producto y a la proximidad del trato. «Ofrecen almuerzo marca Dénia y de la terreta», recalca.
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