El bar de almuerzos de Alzira que triunfa con su bocadillo de puntilla

«Siempre que lo prueban por primera vez dicen que como el de aquí, en ningún sitio», explica Pepe, el dueño, mientras prepara cafés para sus habituales. «¿El secreto? El rebozado y tener siempre el aceite limpio y el amor y cariño que le ponemos todos», añade este hostelero que lleva toda su vida detrás de la barra. Antes de abrir en su actual ubicación, también regentaba otro bar a pocos metros de aquí, el conocido como El Ancla. Desde su inicio como Bar Serrano se optó por centrarse en los almuerzos y ser uno de los que más madruga para servir los cafés a los trabajadores.

«Es muy importante para mantenerse cuidar el día a día, estar siempre abierto y no faltar ningún día», comenta Pepe que desde las cinco de la mañana abre la persiana. Y es que este tipo de locales de almuerzos antes eran frecuentados por gente trabajadora que iba buscando bocadillos rápidos para comer en su tiempo de descanso.

«Antes teníamos la vitrina con cosas ya preparadas que se elegían y se metían en el bocadillo. Ahora es muy diferente», comenta el dueño del Bar Serrano. Ahora la gente sale a almorzar, es una comida lúdica más que no está relacionada con el trabajo si no que se hace simplemente por placer. Esto ha provocado que se tengan que cambiar las cartas y preparar bocadillos especiales al momento. De ahí que las tortillas ya no sean las primeras opciones y los clientes opten por otros sabores calientes y mezclas novedosas.

Además del bocadillo de la casa, el de puntilla, Ca Pepe incluye en su carta la clásica brascada, chivito, sepia tanto a la plancha como a la romana o ternera con ajos tiernos. Y nuevas opciones que han llegado para convertirse en clásicos de este bar. Uno de ellos es el 'Fill' con pechuga empanada, bacon, queso, cebolla y salsa de mostaza y miel. Los que ya han degustado muchas veces la puntilla de Ca Pepe deciden probar bocadillos como éste para comprobar el buen hacer de la cocina.

También hay bocadillos dedicados al 'Gendre' y al 'Nebot' donde las combinaciones son más arriesgadas como unir sobrasada, anchoas, jamón york y queso o longanizas, huevo frito y patatas. Una gran variedad que tiene un denominador común, la práctica y experiencia para conseguir que un bocadillo sea mucho más que pan relleno de varios ingredientes, que tenga un sabor único y todo el mundo quiera repetir.